Caputo vs. FMI: se niega a devaluar y eliminar el dólar exportador, como reclama el organismo

Esteban Rafele

El staff report difundido el lunes consideró que la recesión será más profunda y choca con el plan del ministro para contener la inflación

El Fondo Monetario Internacional (FMI) fue enfático: el Banco Central debe acelerar la suba del dólar oficial, el tipo de cambio diferencial para los exportadores debe terminar a fin de junio y el Gobierno debe presentar un programa para salir del cepo a fines de julio. El staff report que el organismo difundió este lunes al mediodía ahondó en los argumentos que los evaluadores del caso argentino usan para reclamar estos puntos con un énfasis cada vez mayor. Pero ni bien conocido el documento, el Ministerio de Economía ratificó que no devaluará ni terminará con el dólar “blend”.

Las diferentes miradas del FMI y del tándem Luis Caputo-Santiago Bausili sobre el futuro del programa económico vienen desde hace un tiempo, pero se profundizaron en momentos en que Argentina busca, ahora sí, negociar un nuevo acuerdo que involucre nuevos desembolsos que le permitan al Banco Central hacer un colchón de dólares que hoy no tiene.

El staff report del FMI elogia la determinación y la velocidad con la que el Gobierno sobrecumplió con las metas cualitativas del programa: el ajuste fiscal para conseguir un superávit primario, la acumulación de reservas netas (que pasaron de negativas a neutras) y la nula emisión de moneda para financiar al Tesoro.

“La implementación decisiva del plan de estabilización, centrado en un fuerte ancla fiscal sin nuevo financiamiento monetario y correcciones de precios relativos, ha llevado a superávits fiscales y externos gemelos, un marcado cambio de tendencia en las reservas, una desinflación más rápida de lo esperado, un fortalecimiento del balance del BCRA y una reducción de los spreads soberanos (el rendimiento de los bonos, en comparación con otros activos menos riesgosos) a mínimos de varios años”, destacó el staff del Fondo.

Advirtió que esa estabilización tuvo su costo. El Fondo redujo su proyección de inflación anual para 2024 desde 150% a 140%. Así y todo, sostuvo que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) viajará a un ritmo de 4% mensual a fin de año, dato similar a la medición de mayo. Pero consideró que el PBI caerá 3,5% y no 2,8%, como había proyectado. Esto, porque los salarios perdieron 17% de poder de compra entre noviembre y abril –desde aquí parte la recuperación de los ingresos que celebró el Ejecutivo– y esto redunda en una marcada caída en el consumo.

La recesión también tendrá impacto en el empleo: el FMI proyectó que la desocupación alcanzará 8,2% a fin de año y se mantendrá con un piso de 7% a partir de 2025, incluso con un esperado rebote. Existe, por lo tanto, un riesgo social: “La recesión actual podría prolongarse, alimentando las tensiones sociales y complicando la implementación del programa”, advirtió.

Pelea de fondo

El Fondo centró buena parte de su evaluación en la cuestión cambiaria. Desde la fuerte devaluación con la que Caputo inició su plan económico a mediados de diciembre, el tipo de cambio se apreció 40%, indicó el staff del organismo. Sumado el impuesto PAIS, el dólar en torno a $1.060 con el que se pagan importaciones alcanzó “el nivel de equilibrio de mediano plazo”. Traducido: el Fondo no ve que haya más margen para el ancla cambiaria que explicó buena parte de la desaceleración de la inflación de los últimos meses.

Así lo dijo: “La política cambiaria debe flexibilizarse con el relajamiento de los controles de cambios a medida que las condiciones lo permitan. Si bien la tasa fija de crawl (2% mensual) ha ayudado a anclar la inflación tras la gran devaluación escalonada, las autoridades ajustarán la política cambiaria con el tiempo para que sea más flexible y refleje mejor los fundamentos y salvaguarde una mejora adicional en la cobertura de reservas, necesaria para respaldar una flexibilización de los controles de cambios”. 

El Fondo sostuvo que la compra de divisas del Banco Central permitió que las reservas netas pasen de USD -11.200 millones a fines de 2023 a un terreno positivo de USD 300 millones. Pero advirtió que peores términos de intercambio impactarán en las compras de dólares necesarias para seguir acumulando divisas.

El Fondo reclamó, entonces, un dólar más alto y el fin del tipo de cambio diferencial que le permite a todos los exportadores liquidar el 20% de sus ventas al contado con liqui a fin de mes. “Tras los pasos iniciales para desmantelar las restricciones y controles cambiarios, las autoridades siguen comprometidas en desmantelar todos los tipos de cambios múltiples y las restricciones cambiarias, empezando por las medidas más distorsivas, incluida la eliminación del esquema preferencial de exportación 80/20 (finales de junio de 2024) y la eliminación del impuesto PAIS antes de fines de 2024”, escribió el staff técnico.

Para el FMI, acelerar la tasa de devaluación y unificar el tipo de cambio de exportación con el oficial le permitiría al Banco Central aumentar el colchón de reservas, en momentos en que la apreciación cambiaria quita competitividad a economías regionales y que los productores de soja prefieren retener el producto. En definitiva, el Fondo tiene una deuda por cobrar y para eso necesita que el Gobierno consiga los dólares para pagarla. “A pesar de los desequilibrios externos reducidos, la cobertura de reservas de Argentina (…) requiere una mejora sostenida, en particular en el contexto de obligaciones futuras de servicio de la deuda cambiaria aún importantes y una posición externa general más débil que el nivel implicado por los fundamentos de mediano plazo y las políticas deseables”, escribió el staff.

Este reclamo inmediato choca con Economía, que enfatiza que no devaluará. Hace una semana, mientras el dólar paralelo subía, el ministro Caputo tuiteó que el Gobierno no devaluará ni pondrá fin al dólar exportador. “Ante los infundados rumores, aclaramos con Santiago Bausili que la baja del impuesto PAIS (que el funcionario anticipó contra la promulgación de la Ley Bases) no viene asociada a ninguna devaluación. Tampoco se tocará el 80/20 actual ni el crawling del 2 por ciento”, escribió.

Su secretario de Finanzas y coequiper en la negociación con el Fondo, Pablo Quirno, recuperó este tuit poco después de difundido el staff report que exige el final del dólar exportador y la aceleración del ritmo de devaluación, como respuesta a un analista financiero que marcó la hoja de ruta que pidió el Fondo.

Quirno también recordó el comunicado que emitieron Economía y el Banco Central el jueves por la noche, cuando el director del FMI confirmó el desembolso de USD 800 millones asociado al actual cumplimiento de las metas. Allí se lee: “El BCRA contempla avanzar en la liberación de controles cambiarios y en una mayor flexibilidad cambiaria siempre y cuando estas medidas no impliquen riesgos excesivos para el proceso de reducción de la inflación y fortalecimiento de su hoja de balance, tal como se refleja en el Acuerdo”.

El Gobierno enfatizó que no cederá ante las presiones: “El proceso lo definirán las propias autoridades de Argentina contemplando la evolución de las variables económicas relevantes, quienes compartirán con el FMI los parámetros que serán monitoreados, sin incluir compromisos de fechas o medidas específicas”.

Nuevo programa

En este escenario se discutirá el nuevo programa y la transición hacia la “competencia de monedas”. Como contó Cenital, el FMI también marcó la cancha del nuevo régimen que tendría muy poco de dolarización y nada de “banca Simons”, el régimen de banca offshore que entusiasmaba a Javier Milei. En cambio, habría mucho de política cambiaria ortodoxa. La eventual “competencia cambiaria” dentro del régimen podría dejarlo parecido al sistema de flotación administrada que prevalece en Perú y Uruguay en la actualidad”, sostuvo el organismo. 

“La estabilidad de precios seguirá siendo un objetivo primordial del Banco Central, en un contexto en el que los individuos tengan libertad para comprar y vender en las monedas que elijan. El Banco Central tendría prohibido proporcionar financiamiento al Gobierno y seguiría absteniéndose de realizar transferencias de utilidades al Tesoro. Mantendría sus funciones de prestamista de última instancia para instituciones financieras elegibles (solventes), seguiría esterilizando las compras de divisas y, con el tiempo, administraría la liquidez a través de operaciones de mercado abierto con títulos públicos”, adelantó el FMI.

El documento del Fondo también tuvo su cuota de diplomacia. En un insólito giro de la trama, el staff técnico del organismo que tiene mayoría accionaria estadounidense reconoció la ayuda de China al gobierno de Milei. “China ha asumido compromisos firmes, entre ellos refinanciar sustancialmente la parte activada del swap del Banco Popular de China y abordar los retrasos en los préstamos del proyecto (las represas de Santa Cruz) en consonancia con el progreso de su ejecución”, escribieron en Washington.

 

Fuente: Cenital - Junio 2024

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