Cifras para pensar la cuestión de la sustentabilidad del crecimiento y la inflación

Javier A. González*
Se ha instalado en los ambientes económicos y políticos la cuestión de la relación entre la tasa de crecimiento de la economía, el nivel de inflación y las definiciones de las políticas monetarias y fiscales óptimas para controlar esta última. En esta nota presentaremos los resultados de un ejercicio realizado para obtener como indicador el nivel relativo de desvío o “brecha del producto”, la diferencia entre el producto efectivo y el “producto potencial o tendencial de largo plazo”. [size=xx-small][b]Artículos relacionados:[/b] . Las causas estructurales de la inflación / Guillermo Gigliani [/size]

Se ha instalado en los ambientes económicos y políticos la cuestión de la relación entre la tasa de crecimiento de la economía, el nivel de inflación y las definiciones de las políticas monetarias y fiscales óptimas para controlar esta última. Unos sostienen que existe una solución de compromiso entre las altas tasas de crecimiento económico –a niveles “chinos”- y el objetivo de controlar los crecientes niveles inflacionarios. La economía estaría creciendo a niveles superiores al óptimo –que se encontraría en alrededor del 6%; para este año se prevé un crecimiento del 8,5%- por un incremento del gasto público y expansión monetaria que producirían desequilibrios entre la oferta y la demanda de bienes incrementando la inflación. Otros presentan el hecho de que el subempleo y el desempleo abierto de los factores productivos, tanto del trabajo como del capital, todavía son muy altos y que, por lo tanto, las altas tasas de crecimiento son necesarias de manera que el producto se acerque a su nivel potencial. Para éstos, los niveles de inflación existentes no se encuentran relacionados a las altas tasas de crecimiento del producto sino, más bien, al ejercicio de “poder de mercado” por parte de ciertos agentes económicos formadores de precios, puja distributiva del excedente productivo, ajuste tardío del precio de los no-transables a la paridad dólar, etc.

En esta nota presentaremos los resultados de un ejercicio realizado para obtener como indicador el nivel relativo de desvío o “brecha del producto”, la diferencia entre el producto efectivo y el “producto potencial o tendencial de largo plazo”.

La posibilidad de identificar y analizar los componentes básicos del producto real resulta central a los efectos de la política económica. Los conceptos de producto potencial y brecha de producto adquieren relevancia práctica, no solamente en una visión de crecimiento a mediano y largo plazo sino también en la explicación de la coyuntura. En efecto, el “producto potencial” se interpreta como el máximo producto que una economía puede alcanzar sin generar desequilibrios entre la oferta y la demanda. En el mediano plazo, la tendencia estimada del producto potencial ayuda a determinar el sendero de crecimiento sostenible; en el corto plazo, las estimaciones de la brecha entre el producto efectivo y el potencial proveen indicios de las posibles presiones inflacionarias que pueda enfrentar la economía.

Para el cálculo de este indicador se han utilizado series trimestrales actualizadas desde 1970 del Producto Bruto Interno a precios del productor de 1993, de la evolución del Empleo Urbano –sin contabilizar las personas adscriptas al “Plan Jefes y Jefas de Hogar”- y una estimación propia del acervo de Capital Reproductivo (Construcción No Residencial más Maquinaria y Equipo) a precios de 1993 (se ha actualizado la serie presentada por José Luis Maia y Pablo Nicholson en “Stock de Capital y Productividad Total de los Factores en la Argentina”, Dirección Nacional de Coordinación de Políticas Macroeconómicas, Ministerio de Economía, Octubre 2001).

En el Gráfico N° 1 se observa que el crecimiento económico actual desde el primer trimestre de 2003 hasta el presente se diferencia de cualquier otro período histórico, tanto en intensidad como en duración del mismo. Observando sus componentes vemos que la acumulación de Capital Reproductivo se reanima aceleradamente, luego de su decrecimiento en el período 2001-2003, según se va incrementando el esfuerzo en inversión productiva (en el Gráfico N° 2 puede observarse que la tasa de crecimiento anual del acervo del capital se encuentra cercana al 5% para el segundo trimestre de 1997). Desde el punto de vista histórico estas tasas sólo son superadas en algunos períodos de la década del ’70 anteriores a la crisis de la deuda de 1982 que detuvieron el proceso de acumulación de capital durante esa década.

Gráfico Nº 4.
Producto, Producto Tendencial y Brecha del Producto. 1970-2007

En conclusión, según la metodología utilizada no hay evidencia relevante para sostener que nos encontramos en un recalentamiento de la economía, consecuencia de las altas tasas de crecimiento del producto relevadas. Éstas encontrarían su sustento en una fuerte reanimación de la inversión productiva, del empleo y de la productividad históricamente tendencial de estos factores productivos en este período. Entendemos así que el alto crecimiento no es el determinante principal del innegable proceso inflacionario emergente en el presente y que las fuentes de este último deberán ser halladas, fundamentalmente, por el lado de las estructuras e instituciones que rigen los mercados internos, las exportaciones y las pujas distributivas por el excedente productivo, entre otros factores.

[i]*Coordina el “Grupo de Investigación en Economía Industrial-INTI” que integran, a su vez, Diego Hybel, Carlos Maslatón, Gabriel Queipo y Juan Carlos Valero, jagonzal@inti.gov.ar[/i]

Las Definiciones">http://www.inti.gov.ar/sabercomo/sc58/inti8.php]Definiciones metodológicas de este informe pueden ser consultadas en la web de Saber Cómo.

Fuente: [color=336600]INTI / Saber Como nº 58[/color]

Compartir en