Dólar y teoría del todo

Uno de los grandes éxitos discursivos de la economía tradicional consistió en la difusión de su ideología mediante conceptos muy simples. No hay mercado, por complejo que parezca y por multitud de variables que incluya, que no pueda ser reducido muy rápidamente a los principios básicos de la oferta y la demanda; la única “ley” económica que siempre funciona, “como la gravedad”, sólo basta con alinear las variables correctas de la manera adecuada. El resultado es epistemológicamente asombroso; la economía bien podría ser la envidia de la física, que continúa buscando una ecuación “sencilla y elegante” que, unificándola, explique la totalidad del universo.