La Crisis Económica Internacional goza de buena salud

La crisis financiera internacional, desatada desde el año 2007 con la caída de los fondos de inversión del banco ”Bear Stearns”, y cuyo epicentro es en los EEUU y Europa central, continúa, pese a la recuperación que tuvieron los países centrales en el año 2010, y se extiende en mayor o menor medida al resto del planeta.

Y esto es fundamentalmente así, porque la economía norteamericana y la europea representan aproximadamente el 40% de los bienes y servicios que se producen en el mundo, y su comercio es el 55% del intercambio mundial, con lo que es obvio que la crisis en esos países desarrollados impacta en el precio de las acciones, de los títulos públicos y de las monedas, y a través de ello, en la economía real, donde se produce una desaceleración del nivel de actividad, no solo en esos países, sino por su peso y por la integración económico financiera, en el resto del mundo.