Instrumentos para reencauzar en términos soberanos los dislates de los fondos buitre y de la justicia norteamericana a su servicio.
La sentencia de Griesa, que no es de Griesa sino del Poder Judicial de Estados Unidos y en tanto tal, integrante del gobierno norteamericano, resulta ser en definitiva un acto institucional o de gobierno de la potencia hegemónica, poniendo una vez más en evidencia el desprecio de ésta por el Estado de Derecho y la reproducción por otros medios de la política tradicional de entender los países de América Latina y el Caribe como su patio trasero. El fallo de que se trata se exhibe manifiestamente viciado de una magna arbitrariedad, o lo que es igual, utilizando expresiones similares, un fallo absurdo, insólito, disparatado y jurídicamente escandaloso; por ende calificable sin más como un “acto jurídico inexistente” y/o nulo de nulidad absoluta, insanable e imprescriptible.
Fondos buitre: The New York Times habló de una "campaña contra Argentina"
"La campaña contra Argentina muestra lo determinados que pueden ser los fondos de inversión y cuánta plata pueden tener para hacer uso de su influencia fuera de los mercados en los que hacen sus jugadas". Con el título "Argentina encontró un enemigo implacable en el fondo de inversión de Paul Singer", el blog especializado en negocios y finanzas del diario estadounidense The New York Times criticó hoy el poder desmedido del fondo NML.
"Con sólo 300 empleados, el fondo del multimillonario Paul Singer se las ha arreglado para forzar a Argentina, una nación de 41 millones de personas, a retroceder hasta una posición en la que ahora debe considerar la posibilidad de una rendición humillante", publicó el diario.
Se hizo eco también de las implicaciones que una victoria de los fondos tendría sobre futuras reestructuraciones de deuda, una preocupación que comparte con el Fondo Monetario Internacional y con el propio gobierno de Barack Obama: "Algunos expertos dicen que la pelea puede haber desplazado ya el centro de poder hacia los acreedores en los gigantescos mercados de deuda a los que los países acuden regularmente para financiar sus déficits: los países en crisis podrían tener más problemas ahora para conseguir un respiro frente a sus acreedores mediante la declaración de un default".
"Estados Unidos está lanzando una bomba en el sistema económico mundial (...) No sabemos cuán grande va a ser la explosión y no afecta sólo a Argentina", dijo al diario estadounidense el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz.
Sin descartar que el principal deseo de Singer es "hacer dinero", el diario apunta la posibilidad de que el multimillonario vea su batalla contra Argentina como una especie de "cruzada": "Donante del Partido Republicano con inclinaciones libertarias, se ha manifestado cada vez que ha pensado que había gobiernos o empresas dañando los derechos de los acreedores".
Hace una semana, el jefe de la sección de finanzas de The New York Times, Floyd Norris, acusó al juez federal de ignorar un detalle básico del caso: que una parte muy importante de los bonos emitidos en los canjes de 2005 y 2010 habían sido emitidos bajo legislación argentina.
“Una bomba sobre el sistema global”
“Hemos tenido muchas bombas alrededor del mundo, y ésta es una que Estados Unidos le está tirando a todo el sistema económico global. No sabemos cuán grande será la explosión y las consecuencias no serán sólo en la Argentina.” Así de contundente fue el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz en declaraciones al diario The New York Times. El economista cuestionó con dureza el fallo del juez Thomas Griesa, convalidado por la Cámara de Apelaciones de Estados Unidos y la Corte Suprema de ese país.
“La campaña contra la Argentina muestra cuán profunda puede ser la influencia de los fondos buitre por fuera de los mercados a los que apuestan. Mientras la firma del Sr.(Paul) Singer tiene todavía que cobrar algún dinero de la Argentina, algunos expertos en deuda señalan que la batalla ya orientó la balanza a favor de los acreedores en el enorme mercado de deuda al que acuden regularmente los países para enfrentar su déficit”, graficó Stiglitz en el NYT.
Para Stiglitz no sólo está en juego el proceso de reestructuración de la deuda argentina sino que el accionar de los fondos buitre pretende disciplinar al sistema financiero para que siga operando de manera autorregulada. “La consecuencia de este cambio en la relación de fuerzas es bastante lógica. Los países en crisis ahora pueden encontrar más difícil hallar alivio de los acreedores después de un default de su deuda”, concluyó el Premio Nobel.
A partir del caso argentino, varios países comenzaron a modificar su legislación para resguardarse ante los reclamos minoritarios de los fondos buitre, como ocurrió en la plaza financiera de Inglaterra o Luxemburgo. El propio jefe de Gabinete de Argentina, Jorge Capitanich, sostuvo que el país podría recurrir a la ONU para impulsar una convención sobre reestructuraciones de deuda.
Mensaje de más de cien economistas internacionales al Congreso de Estados Unidos
En la carta, sostienen que los acontecimientos recientes en relación con el caso argentino también tendrán un impacto directo en Estados Unidos y su condición de “centro financiero de la economía mundial”. Temor sobre la plaza Nueva York.
La puja de la Argentina contra los fondos buitre generó un reclamo internacional para crear nuevos mecanismos legales que permitan proteger las reestructuraciones de deuda soberanas y evitar la arbitrariedad de un sistema judicial que logró avanzar sobre las decisiones de política económica de otro país. Este es el escenario que permite entender el contexto en el cual una serie de economistas como el Nobel adscripto a teorías neoclásicas Robert Solow, Branko Milanovic y Dani Rodrik escribieron una carta dirigida al Congreso de Estados Unidos instando a los legisladores a “actuar inmediatamente y buscar soluciones legislativas para mitigar el impacto nocivo de la decisión del tribunal” de Griesa. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner mencionó este texto durante su discurso de ayer, y afirmó que le gustaría leer este tipo de argumentos en la prensa local y no en los periódicos extranjeros.
“La decisión de la Corte distrital, y especialmente el interdicto que está actualmente bloqueando a Argentina de realizar los pagos al 93 por ciento de sus bonistas extranjeros, podría causar un daño económico innecesario al sistema financiero internacional, así como a los intereses económicos de Estados Unidos y de la Argentina”, sostuvieron los economistas, acompañados de otras cien firmas.
Los países del Brics –Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica–, los de la Unasur, el Mercosur, las naciones que forman parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Grupo de los 77 se han pronunciado en contra del accionar de los fondos buitre en relación con el caso argentino, por el precedente que han sentado para las reestructuraciones de la deuda y, a su vez, comenzaron a demandar cambios en la legislación, ya sea a nivel local como supranacional.
“La decisión de la Corte de que la Argentina no puede continuar pagando a los bonistas reestructurados, excepto que primero pague a los demandantes, significa que cualquier holdout acreedor puede echar a perder todos los acuerdos existentes con los tenedores de bonos que optaron por negociar. Mientras que a individuos y corporaciones se les garantiza la protección de la ley de bancarrota, no existe tal mecanismo para los gobiernos soberanos”, escribieron los economistas Milanovic, Rodrik y Solow.
La visión de estos economistas, sumada a la del Premio Nobel Joseph Stiglitz (ver aparte), contrasta con la de los economistas locales. Si bien la mayoría ha cuestionado el accionar de los fondos buitre, enfatizaron más su crítica al gobierno nacional antes que considerar las implicancias globales de la puja que está llevando adelante el gobierno nacional. El ex secretario de Finanzas Guillermo Nielsen sostuvo durante un reportaje en Radio Nacional que los pronunciamientos de la OEA o los Brics no tenían importancia ni incidencia en la temática y que sólo podría generarse un cambio en el sistema financiero internacional dentro del FMI. Stiglitz, por su lado, y Milanovic, Rodrik, Solow y las otras cien firmas que enviaron su carta al Congreso norteamericano estarían considerando otros escenarios.
En la carta sostienen que los acontecimientos recientes en relación con el caso argentino también tendrán un impacto directo en Estados Unidos y su condición de “centro financiero de la economía mundial”. “Si bien gran parte de la deuda del mundo en desarrollo ha sido publicada bajo la jurisdicción de las leyes de Nueva York y la utilización de las instituciones financieras con sede en Nueva York, el fallo del tribunal (de Griesa) hará que sea más probable que los gobiernos soberanos busquen ubicaciones alternativas para la emisión de deuda. Gran Bretaña y Bélgica, por ejemplo, ya han aprobado una legislación destinada a prevenir este tipo de comportamiento de los acreedores holdouts”, aseveraron.
En su argumento está la pretensión de defender el statu quo de Estados Unidos como plaza financiera internacional. Es desde ese lugar que reclamaron cambios en el sistema jurídico de su país para evitar los abusos judiciales de la sentencia de Griesa, convalidada por la Cámara de Apelaciones y la Corte Suprema.
“La decisión del tribunal (de Griesa) obstaculizaría gravemente la capacidad de los acreedores y la de los deudores a concluir de manera ordenada una reestructuración, dejando que una crisis de deuda soberana ocurra. Esto podría tener un impacto significativamente negativo en el funcionamiento de los mercados financieros internacionales, como el FMI ha advertido en repetidas ocasiones”, indicaron Milanovic, Rodrik, Solow.
Lo que intentó dejar en claro este conjunto de economistas es que nada será igual en la arquitectura financiera internacional a partir del caso argentino, cualquiera sea su resolución.
Conferencia del Ministro Axel Kicillof desde el Consulado argentino en Nueva York
Documento de Trabajo Nº 49
Luego de la fuerte caída de la economía argentina en 2001 que concluyó con la declaración de cesación de pagos de su deuda externa en diciembre de ese año, el gobierno como parte del proceso de recuperación de su economía ofreció en el 2005 una apertura de canje de su deuda en default buscando normalizar su situación.
Geopolitica del Banco BRICS; estrategia y cooperación financiera
La «Declaración de Fortaleza» contiene grosso modo, las conclusiones y perspectivas de integración al término de la VI Cumbre del BRICS, realizada del 14 al 16 de julio en Brasil. A través un documento (1) de 72 puntos de carácter oficial, el grupo pentapartita integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica -que aglutina 40% de la población, 26% de la superficie terrestre, 27% de la producción y 21% del PIB mundial- reafirmó su compromiso con el derecho internacional, el multilateralismo político, el desarrollo económico, la equidad social, el crecimiento sostenible y la preservación del medio ambiente.
El cuento del aislamiento
Los acuerdos celebrados con Rusia y China no podrían ser caratulados como las noticias más populares del momento, entre otras cosas porque su repercusión en los medios de mayor alcance es –para ser benévolos– francamente secundaria. Pero si se observa el mediano y largo plazo, y en alguna medida también el corto, son de los hechos más trascendentales de los últimos tiempos.
Al margen del espacio exiguo que le confirió la prensa opositora (sus noticieros televisivos del jueves a la noche directamente ignoraron que visitaba el país el presidente de la segunda potencia mundial), esa falta de repercusión es comprensible. En el caso particular de los negocios con los chinos, además, hay el antecedente del episodio de 2004, cuando Kirchner y su par Hu Jintao declararon tanto como ahora que la relación entre ambos países era estratégica. En aquel momento, con origen desconocido, se dejó correr que Beijing aportaría 20 mil millones de dólares en concepto de nunca se supo qué. La versión tardó poco en revelarse como falsa. Subsistirá la duda de si fue torpemente influida por Casa Rosada, para generar algún pico de entusiasmo cuando Argentina ni siquiera veía las puertas del purgatorio; si se trató de una auténtica fantasía oficial, o si consistió en una opereta para dejar en orsay al Gobierno. Cualquiera haya sido el origen, quedó como el gran cuento chino. Pero no es por eso que los acuerdos actuales despiertan antes indiferencia que prevenciones. Es que el amperímetro de los sectores bajos y medios se mueve con primacía por la realidad del bolsillo cotidiano, las expectativas por fuentes laborales y estabilidad del empleo, la percepción positiva o negativa en torno del horizonte más bien inmediato. Pretender que eso sea reemplazado por una contentura masiva, debido a que los rusos acaban de rotularnos como socio estratégico principal en América latina, o a que los chinos invertirán y prestarán a tasa baja y largo plazo una carrada de miles de millones de dólares, sería de una ingenuidad a toda prueba. Cómo se afronta la suerte en el supermercado o en el chino, justamente está a kilómetros por delante de estrategizar que Moscú apuesta fuerte en la energía nuclear argentina o que Xi Jinping anuncia unos 5 mil millones de dólares para las dos represas hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz (que serán completamente nacionales, aportando casi un cinco por ciento de la electricidad que consumimos). El Estado argentino comenzará a pagar el préstamo una vez que las centrales estén funcionando, lo cual supone cinco años y medio de gracia, y participan en el crédito tres bancos chinos de primera magnitud. Recibirán la contrapartida de venta de energía. Es también con los chinos que se acuerda la renovación del swap (pase) conveniado en 2009: canje de yuanes por pesos, que no necesariamente implica un desembolso para integrar respaldos monetarios sino un reaseguro que favorece a Argentina si hubiera presión cambiaria o caída en el flujo de reservas. Todo muy bonito, dirán la lógica y sensibilidad generales junto con la propaganda contraria de ciertos intereses mediáticos, pero el pequeño detalle es que mientras tanto hay un escenario de caída de consumo y problemas de estabilidad laboral anclados, entre otras causas, en el motor percutido de las áreas automotriz y de la construcción. Es cierto. No debería decirse que el Gobierno está inmóvil contra ese presente, porque despliega políticas de protección institucionales y asistencialistas que, hasta aquí, contienen con éxito el descontento y la incertidumbre social y sindical. Son respuestas que tienen al Estado como actor principal, y no a los agentes económicos privados. Como fuere, el clima económico no es el mejor. Sin embargo, y siendo que de los laberintos se sale por arriba, las dificultades de coyuntura no deben extraviar la mirada acerca de si en lo estructural está obrándose a los tumbos o con buena mirada estratégica.
China es el segundo socio comercial de Argentina, solamente superado por Brasil. Son 14 mil millones de dólares anuales con una balanza comercial muy deficitaria, que traducido a productos significa que les vendemos materias primas sin valor agregado –soja a la cabeza– contra importación de manufacturas para armar electrodomésticos y otros bienes. Les despachamos porotos de soja, carnes de ave, cueros vacunos, aceite de maní. El avance en los acuerdos que se firmaron no ubica a los chinos como benefactores de la Argentina ni nada que se le parezca. La propia prensa adversa al Gobierno destaca que seguimos hablando de venderles energía, alimentos y minerales, pero a cambio de que ellos inviertan en infraestructura que en varios aspectos son de logística para bajar los costos de transporte de lo que necesitan. Son los casos de la red ferroviaria a través del Belgrano Cargas y el de los dos acueductos a construir en Entre Ríos, para regar tierras que producirán arroz. Y a más de la fabulosa inversión en la construcción de las centrales hidroeléctricas santacruceñas, los asiáticos garantizan financiación preferencial para construir una cuarta central nuclear, con tecnología similar a la de Embalse y a instalarse en la localidad bonaerense de Lima, junto a Atucha I y II. Se sugiere leer la nota del colega Fernando Krakowiak, en Página/12 del viernes pasado, que precisa los alcances de este acuerdo que podría incluir la construcción de un quinto reactor para el que ya precalificaron multinacionales estadounidenses, francesas, rusas y coreanas, a más de otra china (CNCC). El presidente chino llegó con una comitiva de más de 200 empresarios y se firmaron acuerdos bilaterales en varias áreas. Hasta hace unos 20 años, Argentina les compraba a los chinos zapatos y juguetes. Ahora les compramos maquinaria, partes de motos y productos para el hogar, como subraya el presidente de la cámara comercial argentino-china, Ernesto Fernández Taboada, a la par de reconocer que se incrementa la venta de aceite de oliva y cacahuete, pescado, madera, vino tinto, alas y garras de pollo. Agilizar todo eso requiere invertir y prestar en infraestructura aquí, y por supuesto que el esquema llama a preguntarse si no sería mejor una activación local de economías regionales integradas, menos sujeta a los gigantes emergentes, a los acuerdos de élites empresariales y a la importación de insumos que comprenden ciertas inversiones externas. Suena atractivo y desde ya que podría ser complementario, pero no parece realista cuestionar a rajatabla este tipo de alianzas productivas si se juzga la dimensión de los actores en juego, la dinámica política y, en definitiva, las probabilidades de desarrollo en los marcos de un sistema capitalista integrado a escala global como nunca sucedió en la historia.
Convendría también detenerse en que Argentina acaba de participar en la sexta cumbre del grupo Brics, sigla empleada internacionalmente para referirse de modo conjunto a Brasil, Rusia, India y China, y a los que en 2010 se agregó Sudáfrica. Son el 43 por ciento de la población mundial, con casi un cuarto de la economía planetaria y creciendo año a año: el comercio entre ellos ascendía a unos 21 mil millones de euros en 2002, para alcanzar casi 250 mil millones de la misma moneda en 2012. Esta semana se anunció la creación de un banco de los Brics, destinado a cubrir necesidades de financiación e infraestructura de los emergentes. Es similar al mecanismo creado hace cuatro años y del que forman parte países del sudeste asiático más China, Japón y Corea del Sur. Argentina fue invitada a la reunión que se efectuó en la ciudad brasileña de Fortaleza y Cristina informó que recibió un amplio apoyo de Brics en la batalla contra los buitre. Aunque el respaldo no se expresó de manera declaratoria formal, varios referentes de las naciones del grupo ya lo habían manifestado. Es un dato político importante, si bien la prensa opositora prefirió destacar que Argentina no fue invitada a sumarse al conjunto. Dilma Rousseff se ocupó de aclarar que eso es “por ahora”, pero en realidad nunca estuvo en danza que Argentina fuese convocada a integrarse. En otras palabras, construyeron una observación previa por la negativa para que el saldo positivo de la participación del país quedase licuado. Un manipuleo que no es ninguna novedad, sin que por eso deba dejar de señalárselo porque en este caso, además, fue la propia cumbre Brics lo que no recibió un despliegue informativo acorde a su magnitud. Salvo, claro, si se considera chaucha y palito la conformación expansiva de un bloque de poder mundial que trastrueca el eje Estados Unidos-Europa, para equilibrarlo con el de Asia-Pacífico –junto con algunos grandes actores sudamericanos– y lo que eso suponga en las relaciones globales de poder. El colonialismo mental de algunas gentes les impide asomarse a lo que está delante de sus narices.
Excepto por los 20 años de impunidad tras el atentado a la AMIA, no se diría que haya habido, para rango de primera plana, noticias mejor merituadas que las descriptas. Pero no fue así y, tras los ecos del desempeño de la Selección en el Mundial y los incidentes alrededor del Obelisco, se volvió a los avatares de palacio y a las coyunturas de la economía doméstica. Sólo metió baza el estado de la negociación con Griesa y sus amiguitos. Que eso se comprenda, y hasta justifique, no implica que la vista renuncie a esforzarse para llegar más lejos. Debería ser insólito que algunos persistan en hablar de una Argentina afuera del mundo, aislada, librada a la buena de Dios de ser “argenzuela” o tonterías por el estilo. Esa gente necesita salir a buscar un poco de aire fresco, informarse mejor, tomar nota de que ese mundo está en un movimiento que ya no responde estrictamente a la lógica imperial y binaria. O lo saben y no lo dicen, o están convirtiéndose en una derecha vieja.
“Soberanía versus neoliberalismo”
El área de Economía y Tecnología de la Flacso sede Argentina y el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) de la CTA publicaron ayer una declaración conjunta sobre el conflicto con los fondos buitre. Con el título de “Soberanía versus neoliberalismo”, el texto dice: “La decisión del gobierno nacional de rechazar la extorsión de los fondos buitre y del Poder Judicial norteamericano es un hito decisivo para consolidar la soberanía y la viabilidad económica y social de la Nación. Se trata de resguardar lo avanzado en la renegociación y quita de la deuda externa de 2005 y 2010, así como el pago al FMI, que permitieron –junto a la expropiación de la mayoría accionaria de YPF– reafirmar la soberanía nacional y generar las condiciones para tender a mejorar el nivel de vida de los sectores populares en un estado constitucional de derecho”.
“El neoliberalismo como etapa específica de la dominación y acumulación capitalista introdujo nuevas formas de subordinar a los estados nacionales a la lógica de la expansión insaciable del capital financiero.”
“Décadas atrás el condicionamiento inicial fue el propio endeudamiento externo no sólo por el pago de intereses notablemente elevados, sino porque fue clave para concretar una fuga de capitales inédita que lideraron tanto ellos como sus socios nacionales (los grupos económicos locales). Posteriormente, los denominados ‘golpes de mercado’ –de los cuales las crisis hiperinflacionarias de 1989/1990 constituyen una fiel expresión– estuvieron destinados a apropiarse de las empresas públicas y con ellas garantizar el pago de la deuda externa pública y privada.”
“Más recientemente, los juicios entablados por las firmas transnacionales –especialmente las de servicios públicos privatizados– ante el Ciadi, organismo dependiente del Banco Mundial, fueron posibles por la firma en la década de 1990 de los Tratados Bilaterales de Promoción y Protección de Inversiones Extranjeras (TBI), que en la actualidad deberían ser denunciados. Ahora, el condicionamiento proviene ya no del Banco Mundial sino, nada menos, del sistema judicial norteamericano, supuestamente ‘técnico y neutral’, que no sólo convalida una extorsión a un país soberano que busca compatibilizar la reestructuración de su deuda externa con el desarrollo económico, sino que internacionaliza las propias pugnas de poder dentro del imperio.”
“Ciertamente no se trata de adoptar posiciones intransigentes, inviables dadas las actuales relaciones de fuerza, que le significarían una pesada carga a la sociedad argentina. Se trata de avanzar en la negociación dentro de los límites que impone la necesidad de preservar los intereses de la mayoría de la población no agregando nuevos condicionamientos a la soberanía nacional.”
DECLARACION DE AAJ ANTE LA PRETENSIÓN DE LOS JUECES ESTADOUNIDENSES DE SUPRIMIR LA JURISDICCIÓN JUDICIAL ARGENTINA.
La Asociación Argentina de Juristas -Rama Nacional de la Asociación Americana de Juristas, organización continental no gubernamental, con estatuto consultivo en la ONU-, repudia la resolución de la Corte Suprema de Estados Unidos que rechazó el tratamiento de la apelación del Estado Argentino al fallo de juez Thomas Griesa, que condenó a nuestro país al pago de los bonos en poder de los fondos buitres. La AAJ, que desde hace 30 años analiza el tema, reafirma la ilegalidad e ilegitimidad de la deuda externa pública de la Nación Argentina, y ratifica en todos sus términos su declaración de fecha 2 de Diciembre del 2012, en ocasión del fallo de Griesa.
Seguimos sosteniendo que no se debe acatar los fallos de ningún juez extranjero en causas en las que la contraparte del Estado Nacional es una persona o sociedad privada, por ser violatorio de principios de derecho nacional e internacional. Tal situación de ilegalidad e ilegitimidad, lo es en cuestiones que exceden el marco de los tratados de DD.HH. en los que se delega jurisdicción con los límites del artículo 75, inciso 24 de la Constitución Nacional.