Desde los 80 sólo se crearon en el país 900.000 empleos en blanco
A pesar de la recuperación del aumento del empleo formal, la tasa de informalidad se ubica hoy en 41,8%, lo que implica que por cada trabajador formal existe casi 1,3 trabajador informal. Esta problemática es analizada por la economista Nuria Susmel en un artículo de la revista «Indicadores de Coyuntura» de FIEL que concluye que «la cuestión de la informalidad no tiene seguramente un único aspecto, pero sin lugar a dudas, la reducción de los costos laborales y la fiscalización son parte de las armas contra el problema».
Fuente: Ámbito Financiero
• A fines de 2002, la tasa de informalidad había llegado a 50% si se considera ocupados a quienes trabajan con un plan de empleo, y a 44,3% si solamente se tiene en cuenta el empleo genuino.
• A comienzos de la década del 80, los trabajadores asalariados informales representaban 21,8% del total de asalariados; a comienzos de la década del 90, 32%, y en 2000 era de 44% (incluyendo planes) y 43% tomando sólo el empleo genuino.
• Lo llamativo de esa tendencia es que la tasa de informalidad creció en ese período porque todo el aumento del empleo en los 80 y 90 se concentró en el sector informal de la economía.
• Entre comienzos de 1980 y 2002, el empleo asalariado (excluidos los planes de empleo en los últimos años) creció en 2,2 millones de puestos, mientras en el sector formal se verificaba una caída de 21.000, por lo que toda la expansión del empleo asalariado se daba en el sector informal.
• No existe una única dimensión para explicar el crecimiento de la informalidad, pero seguramente la alta imposición al trabajo durante la mayor parte de los 80 y comienzos de los 90 expliquen en gran parte ese comportamiento.
• Desde fines de 2002, el empleo asalariado formal comenzó a recuperarse tras más de 20 años de virtual estancamiento, mientras que el empleo asalariado informal, si bien seguía creciendo, lo hacía a un ritmo inferior, con lo cual la tasa de informalidad asalariada se fue reduciendo.
• Tras la devaluación de la moneda, el incremento de los precios mayoristas redujo notablemente el costo laboral, en especial en los sectores exportadores mayoritariamente formales, lo cual impulsó el crecimiento del empleo registrado.
Los últimos datos disponibles del primer trimestre de 2006 indican que la tasa de informalidad asalariada se ubicó en 44,3% (41,8% excluyendo de los ocupados los planes de empleo). A pesar del crecimiento en los últimos años (1,5 millón entre 2002 y principios de 2006), en el sector formal sólo se crearon 900.000 puestos desde comienzos de los 80, con lo cual aún hoy por cada trabajador formal en la economía existe 1,27 trabajador informal.
• La magnitud del empleo informal genera diversas consecuencias. En primer lugar, aunque no necesariamente en importancia, alta informalidad implica alta evasión de aportes a la seguridad social, con la cual el sistema de previsión se mantiene en desequilibrio. Cálculos para 2004 muestran que el empleo informal representaba una pérdida de ingresos a la seguridad social de entre $ 9.000 y $ 12.000 millones al año.
La evasión de aportes a la seguridad social en principio excluye a los trabajadores de la cobertura de previsión en el presente (obra social de activos, programa de transferencias familiares, seguro de desempleo) y en el futuro (obra social de pasivos y sistema de previsión). Sin embargo, recientes medidas que tienden a extender la cobertura del sistema de seguridad social a los informales sugieren que la complacencia con los altos niveles de informalidad actual llevará en un futuro a un aumento de gasto público social. . El 53% de los trabajadores informales son varones, y 47%, mujeres. Si bien la proporción de varones es ligeramente mayor, hay que considerar que la participación de las mujeres en el mercado de trabajo es bastante inferior. De allí que controlando por las diferencias en tasas de actividad, 52% para los hombres y 35% para las mujeres, se tiene que la tasa de informalidad femenina es algo mayor que la de los hombres (46% versus 40%).
• En cuanto a la edad, la proporción de jóvenes en el sector informal es muy superior a la que se encuentra en el sector formal de la economía. Del total de informales, casi 29% no supera los 25 años, mientras que en el sector formal esa proporción disminuye a poco menos de 14%. Del mismo modo, la proporción de mayores de 65 años es superior en el sector informal: 3,24% versus 1,6% en el sector formal.
• La tasa de informalidad entre los más jóvenes (hasta 25 años) es de 60%, algo menor que la de los mayores de 65 años. Para el resto (de 26 a 64 años) la tasa de informalidad se ubica en 37,7%. Además de mujeres y jóvenes, otra característica del trabajo informal es el bajo nivel educativo de quienes se encuentran ocupados.
• El 62% de los asalariados informales tiene secundario incompleto, mientras que en el sector formal ese porcentaje es la mitad, es decir que la tasa de informalidad dentro de los menos educados alcanza a 60%. Mujeres y jóvenes con bajo nivel de educación se localizan en empresas pequeñas.
. El 55% del empleo asalariado informal se encuentra en empresas de hasta 5 ocupados, mientras que 85% trabaja en empresas de hasta 25 empleados. Este grupo sólo concentra 36% del empleo en el sector formal