Diez puntos clave para la nueva política de hidrocarburos

Centro de Estudios Estratégicos Raúl Scalabrini Ortiz
Desde este centro de estudios damos a conocer nuestra propuesta de política energética a partir del escenario abierto con la ley de la nacionalización de YPF. Asimismo, impulsamos los principios ratificados por la Presidenta de la Nación al establecer la necesidad de desarrollo tecnológico nacional, insumos y productos energéticos con trabajo y costos argentinos: mayor actividad económica, mejor distribución del ingreso, más equidad social entre otros efectos positivos. Teniendo presente la evolución de este sector a lo largo de los últimos años, escenario que se intensifica notablemente luego del 2011 hasta la actualidad, cuando la balanza comercial energética que venía en declive se vuelve gravosa para la evolución del modelo nacional, cabe reflexionar acerca de las medidas más significativas para reducir dicho desbalance. Este se produce principalmente con la importación de gas oil y de gas natural en forma de GNL. El precio del gas oil importado, no en razón de la falta de crudo sino por déficit de capacidad de destilación, representa precios altísimos con relación a los promedios que paga nuestro consumo local. De la misma manera, el GNL importado que completa la provisión local de gas, tanto en tiempos normales como en los estacionales de alto consumo, significa erogaciones importantes para nuestra economía. Esto nos obliga a pensar en la necesidad de una creciente conciencia de ahorro energético y de uso racional de su consumo. Es por ello que:

1. Ante la situación de crisis mundial que nos afecta y que en el futuro nos puede impactar con mayor intensidad, los argentinos deberíamos establecer una conducta cívica y patriótica de ahorro energético permanente, en particular, asumir un consumo controlado y menor este año, en estos seis meses de julio a diciembre 2012. Este ahorro en gas natural, en gas licuado y en electricidad, permitirá disminuir las divisas para la importación de GNL y recuperar la producción local. Es decir, la primera acción fundante es ahorrar, la segunda es ser más eficientes y la tercera es usar racionalmente los recursos energéticos.

2. YPF hoy representa alrededor del 30% de la producción de hidrocarburos del país. La ley 26.741, que declara a la actividad petrolera de interés público nacional atañe a todas las empresas del sector, sean privadas o del Estado, con actividad en todo el territorio o exclusivamente en ámbitos provinciales. Por ello, es necesario avanzar en el establecimiento de nuevas instituciones y regulaciones que fiscalicen el cumplimiento de los objetivos de la ley. Es fundamental reorganizar el sector institucional de la energía, jerarquizando su funcionamiento en el ámbito de la Administración Pública, dotándolo de los organismos necesarios para regular y controlar el amplio y numeroso complejo de empresas y actividades que lo componen. Entre otros, es conveniente la instalación de una Agencia Nacional de Hidrocarburos, o un ente o ámbito similar, cuya misión y estructura cumpla funciones análoga a la ANP que existe en Brasil.
La ANH sería un organismo autárquico con una estructura que asista en la tarea de elaborar la normativa de exploración, producción y refinación, y el respectivo control de cada etapa. Identifique y evalúe el potencial hidrocarburífero del país, en particular de los recursos no convencionales. Diseñe y promueva la inversión en las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos. Ubique áreas para exploración y/o explotación de acuerdo a las modalidades de contratación que la Agencia proponga para tal fin.

3. Un nuevo marco regulatorio para el gas natural, en el cual se establezca la igualdad de remuneración a los precios de producción, cualquiera sea la ubicación en el territorio de los distintos yacimientos. Ello redundaría en mejoras en los precios de los yacimientos más alejados (Tierra del Fuego y Salta), permitiendo una recuperación productiva en los mismos.

4. Un nuevo marco regulatorio y precios para la explotación sustentable de los hidrocarburos, incluído en especial el del Shale Gas, con el fin de establecer las condiciones de los contratos con empresas multinacionales. No sólo para explotar Vaca Muerta sino todos los yacimientos del país. A cuyo efecto se debiera alentar una creciente participación nacional en los resultados de la explotación y transferencia efectiva de tecnología. Estos contratos de asociación es posible realizarlos hoy, así estén en etapa de conceptualización de proyecto y sean aún parcialmente desconocidas las alternativas y potenciales soluciones, y deben contemplar claramente, y desde su inicio, la transferencia de tecnología a favor de empresas nacionales, y que acompañen las inversiones con componentes de fabricación local. El poder de negociación actual de YPF alienta esta propuesta. Las empresas saben que ésta es la posición nacional y aceptarán cláusulas de transferencia tecnológica.

5. Crear una Empresa Nacional de Tecnología y Servicios para los Hidrocarburos. La misma podría ser una SA de capital mayoritario estatal y tendría la misión de capitalizar y promover junto con el empresariado nacional los equipos e insumos requeridos para esta industria.

6. Postergar la construcción de una nueva refinería nos cuesta anualmente un monto equivalente a la mitad de las importaciones de energéticos. Resulta necesario llamar ya a licitación para construir una destilería en el Golfo de San Jorge, con la mayor participación de componentes locales posible, por encima del 25%.

7. Es necesario, a esta altura, proyectar el crecimiento de los distintos ámbitos del sector energético en base a criterios y planes indicativos de las obras a ejecutar, y de las regulaciones para las áreas de gas y electricidad, que requieren ser adecuadas. En el ámbito de la distribución establecer tarifas con bandas, con incrementos para los consumos más altos, racionalizando las escalas y los cargos fijos y móviles. Cambiar el paradigma : sustituir el concepto de mayor consumo con menor carga tarifaria, por el concepto más racional de una energía disponible finita y más bien escasa. Elaborar una actualización del sistema de precios y contratos de distribución creados en los ’90, por uno más realista acorde con la evolución de nuestra economía.

8. Promover sin pausa el programa de energías renovables para la instalación de centrales eólicas, estableciendo un sistema de precios que aliente realmente su construcción, la ejecución de centrales hidroeléctricas, en particular las que comparten el recurso hidráulico con Brasil buscando opciones de financiamiento del país hermano, y el desarrollo de enegía solar y biomasa.

9. Auspiciar intensamente el desarrollo tecnológico, científico y productivo en el área de energía promoviendo la graduación de ingenieros y técnicos afines y una mayor carga laboral especializada local.

10. Apoyar fervientemente los programa estratégicos recientemente lanzados de recuperación productiva de YPF y de las avanzadas exploratorias productivas del gas no convencional de Neuquén, Mendoza, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, así como en nuevas cuencas y en la plataforma continental argentina.

Miradas al Sur - 29 de julio de 2012

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