El FMI aprobó el acuerdo y apura la primera revisión

Raúl Dellatorre


La misión trimestral vendrá un mes antes. Preocupación por el impacto de la guerra en Europa y un debate intenso sobre cómo debe actuar el FMI, no sólo en el caso argentino.

Finalmente, este viernes el Directorio del FMI aprobó el Acuerdo de Facilidades Extendidas (AFE) de treinta meses para refinanciar una deuda de 44.000 millones de dólares que creó el gobierno de Mauricio Macri a mediados de 2018. Las dificultades para encontrar una salida razonable a ese incumplible compromiso, surgido de un voluminoso crédito que se transfirió a capitales privados para su fuga al exterior, quedaron reflejadas en el documento de aprobación del Fondo. 

El documento no sólo alude a que el programa económico enfrenta riesgos «excepcionalmente altos» para su cumplimiento, sino también a los efectos de la guerra en Ucrania «que ya se están materializando». En virtud de ello, anuncia que se adelantará «la primera revisión del programa», prevista para el mes de de junio (su frecuencia es trimestral) e insta a las partes «a recalibrar las políticas, según sea necesario, para asegurar los objetivos fiscales y contener los efectos inflacionarios del aumento de los precios de las materias primas».

Fuentes oficiales indicaron que la decisión de anticipar la visita de la misión a cargo de la revisión trimestral –aceptada por las autoridades argentinas– surgió tras un debate en el Directorio acerca de cómo proceder con los distintos acuerdos de préstamos vigentes frente al cambio de escenario que impone la guerra en Europa del Este sobre la economía mundial. 

«Hay un debate salvaje entre los que sostienen que el Fondo debería prestar más ayuda a los países en dificultades, y los que afirman que la excesiva liquidez es lo que provoca la ola inflacionaria mundial, por lo cual sostienen que no se puede volcar más dinero al mercado», confió una fuente oficial. En medio de ese debate, quedó la situación de Argentina y su acuerdo, que iba a tratarse en esta misma jornada. Fue el staff técnico del FMI, la misión que realiza las visitas trimestrales, el que propuso anticipar la revisión para hacer un informe sobre el impacto de la crisis de Rusia-Ucrania sobre las materias primas y ver cómo podía afectar el programa con Argentina. Sin mayor oposición, se aceptó la propuesta. 

Se aclaró que el adelanto de la visita cambia la fecha de la visita de la misión, pero no las fechas de cumplimiento de las metas. Es decir, que la revisión llegará, esta vez, antes que las metas del primer trimestre sean exigibles.

El spot del presidente

Por su parte, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, anticipó por twitter un spot del gobierno en el que se repasa el anuncio del 8 de mayo de 2018 del acuerdo stand by con el FMI hecho por Macri, y un discurso en Nueva York del ex mandatario ante el Atlantic Council,  en septiembre del mismo año (en el que señala que «espero que todo el país termine enamorado de Christine» Lagarde, la entonces titular del Fondo). También incluyó el tramo del discurso en el que el propio Fernández ordenó iniciar querella criminal contra «los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y malversación de caudales que nuestra memoria recuerda». 

En un hilo de tuits, Alberto Fernández recuerda que, «en 2018, el gobierno de Mauricio Macri y sus aliados de Juntos por el Cambio, tomó la mayor deuda de la historia con el FMI y la cargó en las espaldas de generaciones de argentinas y argentinos». Señala que «lo hizo con la excusa de levantar el pasivo de más de 100 mil millones de dólares en los que se habia endeudado con acreedores privados, pero en realidad la mayor parte de la nueva deuda terminó derivándose a la fuga de capitales».

El «board» del Fondo

Fue, justamente, la ausencia de planteos explícitos sobre reformas estructurales uno de los puntos de controversia entre los integrantes del Directorio del FMI. Se daba por descontado que el acuerdo de facilidades extendidas (AFE) con Argentina sería aprobado, pero se especulaba que un porcentaje significativo de votos (se mencionaba ente el 20 y 30%) no lo aprobaría, sino que manifestaría su abstención. 

Los cuestionamientos provenían de quienes sostienen que, tradIcionalmente, los AFE, de más largo plazo que los «stand by», incluyen reformas estructurales (previsionales, laborales, impositivas) con el fin de «mejorar de forma estable y duradera» las condiciones de «sostenibilidad fiscal» del país en cuestión. Argentina logró eludir esta formulación, pero muchos de los países que hoy tienen créditos por AFE con el Fondo lo tienen incluídos en sus programas (Ecuador, Egipto, Turquía, hasta Ucrania). A la cabeza de estos cuestionamientos, estaba el Departamento del Tesoro de EE.UU., opinión de indudable peso en el organismo. 

«Little credible and insufficiently ambitious» (poco creíble y escasamente ambicioso), calificaron, o descalificaron, al programa desde esas filas. No llegaron a invalidar el acuerdo, pero dejaron, de algún modo, reflejada su posición en el documento final.

«Los directores acordaron que el programa está sujeto a riesgos excepcionalmente altos», dice en uno de sus párrafos el documento. «Reconocieron la vulnerabilidad de Argentina ante choques externos y dificultades de implementación», advierten. «Pidieron reformas estructurales que aborden las vulnerabilidades estructurales de larga data de Argentina», dejaron asentado, como para marcar su disconformidad con el alcance del acuerdo firmado.

«La elevada exposición a Argentina durante un período prolongado crea importantes riesgos financieros y de reputación para el Fondo», señala. «Dado que estos riesgos no pueden mitigarse por completo a través del diseño del programa y la planificación de contingencias –continúa–, los directores acordaron que se necesitarán evaluaciones finamente equilibradas al considerar las correcciones que probablemente surjan durante la vida del programa».

El documento también incluye un párrafo de la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, que señala: 

«Un fuerte consenso político y social es clave para sostener la implementación de la agenda de reformas, incluso a mediano plazo, lo cual es esencial para abordar las vulnerabilidades de larga data del país». «Los riesgos para el programa son excepcionalmente altos y los efectos secundarios de la guerra en Ucrania ya se están materializando. en este contexto, la recalibración temprana del programa, incluida la identificación y adopción de medidas apropiadas, será fundamental para lograr los objetivos del programa».

Refinanciación y desembolso

La refinanciación prevista es por 31.914 millones de DEG (derechos especiales de giro, canasta de monedas que es la unidad de cuenta del FMI), que equivale a unos 44 mil millones de dólares o el 1000% de la cuota (que le corresponde a Argentina como miembro). La decisión del Directorio Ejecutivo permite a las autoridades un desembolso inmediato de 7000 millones de DEG, equivalentes a 9656 millones de dólares».

El destino de esos 9600 millones de dólares será la cancelación de vencimientos por 2800 millones antes del 31 de marzo y otros previstos en el programa original (el stand by de 2018) para el segundo trimestre. Quedaría, sin embargo, un saldo adicional que serviría como un primer refuerzo a las reservas del Banco Central. 

Tras la primera revisión y eventual aprobación, a fines de junio se produciría el segundo desembolso por 4155 millones de dólares.

 

Resumen Latinoamericano - 26 de marzo de 2022

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