El MA quiere ser una alternativa a la indignación

Entrevista a Mempo Giardinelli

 

El periodista, escritor y uno de los promotores del Manifiesto Argentino (MA)  Mempo Giardinelli comparte sus ideas con La barraca. El diálogo es fluido como siempre que uno charla con él. Siente pasión por Argentina. Es un indignado ante los pesares que las políticas neoliberales le producen a nuestro pueblo. Está convencido que el movimiento ciudadano y programático que propuso al recrear el Manifiesto Argentino puede aportar a construir una alternativa, una nueva mayoría capaz de desalojar en forma democrática y pacifica al poder conservador. Reclama inteligencia y serenidad. En otras épocas se llamaría el temple necesario para batallas largas por una Patria mas igualitaria y democrática.

La barraca: La resistencia al macrismo está creciendo.¿cual es tu balance de la Marcha Federal y de la posibilidad de un paro general?

—Todo ascenso de la protesta colectiva frente a la antinación, que ahora es más oligárquica, racista, prebendaria e inmoral que nunca, es saludable. En ese sentido la reciente Marcha Federal ha marcado otro hito del campo popular que entusiasma e ilusiona. Pero me parece que no mucho más. Un paro general es todavía una propuesta de bases y de las dos CTA, y también de algunas corrientes internas de la CGT, pero yo no veo un real deseo ni sincera decisión en las máximas dirigencias cegetistas, salvo el bancario Palazzo… No digo que no se confluya en el paro, que es necesario como expresión política y social del pueblo trabajador. Pero personalmente y en general no espero demasiado de los dirigentes cegetistas; hace más de 40 años que coquetean con el poder económico más retrógrado, y sólo muestran los dientes cuando ven peligrar sus privilegios.

Lb: A pesar de que las políticas del Gobierno nacional favorecen al 1% mas rico y poderoso una parte importante de la sociedad lo sigue apoyando. ¿Se debe esto al papel de los grandes medios de comunicación o hay también procesos estructurales del capitalismo que reproducen la ideología dominante?

—El apoyo que aún persiste a esas políticas, aunque ya debilitado, tiene que ver con una idea de ascenso social bastante mezquina, individualista y desclasante que se ha inoculado en vastos sectores sociales y que es muy difícil modificar, precisamente porque es producto de un sistema machacón de mentiras y fantasías muy bien urdido. El sistema multimediático es el vehículo de instalación de los retrocesos colectivos que propone el capitalismo contemporáneo, que es sagaz y endemoniadamente astuto.

Lb: ¿Crees que es posible una unidad amplia para resistir la ola conservadora y construir una alternativa? ¿Cual es el papel del PJ y de CFK?

—Por ahora no veo clara ninguna alternativa. De hecho casi todos los políticos decentes que conozco están deprimidos, resignados o esperando un milagro. Y algunos no tan dignos, están reacomodándose. Gran parte del peronismo ha retornado a viejas genuflexiones; el radicalismo se dobló y torció irremediablemente; el socialismo es una penosa confusión de románticos y cretinos, y en el sindicalismo de hoy no existen Toscos ni Ongaros. Ni siquiera el movimiento estudiantil es fuerte ni homogéneo en espiritu soberanista o libertario, ni mucho menos combativo. Y gran parte de la sociedad no se da cuenta todavía, o no quiere darse cuenta, de lo que votó… Es una realidad feísima, y es duro reconocerla, pero es la que es y no la inventamos nosotros. Y en ese contexto el kirchnerismo, que hasta hace un año parecía vigoroso y luchador, hoy está grogui y sin recambio dirigencial. Y Cristina me parece que ha sido demasiado prescindente hasta ahora y, por las razones que sean, es un hecho que no quiere ponerse a la cabeza de ninguna resistencia política y social. Es un panorama amargo, sin dudas, pero yo creo que para cambiarlo lo primero es reconocerlo. Algunos, como en El Manifiesto Argentino, lo reconocemos y por eso nuestra propuesta es una alternativa verdadera, heterodoxa y necesariamente audaz.

Lb: A Macri lo felicita Obama, el FMI y los buitres, a la vez legitima velozmente al gobierno golpista de Brasil y desanda los caminos del Mercosur y el UNASUR ¿Como ves a la derecha regional? 

—La veo como la describe tu pregunta: la derecha viene triunfando por dos razones fundamentales que si no las entendemos bien no sabremos combatir. La primera es su discurso engañoso e ilusionante, que sabemos que está basado en mentiras y engaños, pero que no deja de ser un discurso brillante porque es un discurso sin escrúpulos. Y la segunda es que está asociada, es parte o interpreta a los más poderosos medios de comunicación del mundo. Esa asociación ha sido hasta ahora imbatible: los grandes diarios, los grandes sistemas de cable y televisión, y ahora los ultrapoderes concentrados de telefonía móvil, los sostienen incondicionalmente en el más fabuloso proceso de lavado de cerebros que la humanidad jamás ha visto. Hay que releer a Noam Chomsky y se ve clarito. Pero el problema es y será más grave todavía si las inmensas mayorías del país y del mundo no encuentran modos eficaces y sustentables, sobre todo sustentables, de contrarrestarlos. El caso del kirchnerismo en el poder durante 12 años ha sido ejemplar en este sentido: nunca se avanzó tanto en términos políticos, económicos, culturales, sociales y de liberación, pero a la vez los cambios no fueron profundos, se cometieron demasiados errores y torpezas, no se escucharon advertencias y no se hizo una política de medios eficiente, y bueno, aquí está la realidad…

Lb: ¿Cual será la incidencia de la elección en EEUU para el mundo y américa latina, en particular frente a un posible triunfo de Trump?

—No lo sé y creo, honestamente, que nadie lo sabe. Leo y escucho todo tipo de conjeturas y presagios, pero nada está claro y sobre todo nada ilusiona. Al menos a mí y a muchos amigos sensatos que tengo, dentro y fuera de los Estados Unidos. No tengo ninguna duda de que Trump gobernando la nación más poderosa de la Tierra y sede de un imperio ya centenario, será un peligro absoluto. Pero Hillary Clinton como opción no me parece garantía de cambio, ni para el pueblo norteamericano ni para el mundo. Yo no olvido que ellos han recibido más Premios Nóbeles de la Paz que ninguna otra nación: 20 en menos de un siglo, y los últimos fueron Kissinger, Carter, Gore y Obama. Uno solo republicano y los otros tres demócratas…

Lb: Parte superviviente de la centroizquierda “no populista” abandonó sus valores y posiciones, se sumó al coro contra el populismo, y dialoga y apoya con diferencias al gobierno de Macri. ¿que ocurrió?

—Que escucharon cantos de sirena y se los creyeron, por un lado. Y por el otro fueron desatendidos, menospreciados y hasta maltratados por quienes debieron tener la inteligencia de convertirlos en aliados.

Lb: ¿Que balance haces de la lucha contra el tarifazo, el rol del gobierno y la sentencia de la Corte?

—En general mi evaluación es de fuerte cuestionamiento, y de hecho cada uno de esos supuestos daría para un largo ensayo. Pero todo se puede resumir en una sola evidencia: la destrucción del Estado. En ese sentido la prepotencia racista del gobierno, el tarifazo y la Corte a medida que se han inventado, apuntan directamente contra los intereses populares y a hacer del Estado nuevamente un bobo, como en los 90. A la vez, la llamada “Justicia” se perfecciona como instrumento de protección a ricos, empresarios, bancos, corruptos y genocidas. Con lo que el castigo fáctico y moral es y será cada vez más duro para los desprotegidos, los alternativos y los contestatarios. El panorama es gravísimo y la perspectiva a futuro es aún peor. Porque tal como les sucedió a Alfonsín y a De la Rúa, cuando después del primero o segundo año la situación se les tornó insostenible, no puede haber otra salida que una resistencia que, lo sabemos, el ultraconservadurismo sólo sabe reprimir. Son los verdaderos dueños de la violencia, y es evidente que se están preparando para ella. Basta escuchar y ver a la ministra Bullrich y a los multimedios infames que exageran o inventan escenarios de violencia todo el tiempo, autojustificándose con el cuento de la “inseguridad” y el narcotráfico. Ahora ya salieron con terroristas árabes y no van a parar hasta arrasar con las leyes que limitan el accionar militar, a los que ellos quieren en las calles y los sótanos como hace 40 años. Todo eso es peligrosísimo, porque la capacidad de aguante del pueblo argentino no es ilimitada y siempre puede aparecer un loco o un grupito de locos que resulte funcional al sistema represivo.

Lb: Es un panorama imprevisible y desolador. ¿Cómo se contrarresta eso?

—Yo diría que es previsible que este gobierno va a continuar por ese camino de cornisa y lo va incluso a profundizar. Muchos de ellos lo saben y quizá en el fondo lo desean, porque están llenos de odio. El antiperonismo que llevan en sus venas viene haciendo metástasis después de 70 años y cuatro o cinco generaciones. Pero como a la vez tienen miedo del pueblo, al que desprecian por negro y grasiento y reclamón de derechos y condiciones de vida dignas, saben que para sostenerse no tendrán otro camino que el de la violencia. Y no tendrán freno a la hora de nuevamente poner en riesgo la paz de la república. Por eso nosotros, y todo el campo nacional y popular, tenemos que ser estandartes y garantes de la paz, lo que nos exige ser propositivos y profundos, serenos y muy inteligentes para crear conciencia y así ayudar al pueblo a no caer en provocaciones. Es posible hacerlo, y es la idea básica del Manifiesto Argentino.

Lb: ¿Entendés que hay persecución política, y que se está reduciendo la democracia? 

—Por supuesto, es obvio. El caso de Milagro Sala, por quien no dejo de sentir alguna reticencia, es ejemplar. Todo lo que se ha hecho y se hace contra ella es arbitrario. No hay juicio, no hay pruebas, no hay condena y sin embargo se la mantiene en cautiverio como en una dictadura. Pero además debemos sumar la genuflexión del Congreso, hoy un nido de traidores a la voluntad de sus votantes. Y la designación de dos cortesanos de manera irregular. Y la reducción de las libertades públicas con limitaciones a los derechos igualitarios, la censura radial y televisiva, y el arrasamiento del derecho constitucional de hábeas data… Todo eso define, como mínimo, una democracia anormal, distorsionada día a día. O sea que por todos lados la Constitución y la Paz corren peligro. Estos tipos son de una agresividad y violencia institucional nunca vistas en democracia. Y además son corruptos. Hablan de corrupciones ajenas, pero empardan y superan todo lo anterior porque estos en vez de cinco o diez López imbéciles tienen miles de millones de dólares en cuevas financieras, y así se cagan de risa de la gilada que los votó.

Lb: Se pone en marcha nuevamente el Manifiesto Argentino, ¿cual es la misión que tiene? ¿Que significa construir la Paz con Paz? 

—El Manifiesto Argentino intenta ser una alternativa por ahora de pensamiento, de ideas, de gente decente que desdeña los usos y costumbres actuales y propone la Reforma Constitucional y una reforma política profundas. Ya se verá si el movimiento cívico que proponemos crece o no, pero en cualquier caso estamos convencidos de que la República Argentina necesita esta renovación de ideas y propuestas. En eso consiste la alternativa

Lb: ¿Como se puede ser parte del Manifiesto? Cuales son sus próximos pasos.

—Todo compatriota que lea El Manifiesto Argentino y comparta nuestro ideario es bienvenido. No somos una estructura estática sino dinámica, y estamos en proceso de elaboración de ideas, de intercambio y debate. Adhiere y colabora quien quiere y como puede, aunque en primer lugar difundiendo las ideas del Manifiesto. Acabamos de pronunciarnos en apoyo al Juez Daniel Rafecas, atacado con la típica virulencia mediática del sistema imperante, y fue notable la adhesión a nuestra declaración. Machadianamente, estamos haciendo camino al andar, y es una marcha limpia, de gente decente y de trabajo, y sobre todo es una marcha muy esperanzadora. No es poco.

 

Revista La/Barraca - 9 de septiembre de 2016

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