El modelo de Cambiemos: rumbo claro, límites crecientes
Lejos de los titubeos, el rumbo de Cambiemos posee una orientación específica. No obstante, su viabilidad a futuro es incierta. Impugnación social y limites del gobierno.
El gobierno de Cambiemos cumplió la tercera parte de su mandato constitucional. En el tiempo transcurrido los datos oficiales permiten identificar un rumbo claro aunque no exento de contradicciones. No deben confundirse los titubeos y los pedidos de disculpas con una falta de orientación, ocurre que el rumbo elegido encuentra trabas sociales que lo hacen modificar su intensidad, sin cambiar la dirección. Tal como trasuntó de las palabras del ministro Bullrich en la Academia Nacional de Educación, la estrategia del gobierno es poner múltiples políticas en marcha para que las organizaciones sociales no puedan contestar todas a la vez. De este modo, aun si una iniciativa específica encuentra escollos, el conjunto del programa avanza.
Los sesgos centrales de este rumbo son la apertura y la desregulación de la economía, que producen un severo ajuste social. No se trata del abandono del rol del Estado en la regulación de la economía, sino de su orientación en un sentido específico a favor intereses sectoriales bien concretos. Los últimos datos disponibles indican una recesión del 2% en 2016 respecto del año previo. Pero al interior de este fenómeno agregado, no todos los sectores sufren. De un lado se destaca un puñado de rubros que resultan ampliamente favorecidos por la orientación de la política económica que se ha venido desplegando desde el inicio del nuevo gobierno: el sector agropecuario, la intermediación financiera, la explotación de minas y canteras y la prestación de servicios públicos (electricidad, gas, agua y transporte). La consolidación estructural de estas actividades contrasta con el retroceso experimentado por la construcción y la industria manufacturera (Cuadro 1). Se trata de las actividades que más empleo generan, o que en este caso destruyen. La desocupación informada (próxima al 8%) combina una importante destrucción de empleo privado con cierto “efecto desaliento” entre quienes buscan trabajo y la creación de empleo en la esfera estatal, que evitaron peores valores del índice...
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* Nota original publicada en Edición Nº 215 de Le Monde Diplomatique, Año XVIII, pp.6-7. Los autores son investigadores IDAES/CONICET y miembros de la Sociedad de Economía Crítica.