El Wall Street Journal confirma que la política energética argentina la define Shell y en La Haya

Federico Bernal

 

Juan José Aranguren asumió el Ministerio de Energía en diciembre de 2015. Renunció a la presidencia de Shell-Argentina en junio del mismo año, pero mantuvo su participación accionaria (Clase A; Royal Dutch Shell) hasta septiembre de 2016.

Es decir, fue ministro de Energía y accionista de la firma angloholandesa al menos durante 10 meses. Donde fueron a parar sus acciones y si podrá recomprarlas al concluir su mandato es un misterio. Al igual que sucede con una ingente cantidad de funcionarios macristas, el accionar de Aranguren viola la Ley de Ética Pública. Sus flagrantes "conflictos de interés" por haber sido durante una década CEO de Shell no le impidieron intervenir, en calidad de ministro, en todas las actividades vinculadas con su anterior empleador. ¿A qué actividades nos referimos? Como tantas veces fuera explicado por este Observatorio, absolutamente a todas las energéticas (ver bibliografía). Esta introducción viene a cuento de un artículo publicado el día de ayer por The Wall Street Journal. Su título (en la versión impresa) fue "Las grandes petroleras saltan sobre el shale de la Argentina" (ver bibliografía). Más allá de la lógica celebración que los articulistas hacen del cambio de gobierno en nuestro país, de su naturaleza "business-friendly" así como de la reducción de los costos en Vaca Muerta producto de "acuerdos con los sindicatos y un gobierno decidido a mantener elevados los precios del gas" (léase: flexibilización y tarifazo), resulta estratégico advertir, no ya la vergonzosa publicidad a favor de Shell, sino el siguiente aspecto: de ahora en más, lo que diga y haga la compañía del CEO-ministro Aranguren en Vaca Muerta será determinante para la industria petrolera occidental. Porque si Shell no apuesta al shale argentino, con el poder, las garantías y la seguridad jurídica que ostenta desde diciembre de 2015 a la fecha, ¿quién lo hará? Cuando antes era la YPF renacionalizada -empresa representante del Estado nacional- la determinante para el resto de sus pares, con Macri y Aranguren esa compañía pasó a ser la petrolera angloholandesa (que a su vez controla YPF), a la sazón la compañía con mayor poder en la Argentina, en el Río de la Plata y en el Cono Sur, lógico faro de una administración pro-británica como no se recuerde desde el Centenario. 

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Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC) - 5 de mayo de 2017

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