En una cumbre mundial, cambiarán la forma de definir y medir el kilo
Dejará de estar basado en un patrón que está en París. No modificará la vida cotidiana pero sí la ciencia y la industria.
Un kilo es un kilo. Y así lo seguirá siendo. Su valor numérico va a ser el mismo: no va a "pesar" más, ni menos que ahora. Pero en 2019 va a cambiar la manera de definirlo y de medirlo. Esto no modifica la vida cotidiana de las personas. No habrá sorpresas en la balanza, ni quejas al comprar tomates. Pero sí afectará a la ciencia, la industria y el comercio. También, a los docentes que deberán responder diferente ante la pregunta: "¿qué es un kilogramo?".
Los cambios se definirán en la Conferencia General de Pesos y Medidas (CGPM, por su sigla en francés), que se hace en París cada cuatro años. La próxima fecha será del 13 al 16 de noviembre de 2018. La Argentina va a participar porque es uno de los miembros de la Conferencia y fue uno de los 17 países originales que firmaron la Convención del Metro en 1875.
En el encuentro se van a redefinir cuatro de las siete unidades de medida de base. Es la primera vez que se cambian tantas a la vez. Además del kilo, le tocará el turno al ampere, el kelvin y el mol. El nuevo sistema entrará en vigencia en mayo de 2019.
¿Cómo se va a medir el kilo?
Actualmente se define en función de un objeto. El kilogramo es la masa de un artefacto sólido, de forma cilíndrica, de 39 mm. de altura y 39 mm. de diámetro, fabricado con una aleación de 90% de platino y 10% de iridio, que está en la Oficina Internacional de Pesas y Medidas (BIPM) en Francia. En la Argentina, el patrón nacional de masa es una pesa de acero inoxidable de un kilogramo, identificada como K30, que se calibra cada seis años contra el patrón internacional ubicado en el BIPM.
"Hoy todas las mediciones de masa del mundo están basadas en este prototipo que está en París. Todos los países tienen que calibrar su patrón nacional contra ese prototipo", explica a Clarín Héctor Laiz, presidente del Sistema Interamericano de Metrología, miembro del Comité Internacional de Pesas y Medidas, y gerente de Metrología Calidad y Ambiente del INTI.
Los cambios no se notarán en la balanza (Archivo/Emiliana Miguelez)
El problema es que este sistema es inestable y la discrepancia llegó a abarcar un rango 50 µg (0,00000005 kg). "¡1 kg hoy no representa físicamente lo mismo que 1 kg en 1890! Podemos pensar que una variación de 50 µg en un siglo es muy poco. Sin embargo, la ciencia y tecnología actual requieren referencias metrológicas más estables", suplica el INTI en su sitio Web.
Cuando entre en vigencia el nuevo sistema, "va a estar basado en un valor fijo de una constante universal de la naturaleza, que es la constante de Planck. Entonces, en cualquier lugar donde yo pueda realizar un experimento que me relacione una medición de masa con el valor de la constante de Planck, voy a poder realizar la unidad del kilogramo", precisa Laiz. Y subraya: "No voy a depender de un solo prototipo que está en un laboratorio en Francia".
En concreto, en 2019, "cambia la manera de definir al kilogramo y en consecuencia cambia la manera de medirlo. Pero no es que va a pesar menos o más, sería un problema si cambiara el valor numérico", aclara Laiz.
Ampere, kelvin y mol: las otras unidades
Además del kilo (unidad de base de masa), en la conferencia se van a redefinir el ampere (unidad de base eléctrica, que se usa en toda la industria eléctrica), el kelvin (unidad de temperatura, en la cual se basa el grado celsius) y el mol (unidad usada por los químicos para medir la cantidad de sustancia).
También se redefinirá el kelvin, unidad de base de temperatura en la cual se basa el grado celsius (Archivo/AFP).
El objetivo es reemplazar los actuales sistemas por constantes que puedan ser reproducibles de forma precisa en cualquier laboratorio del mundo. "Todas las unidades de medida van a estar basadas en relaciones con las constantes universales de la física: la velocidad de la luz, la carga del electrón, la constante del Planck. Antiguamente estaban basadas en artefactos", dice Héctor Laiz.
"Deberían ser para siempre. Pueden realizarse en cualquier tiempo y en cualquier lugar. Yo puedo ir a la Luna y puedo realizar el kilogramo, si tengo el experimento. Pero no tengo por qué ir a París a calibrar el kilogramo", compara.
Cambios para la ciencia y la industria
"Este cambio se nota en el nivel más alto de exactitud. Va a tener impacto en las mediciones que se hacen en la investigación científica y en algunos casos en las mediciones que se hacen en la industria de muy alta tecnología, donde se mide con exactitudes de muchos decimales", explica Laiz.
Sin embargo, no se va a notar en la vida cotidiana. "El cambio en la definición del kilogramo tiene un impacto hoy, en la incertidumbre de la realización de la unidad, de una parte en 10 a la 8. O sea: 0,00000001. Y cuando uno va a pesar un producto en el supermercado, uno pesa con una exactitud del 0,1%, del 1 por 1000 (0,001). O sea, está cinco decimales más allá", dice Laiz.
¿Cómo afectará el trabajo diario de los científicos? Clarín lo conversó con Gustavo Galizzi, doctor en Ingeniería e investigador del CONICET en el Instituto de Física de Rosario. "Considerando la alta precisión con que se determinan los patrones de medida y se calibran los instrumentos, un cambio pequeño en un patrón de medida --como entiendo sería en este caso-- estaría incluido dentro del error de medición con que normalmente obtengo resultados experimentales", responde. Agrega que "sería de utilidad discutir el tema con mis colegas del instituto" y que "cada grupo de investigación podría verse afectado de alguna manera".
Los cambios podrían afectar a los científicos
"Creo que sería ventajoso disponer de la definición de los patrones de medida en función de constantes de la naturaleza, porque el patrón sería invariable y reproducible", señala respecto a los beneficios del nuevo sistema. Aunque no descarta que pueda dar lugar a confusiones o algún tipo de inconveniente: "realmente no lo sé", responde.
En nuestro país, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) tendrá la responsabilidad de implementar estos cambios en los patrones nacionales y de informarlo. "A partir de comienzos del año que viene vamos a generar actividades de difusión a la sociedad en general, a la industria y a los educadores. Porque cuando los profesores en los secundarios o en la universidad enseñan qué es un kilogramo, ahora van a tener que cambiarlo", concluye Laiz.
Clarín - 4 de noviembre de 2018