“Es una falacia que podemos financiarnos con deuda”
Horacio Rovelli * (Especial para sitio IADE-RE) | Un análisis crítico sobre el proceso de endeudamiento argentino en el actual contexto de una economía que no crece.
Según el Boletín Fiscal el déficit fiscal del año 2016 fue de 481.920,7 millones de pesos, esto es el equivalente a U$s 32.000 millones, que el mismo gobierno ha financiado con endeudamiento externo (paralelamente el Ministerio de Finanzas informa que en el año 2016 la deuda externa pública nacional se incrementó en U$s 65.744,8 millones, de U$s 222.703 millones al 31/12/2015 a U$s 288.447,8 millones al 30/12/2016). Que los LEBAC (Letras del BCRA) crecieron exponencialmente y que al 12/06/2017 suman $ 860.611 millones, que si le agregamos los “Pases Pasivos” ($ 77.131 Millones) constituyen una deuda cuasi fiscal de $ 937.742 Millones, cifra que supera la Base Monetaria a esa fecha ($ 805.071 Millones) y devengan un interés anual en pesos pero por el equivalente a unos U$s 11.500 millones por año.
Las Reservas Internacionales en oro y divisas (habría que ver qué libre disponibilidad tienen) asciende según el Balance del BCRA a U$s 44.336 millones, a esa fecha, suma muy menor al pasivo no monetario del Banco Central, que en la Argentina no es un tema menor por la facilidad que tienen los bancos de arriar con las reservas en poder de la autoridad monetaria.
El mecanismo perverso del carry trade o bicicleta financiera prepara la bomba de tiempo, dado que el gobierno nacional (y también los provinciales amigos) toman deuda en divisas, se la cambian al BCRA por dinero (en el BCRA entra Oro y Divisas- que así se llama la cuenta y emite dinero) y ese dinero es esterilizado (en sobremedida, dado que el pasivo no monetario constituido por pases y Letras del BCRA es mayor que la Base Monetaria) por los “pases” y “Lebac”, encima los pases son en torno a los 7 -siete-días y el grueso de los Lebac se licita mensualmente, generando una dependencia financiera extrema a la voluntad de sus tenedores, quienes a tasa altas (el corte del día 21 de junio 2017 en los Lebac de 28 días fue del 25,5% anual) para evitar que los que tengan esos títulos y pases quieran irse a dólares. Afirmamos que es muy rápida la posibilidad de pasarse de los Pases y de los Lebac a dólar.
Encima lo que hace que no sea posible otro plan Bonex de 1989 (Decreto 36/90) en el que el gobierno de Menem concretó un canje compulsivo de todos los plazos fijos que superaban el millón de australes a cambio de bonos externos que vencían en 1999, es que no se trata de una mayoría de particulares como los que poseían los plazos fijos de 1989, sino que en la actualidad las operaciones la encabezan los mismos bancos que participaron en las colocaciones de deuda externa del gobierno de Macri: JP Morgan, HSBC, Citigroup, Santander Río (y ahora Nomura, que es un banco japonés que comienza a operar en América latina asociado al Santander), en la colocación de un bono a 100 años[1]. A esas entidades le podemos sumar los bancos que como los nombrados (menos el Nomura que aparece ahora) participaron en el megacanje del 4 de junio de 2001 [2]como son los bancos Galicia, BBV-Francés y la prestación de servicios del banquero estadounidense David Mulford, ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos.
Lo que es peor y se debe entender antes de toda discusión es que el endeudamiento es para cubrir por un lado los vencimientos de deuda, pero por otra parte para financiar el gasto corriente de un estado nacional (y provinciales) deficitarios ante la eliminación de casi todas las retenciones, la disminución de la soja y la menor recaudación tributaria por el menor nivel de actividad.
Los mismos bancos que consiguen dólares afuera participan de la colocación de letras y pases (a su nombre o por terceros pero ellos son los grandes operadores) y esto explica porque, para tomar un ejemplo que nos exima de otros comentario, en el mes de mayo de 2017 las ventas mensuales de billetes totalizaron U$s 1.581 millones, "máximo nivel histórico “y paralelamente, Las compras de billetes se mantuvieron como en meses anteriores, al totalizar U$s 2.358 millones.
La relación entre pasivos del BCRA, sus Reservas Internacionales y la operatoria de los bancos demuestra la fragilidad del gobierno y la dependencia a esos banqueros quienes han nombrado a todos los altos funcionarios del área, desde Luis Caputo en el flamante Ministerio de Finanzas (ex JP Morgan y Deutsche bank); Nicolás Dujovne, Ministro de Hacienda (durante 10 años jefe de economía del Banco Galicia); Francisco Cabrera, ministro de Producción (ex Gerente General de Máxima AFJP del grupo HSBC); el inefable Federico Sturzenegger, hoy presidente de la autoridad monetaria y "partícipe necesario del delito de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública" por Resolución del juez federal de primera instancia Sebastián Ramos a fines de 2013, quien además había ordenado un "embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de 5 millones de pesos" por haber sido principal funcionario de Cavallo en el megacanje; sin contar el nombramiento en la UIF (Unidad Financiera de Información) de la abogada defensora del Ceo del HSBC de la Argentina, María Eugenia Talerico.
Los déficit gemelos
En el corto plazo existen sólo dos maneras de financiar el déficit fiscal: Tomar deuda pública o emitir moneda. El mecanismo perverso del endeudamiento lo realiza fuertemente la dictadura militar con José A. Martínez de Hoz, amigo y socio menor también de la banca internacional. El plan de la dictadura militar respaldado en las fuerzas armadas y el control militar de la Nación, fue de una estructura muy sencilla y se instrumentó en tres medidas básicas, que se vuelven a repetir con el plan austral, con el plan de convertibilidad y con el, no sé si llamarlo plan, pero lo que ejecuta Macri:
a) Retrasar el tipo de cambio (ejecutado por Martínez de Hoz en una “tabita” cambiaria que prefijaba el valor del dólar muy menor al del crecimiento de los precios)
b) Baja generalizada de los aranceles y disminución de medidas paraarancelarias (desprotección aduanera)
c) Tasas de interés positivas y por encima del crecimiento del dólar
De esa manera propiciaba el ingreso de capitales especulativos atraídos por tasas de interés que eran mayor que el crecimiento de los precios y muy superiores a la evolución cambiaria, a la vez que se encarecía el crédito a las empresas y a las personas, siendo confiscatorio de su capital, generando una brutal transferencia de la producción y del consumo a favor del sector financiero, basándose, en esa época, en el excedente de los países petroleros árabes, con lo que el sistema financiero mundial debía colocar los petrodólares, a tasas muy bajas. La burguesía local pedía préstamos en el exterior (en dólares) a bajas tasas y compraban títulos públicos o acciones o depósitos a plazo fijo en pesos, ganando la diferencia y luego se volvían al dólar retirando la renta. Renta que se abonó con más endeudamiento externo y cuando no se pudo pagar ni los intereses de la deuda (default), se cedieron los más preciados activos públicos: YPF, FFCC, SEGBA, Gas del Estado, Somisa, se privatizaron las rutas, puertos y hasta el sistema previsional, etc.
En ese ínterin juega un papel destacado el FMI como orientador de la política económica de todos los gobiernos que sucedieron al de la dictadura, quienes deben subordinarse a sus recomendaciones en interminables acuerdos stand by y de condicionamientos suscriptos desde fines de 1975 hasta el 25 de mayo del año 2003.
La deuda pasó de U$s 5.189 millones en diciembre de 1975 a U$s 28.6216 millones en 1982 y gracias a los seguros de cambio que transfirieron la deuda privada al Estado a U$s 43.610 millones en diciembre de 1983 cuando asume el nuevo gobierno constitucional encabezado por el Dr. Raúl Alfonsín. El descomunal endeudamiento benefició a un sector muy concentrado y se extranjerizó la economía para luego transferir la deuda al Estado argentino fortaleciendo la dependencia con el capital financiero internacional.
La tablita de Martínez de Hoz derrapa con los constantes y crecientes déficit comerciales de todos esos años, hasta que roto el eje de convertir los dólares en pesos, se cae el plan y Martínez de Hoz debe ser reemplazado en marzo de 1981 por Lorenzo Sigaut, quien devaluó no bien asumió; ello fue el punto de partida de la corrida cambiaria obligándolo a renunciar junto a Roberto Viola en diciembre de 1981, siendo remplazados por Roberto Alemann y Leopoldo Galtieri respectivamente, la restricción del gasto público, la privatización de bienes estatales y el congelamiento de los salarios llevaron a una gravísima depresión económica, que desembocó en el paro general del 30/03/1982 de la CGT Brasil con la consigna Pan, Paz y Trabajo.
Continuamos con ese proceso de dependencia de que nos presten iniciado en 1976, hasta que se produce la implosión del modelo de valorización financiera del capital en los aciagos días de diciembre de 2001, que le costó al pueblo argentino en sólo dos días 38 muertos asesinados por las fuerzas de seguridad y la conversión de una deuda mayor por la pesificación asimétrica y la absorción por la Administración Nacional de las deudas provinciales.
El default del año 2001 al suspender el pago de la deuda pública y la devaluación fruto de que nuestra moneda no encontraba un piso, licuó parte del gasto público, combinación que hizo reaparecer el superávit fiscal, superávit que se apuntaló con la renegociación de la deuda pública en el año 2005 por la quita de capital y la extensión de los plazos, sumado a la mayor recaudación tributaria por las retenciones a las exportaciones y el mayor nivel de actividad que se comienza a realizar con Kirchner.
La crisis internacional, la sequía local y el conflicto con el “campo” del año 2009, más la política de seguir subsidiando la energía y el transporte, hizo que se volviera a incurrir en déficit de las cuentas públicas, ese déficit fue financiado casi exclusivamente con el Banco Central, lo que tuvo su impacto inflacionario.
Obviamente el otro frente de tormenta es el déficit comercial, en el año 2016 se obtuvo un superávit de U$s 8.093 millones en el intercambio de bienes porque se había llevado adelante una fuerte devaluación (de $ 9,70 el 9 de diciembre de 2015 a $ 13,90 el 31 de enero y a $ 15,80 el 28 de febrero de 2016) y le habían quitado las retenciones a las exportaciones (disminuyendo la de la soja), pero en un marco de un fuerte déficit en la cuenta corriente que fue de US$ 15.024 millones.
Para este año 2017 en que las importaciones han crecido sostenidamente sustituyendo producción local y las exportaciones han descendido, e incluso está admitido en las proyecciones de la ley de presupuesto nacional de 2017, que estima un déficit comercial de U$s 1.866 millones en el año 2017, de U$s 3.800 millones en el año 2018, y de U$s 4.929 millones en el año 2019 (obviamente de seguir así va a ser peor y mayor va a ser el déficit de nuestro comercio exterior).
Déficit fiscal y déficit comercial, en una economía que no crece, y obviamente no va a crecer cuando se empuja para abajo el principal componente de la demanda agregada: el consumo (que representaba en el año 2015 el 75% del PIB). Las inversiones dependen del crecimiento y encima pujan con una tasa de interés confiscatoria del capital, la pregunta obligada es con qué se va a pagar el endeudamiento, o si se quiere, por qué sabiendo esto, los mercados internacionales le siguen prestando en moneda dura a los distintos Estados del país. La respuesta nos lo dice nuestra propia historia, se va a pagar con los activos más preciados del Estado (YPF con Vaca Muerta incluida, las acciones del FGS de la ANSeS, los mayores aportantes del sistema previsional, etc.) y “con sangre, sudor y lágrimas”.
Es una falacia que podemos financiarnos con deuda. Sí lo pudieron hacer por ejemplo Corea del Sur y Australia por determinadas razones geoestratégicas e históricas, pero además ellos invirtieron en producción y en generación de trabajo, al revés que nuestra rapiñera burguesía que se prende en cuanto negocio financiero le dan la posibilidad de entrar sabiendo el destino final del mismo, lo demostraron todos estos largos meses de Macri, improvisando en salud, en educación, en asistencia social, en obra pública, sin conocer el oficio y sin vocación, porque lo único que les interesa es cuánto pueden ganar para pasarse a dólar y fugarlos del país, esa es la razón por la cual la Argentina tiene el raro privilegio de ser la única Nación en la que sus residentes más ricos poseen activos financieros en el exterior igual a su PIB (han fugado lo que producimos en un año) y es la explicación de la regresiva distribución del ingreso que tenemos
La deuda genera rápida y fácil riqueza al capital financiero y sus intermediarios y, a la vez, despojo y miseria al pueblo argentino.
* Economista, profesor y miembro del Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE).