Eventuales implicancias de un Acuerdo de libre comercio del Mercosur con la Unión Europea

Jorge Marchini
La firma de acuerdos comerciales como el que se propone la Unión Europea (UE) en forma inmediata con el MERCOSUR no puede quedar sólo en manos de un grupo pequeño de “especialistas” y la presión de grupos de interés o medios de comunicación superficiales, sectarizados o interesados. Es necesario requerir transparencia en las negociaciones y ponerlas en debate público, eliminando los niveles de confidencialidad que exigen los europeos.

Sin dudas, es posible presentar otras opciones para plantear una negociación más equilibrada con la Unión Europea. Así como se plantea hoy, implica asumir muchas más obligaciones que las ya están vigentes para los países de la región a través de la Organización Mundial de Comercio (OMC).. Estas hasta podrían superar muchas exigencias de liberalización que difícilmente lleguen a buen puerto en las actuales negociaciones de la Ronda Doha, justamente por la falta de consensos respecto a los compromisos y costos que implicarían para muchos países periféricos.

De allí, tal vez, el interés particular de la UE por avanzar en acuerdos económicos bilaterales/interregionales, siendo el renovado impulso para hacerlo con el MERCOSUR una aspiración de enorme trascendencia .

Un acuerdo de libre comercio (TLC) en las condiciones que ha venido planteando la UE para otros países (por ejemplo, los puestos en marcha con Colombia y Perú) podría ser absolutamente contradictorio con los propósitos de desarrollo económico independiente que han proclamado en forma reiterada los gobiernos y las habituales declaraciones orgullosas de los principales líderes por haber rechazado la propuesta de un acuerdo similar, el ALCA, en el 2005.

Aun siendo que la UE pudiera no denominar su acuerdo como de “libre comercio”, sino de “cooperación económica” como ha hecho en otros casos, el uso de eufemismos no podrá ocultar que se plantea un compromiso desequilibrado entre regiones con desarrollo y competitividad muy distintas.

Algunos de los impactos previsibles son: un significativo aumento del desempleo, particularmente debido a la liberalización del comercio de productos industriales y servicios ; la caída de los niveles salariales asociados con el aumento del desempleo ante la pérdida de fuentes de trabajo; una sensible caída de ingresos aduaneros y sus impactos vinculados a través de la reducción de gastos de salud, educación y programas de apoyo social; mayor vulnerabilidad de los hogares pobres a las fluctuaciones de los precios internacionales de los alimentos básicos y a la mayor relevancia de la patentes monopólicas para los medicamentos; y los efectos del desplazamiento “por igualdad en competencia” para las empresas europeas en relación a las locales en obras y compras públicas.

Algunos países han hecho tales análisis y decidido no tener TLCs, pese a haber llevado a cabo muchas rondas de negociaciones.

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6 de enero de 2014

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