Extractivismo minero, conflicto y resistencia social
La cuestión de fondo es que el ser humano no puede asumirse ajeno al medio ambiente, y en tanto tal, que no puede intervenirlo y manipularlo a placer, al menos sin respetar ciertos límites y procesos, puesto que su existencia parte y depende de un entorno natural que es altamente complejo y finito.
Como resultado de la cada vez más compleja y agresiva relación con el medio ambiente, se están tomando a ritmos insostenibles recursos de la naturaleza, al tiempo que se desechan -en la misma proporción- grandes cantidades de residuos, muchos de los cuales con una vida media que llega a ser de cientos hasta miles de años. Esta dinámica, impulsada por un sistema de producción y organización social que, como se ha dicho, tiene como principal finalidad la acumulación de capital y por tanto la de generar a mayor velocidad ciclos ampliados de producción-distribución-consumo, está alterando los ecosistemas y, en sí, el propio funcionamiento de los ciclos biogeoquímicos del planeta como los conocemos. Los efectos de tal dinámica son múltiples, siendo el calentamiento global de tipo antropogénico, uno de los más visibles.
*Economista egresado de la UNAM. Maestro y doctor por la Universidad Autónoma de Barcelona, España. Es investigador de tiempo completo del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM. Integrante del sistema nacional de investigadores del CONACYT. Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Investigadores 2011 en investigación en Ciencias Sociales. Colaborardor del IADE como autor de varios trabajos en Realidad Económica.
Artículo que será publicado en el próximo número de Realidad Económica