¿FMI en camino?
Así lo demuestro en mi libro "Historia de las relaciones entre la Argentina y el FMI" (Eudeba, 2013).
Seguramente en unos meses tendremos por acá la misión del FMI para hacer el informe del artículo IV, que la Argentina dejó de autorizar en 2006 por su visión sesgada de la economía y sus recomendaciones neoliberales, opuestas a las políticas del kirchnerismo.
Esperemos que el gobierno no solicite recursos al FMI dado los condicionamientos de todo tipo que impone sobre las políticas económicas. Porque el FMI sigue siendo el de siempre, por más que diga que cambió y ahora use palabras como inclusión, pobreza, empleo, sustentabilidad, multiplicador fiscal, etc., y tenga nuevos principios para establecer condicionalidades, teóricamente a la medida de cada país. En los hechos, los acuerdos firmados con países miembros, como Honduras, Grecia o España, y sus resultados desastrosos de recesión, desempleo, distribución regresiva del ingreso, desnacionalización de activos, pérdida de soberanía, etc., desmienten que el FMI haya cambiado. Además estos programas generan pérdidas económicas inmensas -sin contar las sociales y políticas-, no compensadas por la presunta ventaja de tomar fondos a tasas un poco más bajas que las del mercado.
Actualmente hay un peligro en ciernes para nuestro país. Estados Unidos dio luz verde al aumento de cuotas del FMI, que ahora tiene más fondos para prestar, y necesita colocarlos, porque vive de los intereses que cobra a los países miembros. De hecho este es su principal ingreso presupuestario. Y la Argentina es uno de los países periféricos más grandes y atractivos para colocar grandes sumas.
Para dar una idea de lo que significa nuestro país como deudor, basta recordar que los pagos argentinos de intereses y cargos representaron el 60% de los gastos administrativos del FMI, entre 1995 y 2005. Así que es probable que pronto comience un minué para volver a enlazarnos como deudores del organismo. Esta vez aguardamos que los cantos de sirena sean desoídos, aunque como vienen las cosas no parece muy probable.
OETEC - 25 de enero de 2016