Humedales en el mapa
En la Argentina se acaban de dar los últimos trazos de un proyecto muy esperado sobre unos ecosistemas estratégicos que buscan ser preservados a nivel mundial por la Convención de Ramsar pues se trata de sitios que sirven de reserva y purificación de agua, de amortiguación de inundaciones y de mitigación de los efectos del cambio climático, entre otros servicios. “Por primera vez, se hizo una regionalización de humedales de la Argentina. Además de elaborar un mapa, se caracterizó cada una de las regiones y subregiones identificadas”, destaca Rubén Quintana, profesor del Departamento de Ecología, Genética y Evolución de Exactas UBA e investigador del CONICET.
Los humedales son ecosistemas con suelos saturados por agua o, incluso, inundados durante períodos relativamente prolongados de tiempo, que en las últimas décadas han sido revalorizados y actualmente, en el Congreso Nacional, se debaten proyectos para su preservación. En nuestro país, algunos “sitios de importancia para la conservación de los humedales” reconocidos por la Convención Ramsar son: la reserva porteña Costanera Sur; los esteros del Iberá en Corrientes; la laguna de los Pozuelos en Jujuy; el Parque Nacional Laguna Blanca en Neuquén; y el Glaciar Vinciguerra en Tierra del Fuego.
“Entre el tres y el ocho por ciento de la superficie del planeta está ocupada por humedales, según distintas estimaciones. En la Argentina abarcan, aproximadamente, el 23 por ciento de su superficie. Más allá de cuántos sean, tenemos una amplia variedad ubicados en diferentes alturas, latitudes, longitudes y con diversos climas”, precisa Roberto Bó, responsable del Grupo de Investigación en Ecología de Humedales (GIEH) de Exactas UBA.
Casi una cuarta parte del territorio nacional está formado por humedales que muestran paisajes muy diferentes. Algunos son muy productivos, como las turberas de extracción minera en Santa Cruz y Tierra del Fuego, otros son los característicos mallines de la Patagonia que convocan al pastoreo, o la bonaerense Bahía de Samborombón, así como los humedales de Puerto Madryn en Chubut.
Ubicados en distintos puntos del país, los humedales cumplen numerosos servicios en el planeta. ¿Algunas de sus funciones? “Regulación de las inundaciones, provisión de agua y mejoramiento de la calidad porque la vegetación del humedal tiene capacidad filtradora y retiene contaminantes. En el Delta, por ejemplo, la función es atemperar el clima porque la presencia de grandes masas de agua como los ríos achica diferencias entre las temperaturas mínimas y máximas. Asimismo es el hábitat de numerosas especies de animales y plantas”, enumera Bó.
Un acuerdo mundial busca preservar estos ecosistemas y hacer un uso racional de ellos que, en algunos casos, han sido fuertemente deteriorados tal como ocurre en el Delta del Mississippi en Estados Unidos. Se trata del Convenio de Humedales firmado en 1971 en la ciudad iraní de Ramsar, del cual Argentina participa desde 1992 y que hoy integran 168 países. “El proyecto de regionalización ha sido financiado con fondos del Programa ‘Humedales para el Futuro’ de la Convención Ramsar”, especifica Quintana, quien participó en esta iniciativa a cargo de la Fundación Humedales y que contó con la contribución de especialistas del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad de San Martín y con la colaboración del GIEH de Exactas.
El mapa de la Argentina comprende diez regiones, que a su vez se fragmentaron en 25 subregiones. “Resulta clave saber qué tenemos, dónde lo tenemos y cómo lo tenemos”, dice Bó. En este sentido, Quintana resalta: “La regionalización es una herramienta de gestión importante, para ir al segundo paso que es el inventario nacional de humedales. En esta tarea, ya se ha elaborado el inventario del corredor fluvial Paraná-Paraguay, dentro de un proyecto de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación”.
Debate en el Congreso
“El tema de los humedales está hoy en la agenda. El primer grupo con esta visión de estos ecosistemas fue de Exactas y estaba dirigido por la investigadora -ya fallecida- Ana Inés Malvárez en la década del 90. La cuestión luego toma auge en el 2000”, historia Quintana, investigador del CONICET.
Por su parte, el científico Bó indica: “Por suerte, hoy el tema de los humedales es más reconocido y más valorado que antes. Ahora se discute en el Senado de la Nación una propuesta de ley de presupuestos mínimos para su conservación. Esa ley tiene que ver con planificar y ordenar estos ecosistemas, y para ello se debe saber qué se tiene, cómo se lo tiene y dónde está”.
Dos legisladores nacionales de distintas corrientes políticas solicitaron a los científicos asesoramiento técnico para la elaboración de sendos proyectos. Uno es de la senadora Elsa Ruiz Díaz del Frente por la Victoria, y el otro es del senador socialista Rubén Giustiniani. “Ambos proyectos –dice Quintana- proponen presupuestos mínimos, es decir las consideraciones mínimas que todas las provincias deberían acordar para la preservación y/o el uso sustentable de los humedales. No sólo señalan la cantidad de superficie a conservar sino también la forma para hacerlo incluyendo medidas de manejo y restauración”.
Este marco legal es a criterio de ambos investigadores un paso más en el reconocimiento del valor estratégico de estos ecosistemas. “La legislación es importante porque permite al ciudadano común hacer una presentación judicial basándose en los presupuestos mínimos ante un avance en la destrucción de un humedal”, concluye Quintana.
Exactas UBA - 4 de octubre de 2013