Fingir demencia
Javier Milei se presenta como un loco desacatado, demasiado inestable según algunos para ocupar el sillón presidencial, esperanza que romperá con el modo establecido de hacer política para otros. La retórica cuerdista-capacitista con la que se viene analizando el fenómeno de la Libertad Avanza reaparece en nuestra necesidad de fingir demencia para sobrellevar la realidad a la que nos arroja este hijo sano del neoliberalismo. ¿Cuál es el riesgo de naturalizar la locura? Invisibilizar la eficacia de esta performance no solo para imponer atrocidades discursivas y materiales y concretas, sino para impedir que politicemos nuestro agotamiento.
Baja el humor y sube la deuda
La Universidad Torcuato Di Tella le puso un número preciso a la creciente sensación que hay acerca de que el humor social ha empeorado en comparación con las primeras semanas del nuevo gobierno. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) que elabora todos los meses la Escuela de Negocios de ese centro de estudios cayó en febrero un 15,6 por ciento respecto del mes anterior y se ubica un 9,7 por ciento más abajo que en igual mes del año pasado.