Infinita tristeza
Grupo de Estudios Rurales
El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra.
Rodolfo Walsh
Con infinita tristeza nos despedimos de Norma Giarracca.
Fue Norma quien nos formó como docentes e investigadores. Quien nos mostró que se puede investigar sin perder la rigurosidad académica mientras nos comprometíamos con nuestra realidad para transformarla. Quien nos invitó a investigar y a conocer con diversos movimientos sociales. Quien nos enseñó que los saberes académicos pueden y deben dialogar con otros saberes invisibilizados y ocultos. Quien nos transportó hacia múltiples territorios insurgentes de toda Nuestra América, practicados y habitados por campesinos e indígenas, por trabajadores desocupados y asambleas de autoconvocados por la vida, por chacareros, mujeres agropecuarias en lucha y cañeros y... los zapatistas con quienes Norma tenía un sentimiento especial en su lucha por la autonomía y el “mandar obedeciendo”.
Con Norma nos fuimos formando como investigadores, decíamos, pero también como personas críticas (incluso para discutir con ella misma), es decir, como mejores personas...
En ese camino de formación, Norma fue (y es) nuestra maestra, con ella compartimos momentos buenos y momentos malos: risas y llantos, discusiones, debates, discrepancias y reconciliaciones, pero siempre desde la honestidad intelectual y el compromiso con la investigación social crítica y transformadora. Ella también aprendía con nosotros, discutíamos, pensábamos, creábamos...
Norma nos introdujo a una infinidad de pensadores de distintas geografías y calendarios que fueron abriendo nuestras cabezas, nosotros llevamos a algunos otros para abrir también la suya. Con Norma conocimos también a muchos otros colegas, a muchos militantes y activistas de Nuestra América y el mundo, gracias a esa capacidad que tenía de tejer redes, de enlazar personas y pensamientos distantes para acercarlos, para enredarlos (para enredarnos) en experiencias académicas y/o militantes, comprometidas con “la historia viva de su tierra”, como decía Rodolfo Walsh.
Con Norma aprendimos que investigar es también una pasión. Esa pasión por la investigación que nos transmitió en los trabajos de campo, en los proyectos, en las clases, en los territorios, en el Instituto Germani, en la oficina 5 –tan pequeña, tan grande– donde ya la estamos extrañando... donde ya, querida Norma, te estamos extrañando.
El desafío será entonces continuar con tus líneas de investigación y tu compromiso, continuar con esas redes tejidas y enredadas que construiste, continuar con Miguel –tu compañero de vida y de pasión por investigar– ese hermoso camino que nos enseñaste.
Gracias infinitas por estos años compartidos.
Página/12 - 9 de junio de 2015
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