La denuncia fiscal contra el HSBC
La jueza María Verónica Straccia, a cargo del Juzgado Penal Tributario Nº 3 acompañó el pedido del fiscal y citó a indagatoria a 204 clientes del HSBC y alertó que el llamado es “bajo apercibimiento de ser declarados rebeldes” y “ordenar sus capturas” en caso de inasistencia injustificada. Deberán explicar ante la jueza por sus activos ocultos en el exterior y por el asesoramiento que recibieron de parte del banco. Dentro de los convocados a indagatoria se encuentran varios abogados de conocidos estudios jurídicos. Los titulares de las cuentas fueron separados en 51 grupos por la jueza y la primera tanda deberá declarar el 7 de julio próximo. La AFIP solicitó en el juzgado la inclusión en la declaración indagatoria a los directivos del HSBC.
Además de Gabriel Martino, el fiscal Navas menciona en su investigación a Miguel Estévez, vicepresidente y ejerciendo varios cargos directivos en firmas del grupo HSBC Bank Argentina y como representante legal en el país del HSBC Bank USA y HSBC Private Bank (Suisse). Esta última tarea la comparte con Carlos Alberto Basílico. En un detallado recorrido sobre la coincidencia de ejecutivos, tareas, domicilios y cuentas, el fiscal busca probar la estrecha vinculación que existe entre las tres entidades en lo que denominó “un andamiaje permanente orientado a, primero, facilitar el desvío de fondos y, en otra fase, ocultar su posterior tenencia y sucesivas aplicaciones”. Martino figura como titular de una cuenta en el HSBC Ginebra, y Basílico con una propia, a través de una sociedad off shore.
Ya no es sólo la denuncia de la AFIP, a la que Martino descalificó en la audiencia en la comisión bicameral diciendo que no contenía pruebas en contra del banco. Es el fiscal de la causa que ofrece pruebas y acusa al HSBC de brindar el servicio de “administrar rentas de esos terceros (los clientes con cuentas no declaradas al fisco), reinvirtiéndolas con la finalidad de darles apariencia lícita o de ponerlas en circulación en el mercado lícito, conociendo su parcial origen delictivo en lo que se refiere a la cuota tributaria defraudada previamente”.
El fiscal indica que compartir domicilio y ejecutivos muestra la estrecha relación entre la filial argentina y las “casas de representación” estadounidense y suiza del HSBC. Y en esta última están registradas las 4040 cuentas no declaradas. Agrega que el propio HSBC Argentina manejaba distintas cuentas de argentinos en la filial suiza apareciendo como account holder (titular) junto al fideicomiso Investec Trust, radicado en Suiza. Navas describe que de la lectura de numerosas “fichas” (cuentas con detalles de movimientos y contactos) surge una actividad intensa de la representación suiza del HSBC en el país, “a través de visitas a oficinas y viviendas particulares de los clientes, así como de encuentros en las oficinas de representación de la entidad helvética”. Destaca la coincidencia de clientes con cuentas en la sucursal de Ginebra que a la vez eran clientes de la filial argentina del banco.
El fiscal avanza en la investigación con aportes de la UIF y el BCRA sobre las deficiencias del sistema empleado por el HSBC para el control de clientes y sus operaciones. Menciona que esas irregularidades son similares a las verificadas en el HSBC Bank USA por parte de la subcomisión permanente de investigaciones del Congreso de Estados Unidos, que concluyeron con el desembolso de 1800 millones de dólares por parte del banco para evitar la causa penal por el lavado de dinero de carteles de la droga (Sinaloa) y el movimiento de dinero de países considerados terroristas por Estados Unidos (Irán y Siria).
Miguel Estévez, actual vicepresidente del HSBC en el país, era a la vez el titular de la representación argentina de esa filial estadounidense acusada de lavado. Navas dice que es necesario “desenmascarar este doble estándar del HSBC como grupo”, porque exhibe en los papeles “una división forzadamente infranqueable intra-grupo frente a las autoridades locales” y, por otro lado, “frente a selectos clientes se presenta como un aceitado grupo capaz de operar sin que importen mucho los límites fronterizos, societarios ni accionarios”.
De acuerdo a los informes de la UIF aportados en la causa, el HSBC Argentina ha mostrado serias y reiteradas deficiencias en materias de regulaciones administrativas para la prevención del lavado de dinero. Existen ocho sumarios en trámite y tres concluidos de la UIF con multas por más de 100 millones de pesos, que no están firmes porque fueron apeladas por el banco ante la Justicia. El fiscal Navas compartió la información contenida en las “fichas” (datos de las cuentas) con la UIF para conocer cuál era la opinión experta del organismo. La UIF concluye también que el HSBC Private Bank (Suisse) y el HSBC Argentina facilitaron la evasión y fuga de capitales “antes que supervisar adecuadamente, rechazar o reportar operaciones como las investigadas, lo que habría sido su legal deber y cuya existencia no podían ignorar”. Señaló al fiscal que la constitución de sociedades off shore y hacer figurar las cuentas con códigos y eslabones de titularidad para ocultar el verdadero dueño no se puedo realizar “sin la plataforma o servicios que el grupo corporativo HSBC habría puesto a disposición de los clientes argentinos a través de sus representaciones en Suiza y Argentina”. La UIF sospecha que la operatoria desarrollada por las filiales del HSBC y sus directivos “habría configurado una maniobra típica de lavado de activos”.
La investigación del fiscal incluye el reporte del Banco Central sobre el HSBC, el cual indica que la autoridad monetaria también había advertido a la entidad sobre serias deficiencias en materia de prevención del lavado de dinero. Las objeciones fueron por el incumplimiento de la política “conozca a su cliente”, por la insuficiente documentación en los legajos de los clientes, por la falta de parámetros en las alertas para monitorear operaciones sospechosas y por las falencias en el diseño del régimen informativo interno y la gestión de la gerencia de prevención del lavado de dinero. Por esas irregularidades, en enero pasado, la Central aplicó una multa de 85,7 millones de pesos al HSBC y a sus directivos. De esa suma, le corresponde 7,5 millones a Gabriel Martino y 8,4 millones a Miguel Estévez.
El Banco Central informó al fiscal Navas que las dos representaciones del HSBC (la estadounidense y la suiza) no estaban autorizadas a operar en el país. Podían tener un ejecutivo a cargo de la oficina pero, de acuerdo a la normativa del BCRA, a los representantes (Estévez) les está vedado expresamente realizar operaciones cambiarias, intermediación financiera y “la realización de acciones que posibiliten –directa o indirectamente– la sola captación de recursos financieros bajo cualquier modalidad para sí, para terceros o para la entidad representada”.
Si el banco (HSBC), el domicilio (Florida 229, 10° piso), los directivos (Gabriel Martino, Miguel Estévez y Carlos Basílico) concuerdan entre la filial argentina y las casas de representación estadounidense y suiza, y si además comparten los mismos clientes de cuentas no declaradas, “permite suponer la existencia de un montaje permanente y estable volcado a las actividades ilícitas apuntadas, incluida la administración de grandes masas de dinero de origen parcialmente ilícito”, afirma Navas. La conclusión es la misma que surge de la evaluación popular de si tiene cuatro patas, ladra y mueve la cola.
Página/12 - 24 de mayo de 2015