La historia vuelve a repetirse
El recrudecimiento de la violencia en Irak hace pensar en una guerra civil atizada por la ocupación de la Alianza dirigida por Estados Unidos. La presión sobre Bush crece, como la violencia en Irak, cada vez más parecido a Vietnam.
Autor: José Ospina Valencia
Fuente: Deutsche Welle
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¿Será Irak un segundo Vietnam para los Estados Unidos?
La pregunta es válida, ya que la violencia aumenta inusitadamente. Son ya más de 2.750 soldados estadounidenses los que han muerto allí, al igual que unos 600.000 ciudadanos iraquíes desde la invasión liderada por Estados Unidos en marzo del 2003, según los últimos datos dados a conocer en octubre de 2006.
Como en Vietnam, la Casa Blanca pierde el respaldo
El mismo presidente de Estados Unidos, George W. Bush, está empezando a reconocer la gravedad de la situación. Bush estableció públicamente por estos días un paralelo en el aumento de la violencia en Irak y la ofensiva Tet de 1968 que provocó que los estadounidenses perdieran el respaldo a la guerra de Vietnam.
Las fuerzas comunistas fueron derrotadas durante la ofensiva Tet, pero fue una gran victoria de la propaganda y es ampliamente considerada un momento decisivo de la guerra de Vietnam, lo que provocó que el apoyo al conflicto decayera.
¿Violencia en Irak para tumbar a Bush?
Sin embargo, la Casa Blanca se apresuró a corregir que el presidente no estaba haciendo la analogía para decir que Irak llegó al mismo momento decisivo, sino para indicar que los insurgentes estaban aumentando la violencia posiblemente para intentar influir en las próximas elecciones en Estados Unidos.
Bush ha adoptado un tono más flexible sobre Irak, diciendo que está abierto a ajustar la política, mientras las elecciones del 7 de noviembre se aproximan y su partido Republicano enfrenta la posibilidad de perder el control del Congreso de Estados Unidos debido a la impopular guerra.
A pesar de todo, Bush continúa afirmando que “Irak no está envuelto en una guerra civil y sigue insistiendo en que los soldados de Estados Unidos no saldrán del país hasta que los iraquíes puedan asumir la seguridad de su país”.
Más de medio millón de muertos iraquíes
Según las mismas autoridades estadounidenses, cuando Bush abandone la Casa Blanca en dos años, aún habrá soldados de las tropas de la Alianza en Irak, donde actualmente hay alrededor de 144.000 soldados de Estados Unidos.
Pero a quienes ahora exigen una salida inmediata de las tropas extranjeras de Irak, el viceprimer ministro iraquí, Barham Salih, les sale al paso: “Irak es vital para el futuro del Medio Oriente y el mundial", así que “las potencias occidentales no pueden irse repentinamente”, a pesar del aumento de la violencia y el baño de sangre en el país.
Gobierno iraquí: realistas y no derrotistas
Salih, que visita Londres para reunirse con el primer ministro Tony Blair y otros ministros británicos, dejó en claro su preocupación acerca del cambio de tono de Londres y Washington, en donde altos funcionarios están cuestionando la viabilidad de la actual estrategia en Irak.
"Me preocupa el tono pesimista, e incluso derrotista en Estados Unidos y Europa”, dijo Salih a la radio estatal británica.”Debemos entender que hay una suma urgencia para lidiar con muchos de los problemas en Irak, pero no debemos sucumbir al pánico", agregó el político iraquí.
Pero no todos piensan como Salih. Justamente en Gran Bretaña, el jefe del Ejército, el general Richard Dannatt, desató una tormenta política al decir que las tropas británicas deben retirarse pronto de Irak ya que su presencia estaba empeorando la situación de seguridad allí y en todo el mundo.
¿Salida para salvar el pellejo político?
Por último, el ex secretario estadounidense de Estado James Baker está liderando un panel que prepara recomendaciones para estrategias alternativas en Irak y algunos han sugerido que la administración Bush podría usar los resultados del estudio como pantalla para una estrategia de salida.
Sin embargo, el informe no se difundirá hasta después de las elecciones parlamentarias del 7 de noviembre en Estados Unidos. Día en que el comienzo del fin de Bush puede hacerse oficial.