Las Malvinas son argentinas y la Argentina también / Adolfo Pérez Esquivel
*Adolfo Pérez Esquivel nacido el 26 de noviembre de 1931 en Buenos Aires, Argentina. En 1980 recibió el Premio Nóbel de la Paz por su compromiso con la defensa de los derechos humanos de miles de personas en Iberoamérica.
Muchos sectores sociales y políticos reaccionaron al principio con euforia y posteriormente llegó la angustia, el dolor y la muerte de jóvenes soldados, víctimas de la incapacidad e irresponsabilidad de quienes llevaron al país a una aventura bélica que terminó en trágica derrota.
Los gobernadores provinciales se han enquistado en el poder y actúan de acuerdo a sus intereses, realizan negocios y venta de tierras.Esos señores feudales están en campaña electoral para perpetuarse en el poder y ser re-elegidos para no perder el negocio. Están vendiendo desde la Puna a la Patagonia; la Cordillera de los Andes a empresas mineras. Inmobiliarias extranjeras ponen en subasta las tierras argentinas.
Debiéramos recordar a Daniel Viglietti en su conocida canción “…a desalambrar, a desalambrar, la tierra es tuya, mía, de Juan, María y José…”. El pueblo ve impotente cómo se aplica la política de devastación y destrucción de los montes naturales con una explotación intensiva e irracional, agroquímicos afectando el ecosistema, y los acuíferos en peligro de privatización, pérdida y contaminación del agua.
Pobladores de zonas rurales y suburbanas, campesinos e indígenas son expulsados por la fuerza pública de sus tierras . Son extraños en su propia tierra, y se les está negando el derecho de vivir dignamente.
El sistema privilegia el capital financiero sobre el capital humano. A esto le llaman «democracia», mientras hoy en el país se continúa violando sistemáticamente los derechos humanos, sociales y culturales. Se pregona lo que no se cumple. Y cuando los sectores populares reaccionan frente a las injusticias, los acusan de violentos y piden la mano dura y la represión es la única respuesta.
El gobierno nacional no puede seguir con la política mediática del avestruz y el doble discurso, no es posible buscar alianzas con gobernadores que venden las provincias al mejor postor. Los pueblos tienen memoria y no olvidan y llegado el momento tendrán que rendir cuenta. La justicia tarda, pero llega.
Hay que resistir viviendo y recuperar la Soberanía Nacional. Impedir que los vende Patria, continúen subastando el país a capitales extranjeros. No hay que olvidar que las Islas Malvinas son argentinas y la Argentina también.
Es el mejor homenaje que podemos hacer a los chicos que lucharon y dieron su vida en Malvinas y por todos aquellos que soñaron y se comprometieron por un mundo mejor; por nosotros mismos, hombres y mujeres que queremos vivir en Paz y Libertad y nunca como esclavos.
Fuente: Altercom - 19.02.07