Las tropas estadounidenses deberían salir del país, pero ¿Cómo mantendrá EE.UU. el control de los campos petrolíferos?
Es difícil no desesperarse cuando se lee el informe. Hecho público después del golpe recibido por los republicanos en las elecciones parciales, se creó una cierta esperanza de que por fin la aventura imperial de George Bush fuese atacada, y que figuras relevantes de ambos partidos meterían en cintura al presidente.
Por el contrario, el informe revela la envergadura del pensamiento imperialista, compartido por ambos partidos, el demócrata y el republicano, que es el verdadero meollo del problema de la política exterior de EE.UU. en Irak y en los demás lugares.
Sí, el informe reconoce el alcance del debacle iraquí y esboza una estrategia para sacar a las tropas de Irak.
Pero es en esencia la estrategia del gobierno Bush: crear un ejercito iraquí lo suficientemente fuerte para encargarse de la seguridad, dentro del contexto de un Irak controlado por EE.UU.
Se puede sentir la impaciencia dentro de la Casa Blanca y del Grupo de Estudio sobre Irak. ¡Por Dios, hace ya casi cuatro años desde la invasión! ¿Cuánto tiempo se tarda en conseguir un gobierno títere competente y un ejército que funcione?
El informe propone una estrategia para extender el control de EE.UU. sobre Irak. Funcionarios estadounidenses presentes en todos lados: soldados de EE.UU. dentro del ejercito iraquí, consejeros norteamericanos dentro de la policía iraquí, agentes del FBI en el Ministerio de Interior, agentes de la CIA en las operaciones de inteligencia.
El informe incluso especifica que los consumidores iraquíes deben pagar más por el petróleo, y que el Banco Central Iraquí debe subir las tasas de interés a un 20%, antes de finales de este mes.
Todo esto sigue la línea de desprecio que siente Bush por un autogobierno iraquí significativo, como ilustra la grande y nueva embajada de mil millones de dólares que ha construido en Bagdad, que tiene 1.000 empleados, sólo seis de los cuales hablan árabe con fluidez. ¡Seis!, presumiblemente los otros 994 empleados están ocupados trayendo la democracia a Irak hablando unos con los otros o con Washington.
La resistencia a sacar al ejército norteamericano de Irak no tiene nada que ver con el miedo a un baño de sangre, que ya está ocurriendo.
Washington contribuye al baño de sangre a través de su propia violencia y permitiendo la existencia de escuadrones de la muerte, que operan dentro del ejército iraquí, para matar a enemigos del régimen apoyado por EE.UU.
El ejército de EE.UU. sólo está empeorando la situación. Deberían marcharse. Pero eso significaría dejar el control de un país en el que Washington ya ha gastado 400 miles de millones intentando dominar. Y entonces, ¿cómo conseguiría EE.UU. el control de todo ese petróleo?
Fuente: Zmag.org