Los dueños de la carne / Fernando Krakowiak*
Además, están negociando la compra de Gorina, Rioplatense y Arre Beef. Si las operaciones se concretan, los inversores extranjeros sumarán más del 20 por ciento de la faena y el 55 por ciento de la Hilton, y quedarán sólo el Grupo Mattievich y Coto como jugadores nacionales con peso propio. La puja para ganar posiciones demuestra que, más allá de los reiterados lamentos de los empresarios de la cadena, la carne sigue siendo un excelente negocio.
Por qué invierten
Ni las restricciones a las exportaciones ni el control de precios desalentaron a las firmas brasileñas y estadounidenses. La aparición del “mal de la vaca loca” en Canadá y Estados Unidos, los límites en la capacidad productiva de Australia y Nueva Zelanda y la baja producción de la Unión Europea, que a partir de 2004 comenzó a ser importadora neta de carne, posicionaron al Mercosur como una de las regiones con mayores posibilidades de desarrollo para abastecer una demanda internacional creciente.
Las empresas brasileñas JBS-Friboi y Marfrig supieron ver la oportunidad y empezaron a crecer con créditos blandos del Banco Nacional de Desarrollo (Bndes) y la venta de acciones en el mercado de capitales. Hace diez años, Brasil tenía 120 millones de cabezas y ahora suma 200 millones, que le sirvieron para convertirse en el principal exportador mundial de carne. El desembarco en la Argentina es parte de esa estrategia tendiente a consolidar al Mercosur como plataforma de lanzamiento, a la que también se suman multinacionales de origen estadounidense, como Cargill y Tyson Foods.
Diez frigoríficos pertenecientes a las cuatro firmas extranjeras que operan en el sector tienen asignadas 9830 toneladas de carne correspondiente a la Cuota Hilton, que se venden a la Unión Europea a 13 mil dólares cada una, lo que representa un ingreso superior a los 125 millones de dólares anuales. El año próximo habrá que sumar las toneladas que se les asignen a Pontevedra y Venado Tuerto, dos plantas de JBS que en 2007 no recibieron cuota. Además, estas firmas exportan productos termoprocesados destinados a la industria alimentaria de decenas de países, comercializan carne congelada a mercados de fuerte demanda como Rusia e Israel y abastecen un mercado interno que consume casi 70 kilos per capita por año. El negocio podría ser mayor si las exportaciones se liberaran completamente, pero igual ganan fortunas.
*Periodista Argentino
Fuente: [color=336600]Cash / Página 12 – 21.09.2007[/color]