Los empresarios, según Aldo Ferrer
A través de sus páginas desarrolla su convencimiento de que las condiciones externas y las regulaciones estatales son las que dictarán los criterios con los que se va a manejar el empresariado nacional.
En lenguaje sencillo y accesible a todo lector, caracteriza la actitud empresaria en el contexto nacional y frente a la globalización.
Queda plasmado en todas las páginas el convencimiento de que la razón de ser de la actividad empresarial es el lucro y que, si las condiciones les son beneficiosas, estos sectores aceptarán de manera pacífica las nuevas reglas de regulación que dicte el Estado (cada vez más presente en el quehacer económico, político y social) y que ello redundará en una mejora para el sector asalariado sin mengua en su rentabilidad.
Esta mirada deja de lado un tema central que es el “ejercicio de poder”, ya que hay que tener en cuenta que este es intrínseco a quienes tienen acceso al capital y lo ejercen para garantizar en el tiempo la sustentabilidad de la renta, pero también por el poder en sí mismo con el fin de preservar los privilegios de clase.
Desde luego, Ferrer no ignora esta circunstancia y analiza las posibilidades de enfrentar no sólo el poder del gran capital, sino también el de un sector empresarial fuertemente extranjerizado.
El libro está dividido en dos partes y luego un separado de conclusiones. La primera se centra en el empresariado argentino y el contexto nacional con capítulos dedicados a su formación histórica, a la construcción del sector, a su actitud y confrontación con la restricción externa y, por último, a su accionar ante la reaparición del Estado nacional.
La segunda parte analiza al empresariado argentino en el escenario externo que denominamos globalización, donde enfrenta la nueva geografía de la economía global, los problemas contemporáneos de la globalización y se centra en un breve pero jugoso análisis de la relación Argentina-Brasil.
Por último, en sus conclusiones, Ferrer diseña un escenario en el que presenta un Estado activo, regulador, inversor en los grandes proyectos que exceden las posibilidades privadas y hábil mediador entre los sectores productivos –en particular, cediendo al sector privado protagonismo en la inversión productiva y en innovación tecnológica– logrando un equilibrio entre los sectores industriales, financieros y los apoyados en la producción primaria.
Se acostumbra decir que los hombres públicos rara vez resisten los archivos. En el caso de Aldo Ferrer, su actividad pública, intelectual y académica, si bien se ha ido adaptando a las cambiantes y complejas circunstancias de la vida moderna, ha mantenido en forma permanente su vínculo al pensamiento estructuralista latinoamericano, al desarrollo independiente y soberano de la región y una clara devoción por su país. Este libro es una clara demostración de fidelidad de pensamiento y acción.
Revista Veintitrés - 5 de noviembre de 2014