Los seis años de Fox dejan un desastre social
Sexenio perdido en materia de empleo, en la administración del presidente Vicente Fox Quesada el universo de mexicanos en situación de "desocupación total" prácticamente se multiplicó por tres, en una tendencia de deterioro que no se había registrado en administraciones anteriores.
Son datos oficiales, divulgados ayer: el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) informó que la población en "desocupación total", es decir, que no logró trabajar una sola hora "pero manifestó disposición por hacerlo e hizo alguna actividad por obtenerlo" repuntó en septiembre a 1.78 millones de personas, 258 mil más que las registradas en el primer trimestre de este año.
Adicionalmente, el organismo reportó que la población "subocupada" alcanzó un universo de 3.5 millones de personas, 476 mil más que hace un año, mientras que otros 11 millones de mexicanos en edad y condición de trabajar se desempeña en actividades de la economía informal.
De esta manera, las cifras oficiales divulgadas ayer revelaron que 14 millones 900 mil mexicanos, que representan 33.55 por ciento de la población económicamente activa (PEA), sobreviven "subocupados" o definitivamente en la economía informal, es decir, sin acceso a una retribución mínima garantizada ni a las instituciones de protección social.
El INEGI, a menos de dos semanas que concluya la actual administración federal, indicó que en septiembre pasado el universo de 1.78 millones de mexicanos que infructuosamente trató de trabajar al menos una hora a la semana representó 4.02 por ciento de la PEA, que en ese mes se situó en 44.4 millones de personas.
Así, la tasa de desocupación de 4.02 por ciento registrada en el tercer trimestre de este año fue la tercera más alta de la actual administración federal, luego de las de 4.24 y 4.03 por ciento reportadas en el tercer trimestre de 2004 y en el tercer trimestre de 2003, respectivamente, puntualizó el INEGI.
A diferencia del discurso oficial, enarbolado por el propio presidente Vicente Fox y otros funcionarios de su administración, de que el fenómeno del desempleo comienza a aminorar, los datos oficiales divulgados ayer por el INEGI muestran una realidad un tanto diferente.
La tasa de desocupación de 4.04 por ciento reportada en el tercer trimestre de 2006 es la más alta para un periodo trimestral desde septiembre de 2004, cuando se situó, como ya se citó, en 4.24 por ciento. A partir de entonces había descendido hasta el repunte registrado entre julio y septiembre pasados:
En el cuarto trimestre de 2004 fue de 3.74 por ciento; en el primero de 2005, de 3.88 por ciento; en el segundo de ese año, de 3.51 por ciento; luego creció a 3.79 por ciento en el tercer trimestre y disminuyó a 3.13 por ciento en el cuarto.
Este año el comportamiento trimestral de la tasa de desocupación ha sido: 3.53 por ciento en el primer trimestre; 3.16 por ciento en el segundo; y un crecimiento a 4.02 por ciento en el tercero.
Al inicio de la actual administración federal, el universo de personas en desocupación total era de 612 mil, lo que representa, al compararlo con las cifras divulgadas ayer, 191 por ciento; o, visto de otra manera, prácticamente se multiplicó por tres.
Se trata de la tasa de crecimiento en el número de desocupados más alta de los últimos sexenios.
En los mismos datos del INEGI, contenidos en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, se da cuenta de que "la población que labora dentro del sector informal" de la economía alcanzó 11.4 millones de personas, que representan 26.8 por ciento de la población económicamente activa. El dato revela que más de una cuarta parte de todos los mexicanos en edad y condición de trabajar se desempeña en actividades informales.
Aun con la contundencia de estas cifras, la situación podría ser todavía peor. A la par de un crecimiento histórico en el desempleo, durante este gobierno se dio una de las corridas de emigración más acentuadas en el último siglo, con una salida de medio millón de mexicanos que fue a buscar empleo en Estados Unidos cada año y que, de haberse quedado aquí, el fenómeno del desempleo sería mayor.
A mediados de octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) divulgó un una evaluación sobre la gestión en el último año del gobierno de Vicente Fox en el que afirmó que el valor de la economía informal se expandió hasta alcanzar un tamaño equivalente a un tercio del producto interno bruto (PIB), una de las proporciones más altas del mundo, y que representa que por estos canales fuera de fiscalización se mueven unos 284 mil millones de dólares cada año.
De esa manera, el tamaño de la economía informal en México supera al de la actividad industrial (manufacturas, minería, construcción y electricidad, gas y agua) y agropecuaria, silvícola y pesquera, que aportan 26.6 y 3.9 por ciento del producto interno bruto cada una, para un total entre los dos sectores de 30.50 por ciento, según el INEGI.
Mientras la pobreza es paliada en parte por las remesas provenientes desde Estados Unidos, "alrededor de 50 a 60 por ciento de la población en edad de trabajar realiza actividades informales, sin asistencia médica ni planes de retiro", indicó el 11 de octubre el FMI.