Megaciudades: espacios de relación, contradicción, conflicto y riesgo

Durante la última centuria se ha asistido a un importante cambio en la relación entre el ser humano y el medio sobre la superficie terrestre; la ciudad ha pasado a ser el medio organizador de la vida social, económica, cultural y política de los territorios. Y además, se ha consolidado una jerarquía urbana que está presidida por unas ciudades grandes, muy grandes, que son la imagen representativa del nuevo mundo globalizado. Las megaciudades son espacios de relación, contradicción, conflicto y riesgo, que alteran de manera determinante el medio natural donde se asientan. El siglo XXI va a ser el siglo de las grandes ciudades que crecen de forma acelerada en el mundo menos avanzado originando problemas sociales y ambientales. El planeta Tierra tiene, con las megaciudades, un nuevo tipo de relación hombre-medio, de compleja gestión.

Ciudades rebeldes: el último libro de David Harvey

La creciente urbanización del globo es motivo de frecuente debate y preocupación, lo cual resulta irónico, pues rara vez ha habido una época menos preocupada por cómo crear ciudad como polis positiva, activa, colectiva, en lugar de un hormiguero atomizado, accidental. Los pelmazos del libertarismo aclaman sin sentido crítico la expansión urbana descontrolada, la megavilla miseria o la megaciudad, dependiendo de la ocasión, y la izquierda ambientalista parece aterrada ante la ciudad y todo lo que implica. El geógrafo David Harvey, inglés de Kent que vive hoy en Baltimore [EE.UU.], ha sido durante mucho tiempo una excepción a ambos casos. Rebel Cities recoge artículos recientes de revistas como New Left Review y Socialist Register con recientes andanadas sobre la protesta urbana y tiene el tono ligeramente de despedida de una idea a la que le ha llegado su momento.

Los ensayos de este libro revisan ciertos juicios del marxismo de la vieja escuela a la vez que registran observaciones igualmente críticas sobre la joven izquierda "horizontalista" dominante, digamos, en el movimiento de "Occupation" ante [la catedral londinense de] San Pablo. Esa posición podría sonar fácilmente a acosada o rencorosa, y la prosa precisa, informativa y a veces chistosa de Harvey intenta evitar el enojo de sus camaradas contrincantes.