Venezuela ingresó al Mercosur
En el día de ayer se ratificó en Brasilia el ingreso de Venezuela al Mercosur. De este modo el bloque comercial sudamericano se refuerza tanto cuantitativa como cualitativamente. Lo primero, porque agrega a un nuevo socio con un producto bruto estimado -por el World Economic Outlook del FMI en paridad de poder adquisitivo en 397.000 millones de dólares. Es decir, se agrega una economía de un tamaño ligeramente superior a la de Suecia. El Mercosur agrandado cuenta ahora con un producto interno bruto total de 3.635.000 millones de dólares, lo que lo convierte en la quinta economía del mundo, sólo superado por Estados Unidos, China, India y Japón, y claramente por encima de la locomotora europea, Alemania.
Cualitativamente hablando la incorporación de Venezuela significa integrar a un país que, según el último anuario de la OPEP, dispone de las mayores reservas certificadas de petróleo del mundo, habiendo desplazado de ese sitial a quien lo ocupara por varias décadas: Arabia Saudita. Además, desde el punto de vista de la complementación económica de sus partes el Mercosur luce como un espacio económico mucho más armónico y equilibrado que la Unión Europea, cuya fragilidad energética constituye su insanable talón de Aquiles y una fuente permanente de dependencia externa.
Petróleo y política
El venezolano Hugo Chávez tiene la vista puesta en las elecciones presidenciales de su país. El próximo 7 de octubre se juega su continuidad al frente del Palacio de Miraflores. Por eso, mañana, lunes, el jefe de la Revolución Bolivariana subirá a un avión con destino a Brasilia, donde el martes se formalizará la inclusión de Venezuela al Mercosur, tal como se acordó hace 30 días en la reunión del organismo en Mendoza. La desgracia del golpe de Estado a Fernando Lugo en Paraguay abrió una puerta impensada. En efecto, era el Senado paraguayo el que se negaba a sumar a Venezuela al Mercosur. El mismo Senado que echó a Lugo y se alineó con lo peor de la oligarquía de ese país más algunas empresas multinacionales como Monsanto que se pusieron en la primera línea para el golpe suave institucional. Suspendido Paraguay como miembro del Mercosur, se concretó la incorporación de Venezuela.
Por la democracia y la integración regional
La Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) y la Confederación Gremial Nacional Unida de la Mediana, Pequeña y Microindustria, Servicios y Artesanado de Chile (CONUPIA) expresan su solidaridad con el destituido presidente democrático de Paraguay, Fernando Lugo, y el pueblo de ese país, que en la última semana han sido víctimas de un golpe institucional.
Las entidades manifiestan su enérgico repudio al desconocimiento de la voluntad popular por parte de una Legislatura desprestigiada, que sirve al propósito de instaurar en la nación hermana un retroceso de las aspiraciones populares en beneficio de los poderes corporativos y los sectores políticos tradicionales.
Venezuela y Paraguay en diez claves
Venezuela será miembro pleno del Mercosur el 31 de julio y Paraguay quedó suspendido del bloque hasta las elecciones de abril próximo. Las dos noticias quedaron ligadas porque el Senado paraguayo era el responsable de poner bolilla negra a la incorporación de Venezuela, pero el protocolo entre el Mercosur y Caracas fue firmado en 2006. Incluso el presidente paraguayo no era el centroizquierdista Fernando Lugo sino Nicanor Duarte Frutos, un colorado del ala que no tiene vínculos con los herederos del régimen dictatorial que encabezó entre 1954 y 1989 Alfredo Stroessner.
Con Venezuela y Paraguay de eje, sobre todo desde el viernes 22 de junio en que Lugo fue destituido, quedan algunos apuntes sueltos que pueden hilvanarse como sigue:
Declaración de Buenos Aires
América Latina es territorio en disputa. Donde los bienes comunes son codiciados y donde también la pobreza y las desigualdades se distribuyen en todo el continente.
La intención de recomponer el capitalismo global luego de la crisis, exacerba la perversidad del modelo productivo vigente, avanzando sobre los límites ambientales, profundizando una lógica de saqueo y empujando a la región para mantenerla como proveedora de materias primas o productos semielaborados profundizando una especialización que destruye la diversidad existente.
La excusa de las múltiples crisis sirve de fundamento a los gobiernos y organismos internacionales para proponer incluir, en la esfera de las mercancías, a lo que aún permanece fuera de ella: los bienes comunes – el aire, el agua, los ecosistemas – como mecanismos de salvataje de un mercado financiero que agotó otras opciones de valorización.
APYME presentó su programa para avanzar en el desarrollo con equidad social
En el marco de su participación en el VI Congreso Federal de la Economía Solidaria, organizado por el Ministerio de Desarrollo Social e INAES, la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) dio a conocer un documento consensuado durante la última reunón de Comisión Directiva Nacional de la entidad.
El escrito aborda el actual proceso político, económico y social desde la perspectiva del papel de las micro, pequeñas y medianas empresas y su necesaria alianza con los sectores productivos y el Estado para concretar mayores logros de crecimiento, industrialización y justicia distributiva.
Desde este enfoque, ante una nueva instancia electoral, se enuncian los principales puntos del programa de la entidad para contribuir al debate sobre un modelo de país más inclusivo y soberano, integrado con Latinoamérica en el marco del Mercosur y la Unasur.
Un congreso por la integración
En el Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE), que se realizó en Montevideo, las delegaciones se pronunciaron en solidaridad con el movimiento estudiantil chileno y respaldaron a Unasur, Mercosur y ALBA, donde quieren intervenir.
Más de cinco mil universitarios de la región participaron del Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE), realizado en Montevideo, Uruguay. Dos declaraciones centrales acordaron: la defensa del movimiento estudiantil chileno, en solidaridad con su búsqueda de educación pública y gratuita, y el respaldo a la Unasur, el Mercosur y el ALBA, como formas de integración regional de las que los estudiantes no quieren quedar afuera. Los miles de alumnos convocados debatieron acerca del rol del movimiento estudiantil, la función de la extensión, la investigación, las medidas económicas regionales, la defensa del agua y los recursos naturales, los medios de comunicación, la criminalización de los estudiantes, los proyectos de despenalización del consumo de marihuana, la problemática de género y la despenalización del aborto, entre otros temas.
Realizado por primera vez en el Cono Sur, el CLAE es el mayor encuentro de estudiantes latinoamericanos. Lo convocó la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (Oclae), que nuclea a gran parte de las federaciones estudiantiles de la región y que acaba de cumplir 45 años. El presidente de Uruguay, Pepe Mujica, estuvo presente en la inauguración del encuentro, el miércoles 10. “El gobierno uruguayo acompañó la actividad en todo momento, desde lo programático hasta las resoluciones políticas”, contó el presidente de la FUA, Federico Miranda (Franja Morada).
Para Miranda, el congreso estuvo signado, en primer lugar, por la “convulsión de los integrantes chilenos”, de modo que en gran medida la consigna giró en torno de la educación pública gratuita en América latina. “La Oclae es una herramienta para las organizaciones universitarias –dijo Miranda–, allí se discute la necesidad de construir un movimiento estudiantil, pero alejado de visiones despóticas”, señaló después.
La declaración final del congreso, entre otras cosas, destacó que “la educación pública es un derecho humano fundamental y, por lo tanto, un deber incondicional del Estado en financiarlo y reglamentarlo”. Otro párrafo apuntó: “Es indispensable que los procesos de integración como la Unasur, Mercosur, Celac y ALBA fortalezcan todos los aspectos que hacen a la unidad de nuestros pueblos como la educación, la salud y la cultura, para reforzar, así, una identidad latinoamericana”. Además, se ratificó la conducción argentina de la Secretaría de Extensión de la Oclae.
“Lo que se vio fueron los distintos momentos políticos que atraviesan nuestros países –dijo a Página/12 la secretaria de Relaciones Internacionales y Asuntos Latinomericanos de la FUA, Verónica Sforzin (Miles)–. Chile fue muy claro, si bien sus delegaciones eran diversas, todas compartían el plan de lucha en contra de las políticas privatizadoras. Y saben que para lograrlo es necesaria la unidad.
Están viviendo un proceso de politización, con mucha información. En Bolivia, en cambio, noté posiciones encontradas. En Paraguay se ponen afuera de los conflictos y así dejan afuera la participación política. En los países de América Central la problemática pasa por su dependencia con Estados Unidos. Mientras que en Argentina, Venezuela y Brasil estamos en otro momento. Nuestro objetivo era dejar nuestro diagnóstico: el aumento del PBI, la creación de universidades, el Plan Raíces y la vuelta de los científicos, el nuevo Ministerio de Ciencia”, enumeró Sforzin. Y agregó: “Lo que pudo entenderse, finalmente, es que hay que aprender a avanzar con propuestas. En este sentido, la Unasur es la herramienta a fortalecer”.
“Más allá de las resoluciones del encuentro, que luego pierden continuidad, el congreso fue rico como punto de contacto entre las distintas federaciones estudiantiles, por el intercambio de visiones que se dieron”, consideró la vicepresidenta de la FUBA, Agustina Eroles (Movimiento Sur): “La cuestión del financiamiento universitario fue central, por el tema de Chile, pero también por la situación de otros países, en nuestro caso con la ley (de Educación Superior) menemista”.
El secretario de Integración Latinoamericana de la FUBA, Juan Manuel Karg (La Mella), también estuvo allí: “Además del tema central de Chile, el congreso dejó una perspectiva de debate abierto sobre qué proceso de integración debe tener América latina. Las delegaciones venezolana y cubana le dieron un fuerte apoyo al ALBA, y también hubo pronunciamientos a favor del Mercosur. Nos parece saludable que el movimiento estudiantil intervenga, debata y piense a América latina. En muchas oportunidades se nos quiso enseñar a partir de visiones extranjeras, hoy la situación es distinta y la idea es avanzar en políticas de integración regional”.