No hay magia
Por caso, la economía de Brasil caerá este año un 2%, mientras que China crecerá un 7%, es decir a su menor tasa en los últimos 15 años, lo cual muchos ven como una de las razones por las que la semana pasada decidió devaluar su moneda, el yuan, en cerca de un 5%, para aminorar el costo de sus salarios y productos y lograr así mayores exportaciones. Incluso, como coletazo especialmente importante para Argentina, nuestro principal producto de exportación, la soja, cayó en la semana a su menor valor desde 2009, es decir 332 dólares, cuando el año pasado cotizaba por encima de los 480.
La política contracíclica implementada por la Argentina no consiste en magia, sino, básicamente, en un gasto público que crece por encima de la recaudación, como forma de compensar, temporalmente y por medio del Estado, la caída en la actividad, siempre con el objetivo de defender el nivel de empleo e indirectamente los salarios.
Así, de acuerdo a la AFIP y el Ministerio de Economía, los ingresos públicos subieron un 29% en relación con el primer semestre de 2014, pero las erogaciones aumentaron un 39%, más allá de que en este último resultado incidió un aumento cercano al 50% en los vencimientos de deuda. De hecho, de acuerdo al Estudio Bein, el resultado fiscal (diferencia entre ingresos y egresos públicos) finalizará el año con un déficit del 6,4%, pero en el caso del déficit primario, es decir sin contar el pago de servicios de la deuda, esta cifra se reduciría al 4%.
Los resultados están a la vista. La desocupación, de acuerdo a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, cuya muestra abarca 31 aglomerados urbanos, fue durante el segundo trimestre del año del 6,6 por ciento (el segundo porcentaje más bajo de todo el ciclo kirchnerista, sólo superado por el 6,4 por ciento del cuarto trimestre de 2013), es decir 0,9 por ciento menos que para igual período del año pasado, cuando se había situado 7,5. En tanto, la subocupación (trabajadores que laboran menos de 35 horas semanales pero desearían hacerlo más), pasó de ser el 9,4 por ciento en el segundo trimestre de 2014 al 9,0 para el mismo período de este año.
Las cifras marcaron una satisfacción para el Gobierno, pero no una sorpresa, si se tiene en cuenta que el Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae) del Indec había marcado que, motorizada por el Estado, la actividad creció un 2,2% interanual en mayo, alcanzando el mayor incremento desde diciembre de 2013, y sosteniendo el ritmo de suba iniciado desde comienzos de año (enero, 0,6%; febrero, 1,1%; marzo, 1,6%; y abril, 1,7%).
Una actividad económica en ascenso y una desocupación en descenso, en un contexto global turbulento, fue entonces el resultado de un Estado que incentivó la demanda por medio del gasto, generalmente a través de planes para los sectores medios y bajos, como los de consumo Ahora 12 o Renovate, y de seguridad social como Procrear, Progresar, Asignación Universal por Hijo, y una suba en el número y beneficios de las jubilaciones.
El financiamiento del déficit en el que incurrió en Estado para sostener éstos y otros programas, se dio a través de transferencias del Banco Central y la Anses, que implicaron aportes para cubrir cerca del 30% del mencionado déficit, así como mediante emisiones de bonos del Tesoro por 110.000 millones de pesos y 1500 millones de dólares, a los que esta semana se agregó la licitación de los Bonad 2017 en pesos por el equivalentes a 1087 millones de dólares. Estos bonos, que tienen vencimiento en 2017, cuentan con una tasa de interés del 0,75 por ciento anual más la ganancia por el aumento en el precio del dólar, ya que están atados a su costo oficial (dollar linked).
Más que cuestionar la política de endeudamiento, la oposición política, económica y mediática hace hincapié en el crecimiento del gasto público, junto a la ausencia de una gran devaluación que reduzca los salarios, y por ende la demanda de dólares, además de beneficiar a los exportadores. Según afirmó a C5N el principal asesor económico de Daniel Scioli, Miguel Bein, el candidato a presidente del frente Cambiemos, Mauricio Macri, “está planteando una devaluación que reventaría el salario de los trabajadores para diciembre, en caso de que tenga la oportunidad de conducir la política económica. Algo así como una ‘macridevaluación’”.
Miradas al Sur - 23 de agosto de 2015