Obama, ¿más de lo mismo?
Es difícil creer que Barack Obama incluso piense en llamar a esto un cambio. Si estudiamos los antecedentes de algunas de las 17 personas que el presidente electo de Estados Unidos eligió la semana pasada para su equipo de asesores económicos de transición, difícilmente llegaremos a la conclusión de que deberían asesorarlo sobre cómo sortear la peor crisis financiera en la historia moderna.
Primero está el ex secretario del Tesoro, Robert Rubin. No sólo fue presidente del comité ejecutivo de Citigroup Inc. cuando el banco publicó falsos trabajos de investigación de analistas, ayudó a Enron Corp. a maquillar sus libros y fue sorprendido retocando los suyos. De 2000 a 2006 fue director en Ford Motor Co., que también cometió faltas contables y ahora está rogándole al Tío Sam que la rescate como a Citigroup.
Otros dos directores de Citigroup fueron llamados al grupo de asesores de Obama: la responsable ejecutiva de Xerox Corp., Anne Mulcahy, y el presidente de Time Warner Inc. Richard Parsons. Xerox y Time Warner fueron sancionadas hace años por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) por fraudes contables que ocurrieron mientras Mulcahy y Parsons ocupaban puestos ejecutivos de rango menor en sus respectivas empresas.
Mulcahy y Parsons también fueron directores de Fannie Mae cuando la empresa estaba infringiendo reglas contables. Otro miembro del grupo de asesores económicos de Obama se encuentra en el mismo caso: el ex secretario de Comercio William Daley. Ahora es miembro del comité ejecutivo de JPMorgan Chase & Co., que, como Citigroup, es uno de los nueve bancos grandes que acaban de recibir US$125.000 millones del presupuesto de rescate del Tesoro.
Los asesores económicos de Obama podrían ser llamados el "grupo de rescate". Otro puesto fue asignado a la ex asesora económica de la Casa Blanca Laura Tyson. Ha sido directora durante unos diez años en Morgan Stanley, a la que en 2004 la SEC castigó por violaciones contables y que hace un mes recibió 10.000 millones de dólares del Departamento del Tesoro.
Y eso no es todo. Penny Pritzker, la presidenta nacional de finanzas de la campaña de Obama, formó parte del consejo de administración de la sociedad de cartera del prestamista subprime Superior Bank FSB. En 2001, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) adquirió el control de la caja de ahorros del área de Chicago, en la que su familia tenía una participación del 50 por ciento. Los dueños de la institución acordaron pagarle al Gobierno 460 millones millones de dólares a lo largo de 15 años para cubrir las pérdidas que tuvo la FDIC.
Incluso algunas de las personalidades más brillantes en el grupo de asesores de Obama, como Warren Buffett y el ex presidente de la SEC William Donaldson, tienen su historia. Buffett estuvo en la comisión de auditoría del consejo de administración de Coca Cola Co. cuando la SEC halló que el fabricante de refrescos había engañado a los inversores sobre sus beneficios. De 1998 a 2001, Donaldson estuvo en la comisión de auditoría de un proveedor de servicios gratuitos de correo electrónico llamado Mail.com Inc. Justo antes de dejar él la SEC, en 2005, la agencia disciplinó a la empresa por violaciones contables que se habían producido durante la gestión de Donaldson.
Así que casi la mitad de las personas en el grupo de asesores económicos de Obama han ocupado cargos fiduciarios en empresas que, de una u otra manera, ´retocaron´ sus declaraciones financieras, contribuyeron a la crisis mundial o ambas cosas. ¿Creen ustedes que algo de esto fue debatido al momento de ser seleccionados?
Digamos que Buffett queda exento: fue listo al no asistir a la foto del grupo la semana pasada en Chicago. ¿Qué hay del resto? Por ejemplo, Donaldson fue presidente de la SEC cuando la comisión votó en 2004 permitir a los grandes bancos de Wall Street, como Lehman Brothers Holdings Inc. y Bear Stearns Cos., apalancar sus balances más allá de lo imaginable. Menudo error.
¿Y a quién eligió Obama para jefe de Gabinete? Rahm Emanuel, el congresista de Illinois que fue director de Freddie Mac en 2000 y 2001 mientras la entidad hipotecaria cometía fraude contable. Idealmente, este cargo debería ocuparlo alguien a quien no se pueda engañar fácilmente. Piénsenlo: de toda la gente que Obama podría haber elegido para jefe de Gabinete, ¿no pudo encontrar a alguien que no hubiera formado parte del consejo de administración de Freddie Mac?
El presidente electo necesita algunos nuevos asesores, y rápido. Estamos pasando por una crisis de confianza en el capitalismo estadounidense. Estas no son las personas correctas para restaurar su sentido del honor.nMuchos de ellos deberían ser citados como testigos esenciales de inmediato, no incluidos en el círculo interno de Obama. ¿Acaso no aprendió Obama nada de la desdichada selección de James Johnson, ex jefe de Fannie Mae, para encabezar su comité de búsqueda de un candidato a vicepresidente?
¿Piensa que gente como Robert Rubin o Richard Parsons ofrecerán buenos consejos sobre cómo evitar que banqueros deshonestos o directores distraídos hundan nuestra economía? ¿O que no confundan las necesidades del país con sus propios intereses? ¿O que la gente que nos llevó a esta larga pesadilla financiera tiene idea de cómo rescatarnos?
Obama ha creado la esperanza de que EE UU puede volver a representar todo lo que es bueno en el mundo. No es muy tarde para cambiar de rumbo. Sería bueno empezar por deshacerse de este grupo de asesores.
*Columnista de Bloomberg News. jweil6@bloomberg.net
Fuente: [color=336600] Bloomberg / Boletín – 21.11.2008 [/color]