Primer análisis a escala mundial: El VIH/SIDA ejercerá una notable repercusión en el ámbito del trabajo
El nuevo informe de la OIT sobre el VIH/SIDA en el ámbito del trabajo contiene datos demoledores: se calcula que, en ausencia de un aumento del acceso a tratamiento, el número de trabajadores perdidos para el mercado laboral debido al VIH/SIDA ascenderá a 48 millones hacia 2010, y a 74 en 2015, lo que convierte a esta epidemia en una de las mayores causas de mortalidad en el trabajo.
"Tal pérdida equivale a la desaparición de la población de un país de gran dimensión de la faz de la tierra", señala Odile Frank, de la OIT, autora del informe. "No podemos subestimar la repercusión que tendrá en la economía mundial".
El nuevo análisis de la situación en 50 países (Nota 2) del África subsahariana, Asia, América Latina y el Caribe, y dos regiones desarrolladas, señala que se espera un fuerte impacto del VIH/SIDA en el índice de crecimiento del producto interior bruto (PIB) y del PIB per cápita, ya que destruirá un "capital humano" creado a lo largo de los años y debilitará la capacidad de los trabajadores y los empleadores de producir bienes y servicios para la economía.
"El VIH/SIDA no es sólo una crisis humana, sino que representa una amenaza para el desarrollo sostenible global, social y económico", dijo el Director General de la OIT, Juan Somavía. "La pérdida de vidas humanas y los efectos debilitadores de la enfermedad no sólo reducirán la capacidad para mantener la producción y el empleo, reducir la pobreza y promover el desarrollo, sino que además serán una carga para todas las sociedades, tanto las ricas como las pobres", agregó.
El informe se presentó en la 15ª Conferencia Internacional sobre el SIDA en Bangkok, Tailandia, celebrada del 11 al 16 de julio. Fue elaborado sobre la base de nuevos datos demográficos y epidemiológicos obtenidos por las Naciones Unidas y otras fuentes que permiten realizar por primera vez este tipo de proyecciones globales sobre la repercusión de VIH/SIDA en el mundo del trabajo.
Conclusiones principales
Entre las principales conclusiones que se citan en el informe cabe señalar (Nota 3):
o El informe de la OIT dice que de los 35,7 millones de personas en edades comprendidas entre los 15 y los 49 años, que según ONUSIDA están infectadas por el VIH, 26 millones son trabajadores. Si a esta cifra se le suman todas las personas en edad de trabajar, incluidas las que tienen hasta 64 años y las que realizan trabajos informales, tanto dentro como fuera de sus hogares, el número de personas con VIH puede alcanzar los 36,5 millones.
o La repercusión directa del VIH/SIDA en los trabajadores es doble. Decenas de millones han muerto, y muchos otros abandonan el mundo del trabajo. La OIT calcula que en 2005, 2 millones de trabajadores en todo el mundo no podrán trabajar (en 1995 eran 500.000). En el año 2015, el número de personas incapaces para trabajar por estar infectadas por el VIH/SIDA ascenderá a 4 millones.
o Otros trabajadores económicamente activos se verán obligados a soportar una mayor carga económica debido a que sus colegas habrán fallecido de VIH/SIDA. Esta carga será superior al 1% en 2015 (y un 5% más en el África subsahariana).
o Otros adultos que vivan con personas enfermas de VIH/SIDA también deberán soportar la carga añadida de cuidarlas, carga estimada un 1 por ciento más en todo el mundo en 2015 debido al VIH (y un 6% más en el África subsahariana).
o Los adultos en edad de trabajar, participen formalmente o no en la fuerza laboral, quizás deban dejar sus actividades económicamente productivas para dedicar el tiempo necesario al cuidado de los enfermos, especialmente en las regiones en desarrollo de África, Asia, América Latina y el Caribe. Esto significa que, si 2 millones de trabajadores no pueden trabajar por haber contraído el VIH/SIDA, otros 2 millones de personas en edad de trabajar no podrán hacerlo porque tendrán que cuidarles, es decir, la repercusión indirecta de estos cuidados puede duplicar la repercusión directa de la enfermedad cuando la carga de cuidar de los enfermos recaiga en los hogares y las familias. Según Franklyn Lisk, director del Programa de la OIT sobre VIH/SIDA y el Mundo del Trabajo, "los efectos del VIH/SIDA en la mano de obra y en todas las personas en edad de trabajar repercuten sobre el crecimiento económico y el desarrollo". Agregó que "al provocar la enfermedad y muerte de los trabajadores, la epidemia del VIH/SIDA reduce la disponibilidad de una fuerza laboral cualificada y experimentada. Esta pérdida en capital humano es una amenaza directa para los Objetivos de Desarrollo del Milenio de reducir la pobreza y promover el desarrollo sostenible2. La mayoría de los países más afectados por el VIH/SIDA se encuentra en África, donde la presencia del VIH (entre los que tienen 15 a 49 años de edad) es del 7,7%. La repercusión en las personas, los hogares, la sociedad y la economía en África y en otras regiones se ha analizado utilizando una serie de medidas e indicadores, algunos de los cuales se han desarrollado con este fin.
Repercusión macroeconómica y social
La repercusión directa e indirecta del VIH/SIDA en la fuerza laboral se puede medir en términos macroeconómicos, según el estudio de la OIT. En los países donde se cuantificó la repercusión entre 1992 y 2002, la tasa de crecimiento del PIB fue inferior en un 0,2% ciento anual (equivalente a 25.000 millones de dólares por año) y la tasa de crecimiento del PIB per cápita fue inferior en un 0,1% anual (equivalente a 5 dólares per cápita por año).
En el informe también se señala que:
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La epidemia tendrá diversas repercusiones para las mujeres en los países más afectados por el VIH/SIDA. Independientemente de que trabajen de forma productiva dentro o fuera de sus hogares, el tiempo de trabajo de las mujeres se verá afectado por el hecho de que son quienes se ocupan principalmente del cuidado de los enfermos. Además, las mujeres jóvenes están registrando ahora los incrementos más altos en las tasas de VIH. Por último, cuando las mujeres se ocupan de la agricultura de subsistencia (en la mayoría de África), si ellas mismas no padecen la enfermedad, la carga de cuidar de los miembros de la familia enfermos de SIDA, la necesidad de obtener ingresos para reemplazar la pérdida de éstos obtenidos por la persona con SIDA y el peso de cuidar de otros miembros de la familia, sobre todo niños y personas de edad, pueden restarles el tiempo de que disponen para las actividades agrícolas, lo que pondría en peligro su capacidad para proporcionar alimentos a sus hogares y bienestar a los miembros de la familia.
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En los países más afectados, la repercusión del VIH/SIDA afectará a gran parte de la fuerza laboral, tanto del sector público como del privado, así como a la agricultura, la economía informal y a las mujeres y los niños. El informe señala que la repercusión del VIH/SIDA será especialmente grave en los sectores de la educación y la salud, donde el porcentaje del personal educativo y sanitario que está muriendo de VIH/SIDA puede alcanzar una cifra tan alta como el 40% en el año 2010.
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En las zonas rurales de los países más afectados, el VIH/SIDA está empeorando la situación económica de los hogares rurales más pobres, extenuando la capacidad de las comunidades rurales para hacer frente a la adversidad y agravando seriamente la inseguridad alimentaria existente.
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Los niños no recibirán cuidados ni consejos de sus padres, o se verán obligados a abandonar la escuela y buscar un trabajo que no sólo pondrá en peligro su bienestar físico sino que además les privará de educación, cualificaciones y formación, amenazando así los objetivos de eliminar el trabajo infantil y promover el desarrollo sostenible.
"El desafío para las políticas nacionales es cómo abordar los temas relacionados con el capital humano y crear los medios para sostener la oferta y calidad de los bienes y servicios públicos", dice el informe. "Además, con objeto de obtener una masiva crítica de respuestas a la epidemia, ha de fomentarse un entorno político favorable, con especial énfasis en el marco jurídico, que apoye la capacidad educativa y de creación de empleo, la integración como objetivo de la estrategia de desarrollo y la reducción de la pobreza".
¿Qué se puede hacer?
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Hay diversas formas de responder a la epidemia del VIH/SIDA en el mundo del trabajo, según el informe: la OIT estableció un programa en 2001 y elaboró un Repertorio de recomendaciones prácticas el mismo año para dar respuestas a la epidemia en el lugar del trabajo.
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Varios países han adoptado legislación progresista modificando leyes o elaborando otras nuevas que pueden desempeñar una función importante de mitigación de la repercusión del VIH/SIDA en el lugar de trabajo y de protección de los derechos de las personas que viven con el VIH/SIDA.
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En muchos países se realizan esfuerzos para dar respuestas que se centren tanto en la prevención como en el tratamiento, incluyendo la adopción de políticas sectoriales de ámbito nacional, los esfuerzos comunitarios para reducir el estigma y la discriminación, las iniciativas del sector privado para promover la prevención, las comunicaciones para modificar los comportamientos de los trabajadores y, por último, los programas de tratamiento en el lugar del trabajo, que una serie de empresas considera cada vez más como la opción menos costosa para mantener los niveles de rentabilidad y garantizar el crecimiento.
Aunque la OIT destaque la grave repercusión que el VIH/SIDA tiene sobre la mano de obra, en las sociedades rurales y en la economía, también hace hincapié en que en el lugar de trabajo se encuentra muy probablemente una parte de la solución.
"El lugar de trabajo es un medio ideal para lograr un enfoque integrado sobre el VIH/SIDA", comentó Odile Frank. "El trabajo ofrece un emplazamiento -el lugar de trabajo- donde hablar de VIH/SIDA es importante, donde las estrategias de prevención pueden promoverse en forma directa, y donde el tratamiento puede ser excepcionalmente productivo".
El sistema tripartito que caracteriza a la OIT le permite abordar lo que ninguna otra organización internacional puede llevar a cabo, es decir, movilizar a los trabajadores, a los empleadores y a los gobiernos para llevar a todos los rincones del mundo del trabajo mensajes vitales de prevención y ayuda.
El lugar de trabajo ocupa un lugar central en la lucha contra el VIH/SIDA El Foro de Liderazgo de la OIT reclama una intensificación de los esfuerzos en este terreno Por un lado, con unos 36,5 millones de personas en edad de trabajar que viven actualmente con el VIH/SIDA, el lugar de trabajo acusa la repercusión directa de esta epidemia. Por otro, el lugar de trabajo ocupa una posición única para contribuir a las soluciones capaces de poner freno a la pandemia, según opinan los líderes del ámbito empresarial y laboral y de la Administración que participaron en el Foro de Liderazgo sobre el Mundo del Trabajo organizado por la OIT en la 15ª Conferencia Internacional sobre el SIDA en Bangkok. En alusión a tal oportunidad, los líderes reclamaron un incremento de los recursos y del compromiso para luchar con el VIH/SIDA en el lugar de trabajo. "El lugar de trabajo constituye una plataforma de acceso esencial para la provisión de educación, asistencia y tratamiento, así como para el desarrollo de actividades de lucha contra la discriminación", aseguraron. "Con la presente declaración conjunta se pretende llamar la atención sobre tal condición, instando a gobiernos, empleadores y las organizaciones que los representan, así como a los sindicatos y a sus afiliados, a otorgar a esta cuestión la más alta prioridad". Los líderes del ámbito del trabajo convinieron en la necesidad de intensificar los esfuerzos y movilizar los recursos para formular y aplicar respuestas eficaces a los retos humanitarios y de desarrollo que plantea el VIH/SIDA.
Además, señalaron con preocupación que "el estigma, el silencio, la negación y la discriminación contra las personas que viven con el VIH/SIDA potencian la repercusión de la epidemia y constituyen una barrera fundamental para obtener una respuesta efectiva. El tratamiento de estas cuestiones subyace a la ejecución de programas eficaces en el lugar de trabajo". Franklyn Lisk, Director del Programa de la OIT sobre el VIH/SIDA en el mundo del trabajo, señaló que "la presencia sólida y efectiva de los líderes laborales (representados por los mandantes tripartitos de la OIT) en la Conferencia Internacional sobre el SIDA da fe de la importancia y la contribución del "lugar de trabajo" a los esfuerzos nacionales dedicados a la lucha contra el VIH/SIDA".
Los participantes en el foro reclamaron también un mayor acceso y participación de las personas que viven con el VIH/SIDA en la planificación y la ejecución de los programas dirigidos al lugar de trabajo. En la declaración se lee lo siguiente: "Reafirmamos que el Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT sobre el VIH/SIDA y el mundo del trabajo ofrece un marco para la actuación en el lugar de trabajo y la promoción de las buenas prácticas en la formulación de políticas y la ejecución de programas". "Instamos a los líderes del mundo del trabajo a generar con urgencia los recursos requeridos para financiar una expansión sostenible de las actividades en el lugar de trabajo en todas las regiones". Entre los participantes en el foro de liderazgo figuraron, por parte de los gobiernos, Bakoko Bakuru, ministra de Trabajo, Género y Desarrollo Social de Uganda, Thapabutr Jamasevi, Vicesecretario Permanente del Ministerio de Trabajo, Tailandia; Zulmia Yanri, Directora de la División de Normas sobre SST, Ministerio de Recursos Humanos y Migraciones de Indonesia; y la Dra. Anna Marzek-Boguslauska, Directora del Centro Nacional del SIDA de Polonia. Por parte de los empleadores, asistieron Antonio Peñalosa, Secretario General de la Organización Internacional de Empleadores, Suiza; Siriwan Romchatthong, Directora Ejecutiva de la Confederación de Empleadores de Tailandia; y Anthony Pramualratana, Director Ejecutivo de la Coalición de Empresarios Tailandeses para el SIDA, de Tailandia. Representaron a las organizaciones de trabajadores Andrew Kailembo, Secretario General de CIOSL AFRO, Kenya; Clementine Dehwe, Coordinadora de los Sindicatos Mundiales en materia de VIH/SIDA, CIOSL, Bruselas; y Surat Chanwanpen, Vicedirector General, LCT, Tailandia.
Nota 1 - HIV/AIDS and work: Global estimates, impact and response 2004 (El VIH/SIDA y el trabajo: estimaciones, repercusiones y respuestas mundiales), Programa de la OIT sobre el VIH/SIDA y el Mundo del Trabajo, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra 2004, ISBN 92-2-115824-1, disponible en inglés en la dirección: www.ilo.org/aids.
Nota 2 - Los países incluidos en el informe son: 40 países con porcentaje de VIH estimado en más del 2% en 2001, 5 países con un porcentaje estimado entre un 1,5 y un 2,0% en 2001, y 5 países con una población de enfermos de VIH/SIDA de un millón o más. Se trata de 35 países de África subsahariana, 8 países de América Latina y el Caribe, 5 países de Asia y 2 países en las regiones más desarrolladas. Para consultar datos regionales y por países, véase el Cuadro principal 1 del informe, a partir de la página 72.
Nota 3 - En los 50 países del mundo afectados por el VIH/SIDA e incluidos en el informe, el porcentaje de VIH en personas de edades comprendidas entre los 15 y los 49 años podía variar entre menos del 1% y el 40% a finales de 2003. La tasa de prevalencia del VIH por país puede verse en orden alfabético por región en cada cuadro principal, todos los demás datos se presentan por ese orden. Cada cuadro muestra también la prevalencia media regional del VIH ponderada por población en las regiones de África subsahariana, Asia, América Latina y el Caribe, y en las regiones más desarrolladas, así como en todos los 50 países.
Fuente: OIT