Realidad Económica: medio siglo difundiendo la ciencia social argentina
A 50 años de la creación de la revista Realidad Económica. "Hemos podido confirmar los valores y objetivos que le dieron origen a la revista así como abrir nuevos espacios de crecimiento", subraya Marisa Duarte, actual directora de la publicación.
Realidad Económica se creó a fines de 1970 para cubrir el vacío que dejaban los grandes medios en relación a los pequeños empresarios, profesionales independientes y trabajadores, para los cuáles no había un mensaje. Asimismo, se proponía analizar los problemas del país con una mirada argentina.
Cuando pienso en esos orígenes es imposible no recordar a Arturo Enrique Sampay, a Súlim Granovsky, a Francisco Cholvis, a Alfredo Eric Calcagno, a Augusto Reinhold, a Horacio Giberti, Oscar Carnota, Jorge Schvarzer, Jorge Sábato, entre tantos otros hombres.
Si alguien revisa los 50 años de Realidad Económica se encuentra con medio siglo de historia argentina. En efecto, la publicación muestra las tensiones de la industrialización por sustitución de importaciones, la necesidad de apropiación soberana de los recursos, la lucha contra la extranjerización, la explotación de hidrocarburos en beneficio del país, el debate sobre la renta potencial de la tierra, la disputa entre el desarrollo ferroviario y la industria automotriz, el seguimiento de la emblemática quiebra fraudulenta denominada “el caso Swift” llevado adelante por Salvador María Lozada (hoy presidente honorario). Luego se debate sobre la estatización del comercio exterior, la nacionalización de la banca, la tensión entre tecnificación agraria y reforma del sector. A fines de la década del ‘70 se resiste a las políticas de la dictadura militar, se defiende la eficiencia de las empresas públicas, se alerta sobre los efectos de la distribución desigual del ingreso y se debate sobre proteccionismo o librecambio.
La década del ‘80 impregna la revista de la crisis financiera, los problemas en relación a la energía y el debate de fondo remite al estructuralismo latinoamericano. En 1982 se previene el avance del discurso privatizador y su impacto en la soberanía. Aldo Ferrer lucha por evitar el desmantelamiento industrial y se anuncia el fracaso de las teorías monetaristas. En 1983 la tapa muestra “el difícil tránsito a la democracia” con escritos de Raúl Prebisch, Salvador Treber, Conrado Storani, Silenzi de Stagni. En 1985 cobra fuerza el problema de la deuda externa a través de uno de los títulos: “Las soluciones del norte”; luego aparece la cuestión del ajuste, la desestabilización.
En los primeros ‘90s, Realidad Económica examina el comportamiento de los sectores dominantes (cabe recordar el texto de Carlos Acuña “La burguesía como actor político”), se analiza críticamente la convertibilidad, unos años más tarde aparece la tensión NAFTA-Mercosur. En 1996 Hermenegildo Sábat dibujó en tapa a José Luis Cabezas vinculando el asesinato del periodista con las luchas de los docentes por la educación pública. La década se cierra haciendo énfasis en el FMI, indicando que la entidad “juega con fuego”.
Los años 2000 traen a las páginas la discusión entre devaluadores y dolarizadores, la debacle, la crisis económica, política y social en que derivó el neoliberalismo. A partir de 2002 se retoman los debates en torno a la reconstrucción y la recuperación de la soberanía en todos sus aspectos. La mitad de la década es tomada por la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio, se enciende el debate sobre la integración latinoamericana, el No al Alca a la luz de numerosos gobiernos nacionales y populares en la región (encabezados por Chávez, Lula, Evo Morales, Lugo, Zelaya, Kirchner, Fernández de Kirchner, Mujica). En 2009 Sábat dibuja en la portada a Mercedes Sosa a modo de homenaje y despedida de “la voz de la tierra”.
La última década está mostrada por la revista como la etapa de los golpes de estado en la región -los de siempre y los blandos-, la vuelta de un gobierno liberal en la Argentina, el alegato en contra de la nueva etapa neoliberal que avizoraban, entre otros, Aldo Ferrer y Alejandro Rofman (hoy tambien presidente honorario) en octubre de 2015. Desde entonces se describe una nueva etapa neoliberal, otra ronda de endeudamiento, la apertura y la recesión, la reestructuración de la deuda externa privada, las tensiones del tipo de cambio, el aumento de la pobreza y a desigualdad.
En términos históricos hemos visto diseccionada en Realidad Económica la industrialización sustitutiva de importaciones, el estructuralismo latinoamericano, la teoría de la dependencia, el neoliberalismo, el neodesarrollismo, el buen vivir y el presente incierto.
En lo personal, siendo una joven investigadora de los efectos sociales de la Convertibilidad, y habiendo elaborado un artículo sobre la destrucción de empleo que producían las privatizaciones, Daniel Azpiazu me recomendó enviar el texto a publicación en Realidad Económica (de la cual era lectora). Pensemos que -al igual que hoy- la revista formaba parte significativa de la bibliografía de numerosas materias de sociología económica. En esa situación conocí a Juan Carlos Amigo, casi un homónimo de la revista, que a través de los años, con su cordialidad, su sentido del humor y su gran generosidad, me permitió conocer desde adentro a Realidad Económica y al IADE. Me sumé a los esfuerzos de la secretaria de entonces, la queridísima Lucía Vera, por poner absolutamente todos los procesos administrativos en orden. Valoro las ideas de mi querido colega Sergio Carpenter para animarnos a encarar los nuevos desafíos institucionales.
Cuando me acerqué a la revista eran los primeros años noventa. Desde entonces he sido lectora (siempre), autora (pocas veces), evaluadora (ya no), directora (todavía). Cuando fui designada directora, en el año 2015, era evidente que estábamos llevando a cabo un difícil y necesario traspaso generacional. Difícil por la inmensidad de las figuras que nos precedieron y las que estaban y necesario para poder seguir mirando hacia el futuro. En esa tarea hemos podido confirmar los valores y objetivos que le dieron origen a la revista así como abrir nuevos espacios de crecimiento.
En ese camino hemos contado con dedicados integrantes del Comité Editorial, de la Comisión Directiva del IADE, de colegas de instituciones amigas que nos han acompañado en la preservación del capital social acumulado así como en el inicio de nuevas iniciativas.
La nueva etapa encuentra a Realidad Económica intentando ser, además de una publicación de economía política, una revista de ciencias sociales que incorpora temas como educación, géneros, diversidades, medio ambiente, vivienda, urbanismo e integración latinoamericana. En segundo lugar, encaramos una actualización en el diseño y la gráfica abandonando más de 40 años del formato inicial. En tercer lugar, llevamos adelante una tarea de indización que cataloga a la publicación en el sistema científico argentino como una revista de calidad. En cuarto lugar, nos encontramos en la encrucijada entre la continuidad de la publicación física en papel o su digitalización para facilitar el acceso abierto. Por último, tanto Comité Editorial de la revista como la Comisión Directiva de la institución que la cobija, el IADE, tienen un mayor –aunque todavía insuficiente- componente de mujeres. Un reconocimiento especial merecen todxs los autores, evaluadores, lectores, suscriptores, investigadores e instituciones que, de diversas maneras, contribuyen a la vitalidad de la revista.
Reafirmamos el compromiso de trabajar para continuar siendo una publicación diversa y plural, cuidando el legado construido, manteniendo la calidad editorial y académica. Este 50º aniversario es especial y viene a recordarnos lo que hemos logrado pero también a decirnos que este camino continúa. Invitamos a todos aquellos que aún no se hayan sumado a formar parte de él.
* Directora de Realidad Económica, presidenta del IADE / Octubre 2020.