El Gobierno fijó por decreto el Salario Mínimo y lo perpetúa muy por debajo de la línea de indigencia
El actual Salario Mínimo quedó en 254.231 pesos.
La competitividad tiene dos caras
Debate. En el número anterior, el Dipló inaguró una discusión acerca del lugar de la industria en el desarrollo argentino. Aquí, una crítica a los argumentos basados en el “costo argentino” y las iniciativas de reconversión a partir de una apertura de las importaciones. El desarrollo, sostiene el autor, exige décadas de políticas planificadas con una fuerte regulación estatal.
Dólar y teoría del todo
Uno de los grandes éxitos discursivos de la economía tradicional consistió en la difusión de su ideología mediante conceptos muy simples. No hay mercado, por complejo que parezca y por multitud de variables que incluya, que no pueda ser reducido muy rápidamente a los principios básicos de la oferta y la demanda; la única “ley” económica que siempre funciona, “como la gravedad”, sólo basta con alinear las variables correctas de la manera adecuada. El resultado es epistemológicamente asombroso; la economía bien podría ser la envidia de la física, que continúa buscando una ecuación “sencilla y elegante” que, unificándola, explique la totalidad del universo.
Entre el dólar y el salario
Con una inflación en permanente declive y una actividad económica en constante ascenso, no parece extraño que la forma de alterar la sensación de tranquilidad económica venga de la cotización del dólar paralelo.
Los Koch
Entre muchas otras cosas, cuando uno mira el documental del periodista y activista norteamericano Robert Greenwald sobre los hermanos Charles y David Koch –Los hermanos Koch al descubierto– lo que sorprende es que desde hace años, a cada intento de los multimillonarios Koch por disciplinar al pueblo norteamericano después de disciplinar con donaciones de muchos miles de dólares a legisladores, jueces, periodistas, académicos y a todo aquel con influencia para modificar leyes sensibles a los bolsillos de los más ricos de todos, le correspondió una revuelta, una manifestación, una incipiente organización popular repelida casi en todos los casos con represión.
Tsipras recibe gestos, pero no compromisos
La simpatía puede ser peligrosa. Alexis Tsipras, el nuevo primer ministro griego, saboreó en París los contratiempos y los límites de la “simpatía” y de la “comprensión” de sus socios europeos cuando se trata de abordar el tema de la gigantesca deuda griega. La babosa retórica de los dirigentes de la Unión Europea (UE) se repitió en cada una de las capitales que Tsipras visitó esta semana. El periplo que concluyó ayer en París resume por sí solo la inocultable realidad a la que los griegos deberán enfrentarse y la vara inflexible de los jefes de Estado y de gobierno de la UE, sean de derecha o socialdemócratas (hoy esto es más o menos lo mismo).