La elección del sucesor de San Pedro
Tras la renuncia de Benedicto XVI, el gobierno de la Iglesia pasa automáticamente a las manos del Colegio de Cardenales, según la normativa dada por Juan Pablo II en 1996, en el documento Universi Dominici Gregis. Una vez llegados a Roma los cardenales, se les lee este documento. Y con juramento los prelados quedan obligados a guardar secreto.
“La Iglesia latinoamericana no tendrá peso en la elección del nuevo Papa”
El teólogo y escritor brasileño Frei Betto sigue creyendo con fuerza en Dios pero no tanto en la posibilidad de que la Santa Sede modifique su rumbo y su doctrina conservadora. Fraile dominico, fundador del Partido de los Trabajadores, escritor, intelectual y militante activo de la Iglesia tercermundista, el autor del suceso editorial Fidel y la religión advierte a Miradas al Sur vía telefónica desde Roma –su uso del castellano es limpio pero, por momentos, se filtran en su parlamento algunas palabras de la lengua portuguesa– que es difícil que la cúpula eclesiástica haga algún tipo de giro político. Avizora una Iglesia de dos cabezas, si Ratzinger sigue viviendo en el Vaticano. Piensa que el nuevo Sumo Pontífice no hará nada que desagrade al anterior, sólo se conocerá realmente quién es de hecho el nuevo Papa después de que Ratzinger muera.