Nuevas fronteras del sentirse joven
En las sociedades premodernas, el paso de la niñez a la adultez constituía un tránsito breve o incluso instantáneo, marcado por “ritos de paso” cuya violencia ofendería la conciencia del más multiculturalista de los antropólogos: los algonquinos, en el norte de EE.UU., tienen la costumbre de suministrar a los niños una droga alucinógena potentísima que les provoca amnesia e hipotermia y que tiene como objetivo borrar los recuerdos de la etapa anterior. Al cumplir ocho años, los vanuatu, en el Pacífico Sur, deben demostrar su masculinidad saltando de una torre de 30 metros de altura con una cuerda atada a los tobillos, como un bungee jumping pero desnudos y hasta que la cabeza roce el suelo. Los ogiek, en Kenia, son circuncidados cuando cumplen 13 años y luego abandonados en la selva, donde deben permanecer durante un mes viviendo entre los animales.