Wall Street recomienda desacelerar el crecimiento
La economía argentina marcha bien en el corto plazo, reconocen en Wall Street. Pero es pensando hacia adelante cuando aparecen los nubarrones -en particular en el sector energético-, lo que lleva a los analistas a recomendar al Gobierno que retoque su política económica para reducir el ritmo de crecimiento.
Autor: Hugo Alconada Mon
Fuente: La Nación
La economía argentina marcha bien en el corto plazo, reconocen en Wall Street. Pero es pensando hacia adelante cuando aparecen los nubarrones -en particular en el sector energético-, lo que lleva a los analistas a recomendar al Gobierno que retoque su política económica para reducir el ritmo de crecimiento.
"Me gustaría ver que la Argentina redujera su ritmo ligeramente", destacó el economista jefe para América latina de Morgan Stanley, Gray Newman, tras visitar el país a principios de mes y cotejar que "la Argentina está inmensamente mejor", pero que afronta desafíos. "La política importa, y un crecimiento del 9% podrá ser más atrayente políticamente que uno del 6 o del 7%, pero los riesgos de errar en las necesidades energéticas parecen demasiado altos para no optar por un ritmo un poco más bajo, pero más robusto", argumentó.
En un reporte firmado junto a otros dos analistas, Luis Arcentales y Daniel Volberg, Newman concluyó que el Gobierno no parece interesado en reducir el ritmo, pero insistió: "La clave es ver si las autoridades prepararán un aterrizaje suave y se darán el tiempo suficiente para ajustar los precios e incentivos en el sector energético".
Otros bancos y consultoras en Nueva York abordan el mismo eje que Morgan Stanley: ¿se mantendrá el ritmo de crecimiento de la economía local? ¿Es sano que continúe el "ritmo asiático" de expansión? ¿Qué debe cambiar para consolidar la marcha?
Para el vicepresidente de J. P. Morgan para mercados emergentes, Vladimir Werning, la economía "está acelerándose y no desacelerando", pero a diferencia de sus pares, destaca los réditos de eso. "Puede haber microdistorsiones, como el control de algunos precios o restricciones a las exportaciones, pero salvo que se intensifiquen, las ganancias seguirán siendo el principal motor de la inversión y continuarán aliviando las ansiedades desde el lado de la demanda", dijo.
Más allá de los argumentos a favor o en contra de la tasa actual del 8,5% de crecimiento, la mayor consultora de análisis de riesgo político del mundo, Eurasia Group, se centra en la realidad: con el Gobierno ya apuntando a octubre de 2007, "no llevará a ningún cambio en los parámetros mayores de la política económica y, de hecho, los reforzará", planteó su analista Daniel Kerner.
"Los votantes siguen despreocupados de los efectos negativos de las políticas económicas actuales -como la inflación-, y de hecho continúan esperando un crecimiento y una tasa de empleo elevados", explicó.
Pero las dudas externas se acumulan. También los analistas de UBS, Bear Stearns y HSBC consideran que la política económica de la administración Kirchner presenta flancos débiles que deben ser remediados más temprano que tarde, según consta en sus reportes que distribuyeron entre sus inversores y cuyas copias obtuvo LA NACION.
UBS coloca a la Argentina, por ejemplo, junto a Venezuela como las dos economías de América latina "que por razones muy específicas están creciendo a tasas elevadas que son insostenibles", pero que ya en 2007 podrían bajar a 5,9% y en 2008 a 4,8%, según su previsión, aunque con una inflación en ascenso que este año llegaría a 9,9%, treparía a 11% el año próximo y al 13% en 2008.
Preocupación internacional
Todos ellos critican los "controles de precios" -ninguno los llama "acuerdos", como el Gobierno- por distorsionar la realidad económica de un modo que se sentirá en el futuro. Pero las dudas son más amplias. "Por muchos meses hemos estado preocupados por la dirección de la política microeconómica, que continúa caracterizándose por regulaciones industriales excesivamente intervencionistas, controles de precios sobre los productos de consumo, controles a las exportaciones y otras medidas populistas", enumeró el jefe de Estrategia para América latina de Bear Stearns, Thierry Wizman.
Estas políticas fueron armadas, lamentó, "para suprimir la inflación real ante la presencia de presiones inflacionarias creadas por una política monetaria demasiado acomodaticia". Pero cree que derivarán en mayores problemas energéticos, el nuevo eje de preocupación en Wall Street.
"Creemos que los esfuerzos del Gobierno por controlar los precios en combustibles y energía -a través de amenazas implícitas y explícitas de intervención oficial- amenazan con causar una escasez severa de combustible, en particular de diesel", planteó, lo que afectaría con fuerza al sector agrícola que depende de él.
HSBC apuntó a los potenciales inversores: "Hasta qué punto las expectativas de una futura crisis o incluso de los niveles actuales de suministro desalentarán proyectos de inversión de gran escala es muy incierto", lo que a su vez depende "en gran medida de condiciones climáticas que son difíciles de predecir". Pero aun así, alertó, "la probabilidad de un evento adverso debería ser cada vez más significativa y seguirá siendo un riesgo en el mediano plazo".