La 9.70

En Colombia están pasando cosas que parecen el 2008 argentino, pero exactamente al revés. La semana pasada el presidente Juan Manuel Santos anunció la militarización de Bogotá, después de dos semanas de paro agropecuario. Este martes renunció su gabinete en pleno –terminaron yéndose cinco ministros–, y tampoco la noticia rebotó. Es cierto que la situación siria se come el panorama internacional, pero aquí cerca están pasando cosas increíbles, que viene bien saber que pasan, cuando lo que las desata es el Tratado de Libre Comercio que el gobierno colombiano suscribió en 2012, y cuyas consecuencias devastadoras para los minifundistas y pequeños productores provocó esta semana, también, que volaran por el aire todas las representaciones y delegados de las federaciones del café, de la papa, de la cebolla, del arroz, de la cebada, del frijol, de los frutales, del cacao y de la leche, entre otras.

Los campesinos y pequeños productores colombianos protagonizan en estos días una nueva versión de la rebelión en la granja: hace dos días surgió, en la ciudad de Tunja, departamento de Boyacá, el Movimiento por la Dignidad Agropecuaria, que decidió continuar con el paro y dar por fracasadas las negociaciones que mantenían en esa ciudad con el gobierno. En el comunicado que dieron a conocer los productores minifundistas de todo el país, reafirmaron lo que días antes había indicado uno de los nuevos líderes emergentes, el ingeniero agrónomo César Pachón: los tratados de libre comercio (TLC) abrieron sus fronteras para la entrada de productos importados de todo el mundo contra los que no pueden competir debido al costo de los insumos para los colombianos. En las negociaciones, el gobierno reconoce la situación y ofrece algún retoque, no por cosmético menos significativo: se les ha dicho que los tratados de libre comercio pueden vulnerarse si se trata de productos de países vecinos o latinoamericanos, pero que son de hierro para los productos norteamericanos o europeos. Sí o sí el mercado interno colombiano debe absorber lo que mandan desde los países centrales.

La protesta tuvo epicentro en Boyacá –el departamento con más minifundistas del país– porque los primeros en organizarse fueron los productores de papa, que se deshicieron de la federación que los había empujado a la firma del Tratado de Libre Comercio y crearon una nueva organización, de la que César Pachón es vocero. “El Comité de la Dignidad Papera y la Soberanía Alimentaria es una organización que surge debido a la grave situación de los papicultores y cultivos de clima frío, con la intención de enfrentar los tratados de libre comercio que atentan contra el campo”, se presentan. Las negociaciones con el gobierno se llevaron a cabo durante varios días en la catedral de la ciudad de Tunja, cuyo obispo está del lado de los campesinos.

En una entrevista de Radio Boyacá, este martes, Pachón pedía paciencia y ponía a los campesinos al tanto de lo conversado. Dijo que le habían planteado al presidente Santos que es indispensable volver a abrir el comercio con Venezuela, que antes consumía sus papas y ahora no. Los campesinos lograron meter en la agenda presidencial una reunión en Caracas la semana próxima para tratar el tema.

En la Argentina, el ALCA tuvo un freno rotundo en 2005, en Mar del Plata. De eso se habló bastante, pero lo que nunca se dice es qué hubiera pasado sin ese freno que sólo pudo ponerse con la voluntad política multiplicada entre Kirchner, Chávez y Lula. Es ahora una buena oportunidad para mirar a Colombia, que suscribió los “tratados” en 2012, y ver en qué consiste esa “libertad comercial” que, tal como se le dijo a Pachón, puede “corregirse” con los socios vecinos pero nunca con EE.UU. y la UE. Para llegar al TLC –la versión del ALCA que recoge la Alianza del Pacífico–, Colombia tuvo que preparar el terreno, subsumiendo su propia legislación nacional a las nuevas reglas que imponen los tratados.

La 9.70 no es una AM ni una FM, sino una resolución aparentemente menor, tomada en 2010 como condición de EE.UU. La adoptó el Instituto Colombiano de Agricultura (ICA) y, de acuerdo con ella, se judicializa y criminaliza a los campesinos que reserven una parte de su propia cosecha de semillas para el año siguiente. Así ha sido durante generaciones la práctica de cultivos rotativos. Los mejores sacos de semillas –de arroz, de papa, de café, de cebolla– garantizaban la siguiente cosecha y el puntapié de inversión de cada familia minifundista. Esa resolución, pese a que implicaba un corte económico y cultural más que drástico, no fue discutida más que con las patronales y las federaciones, pero los campesinos no la conocían. Para enterarse mejor de lo que implica el ALCA en la vida cotidiana de las poblaciones rurales latinoamericanas, puede verse un documental que ahora es furor en la web: se llama como la resolución, La 9.70, y lo dirigió Victoria Solano.

Allí se puede ver qué pasó exactamente el 31 de mayo de 2011 en Campoalegre, una ciudad que produce los mejores arroces del país. En forma inesperada llegó un cuerpo de infantería armado hasta los dientes a decomisar todos los sacos de arroz de la cosecha anterior que habían reservado los productores. Según la 9.70, eso ahora está prohibido, y penalmente: cada cosecha debe iniciarse con semilla nueva, patentada, certificada por el ICA, con sus respectivos abonos y fertilizantes, pertenecientes a multinacionales. El que no acata afronta penas de hasta ocho años de prisión efectiva.

En el documental se puede ver la rabia, la confusión y el desgarro de los productores cuando veían cómo la policía llenaba camiones con los sacos de semilla que eran confiscados. Ninguno de los entrevistados sabía qué era ni en qué consistía la 9.70. La ferocidad de las resoluciones y leyes que implican los tratados de libre comercio permanecieron invisibilizadas para sus principales víctimas. Ese día en Campoalegre se llevaron 1600 sacos del mejor arroz colombiano: su destino final fue un basural. Desde la entrada en vigor de la 9.70, en todo el país y en operativos similares, se decomisaron 2.550.000 toneladas de semillas, que fueron a parar a rellenos ecológicos.

Muy lejos del lockout patronal argentino de 2008, el Movimiento por la Dignidad Agropecuaria colombiano surge de los más pequeños, del pueblo rural. En las ciudades los apoyan los gremios y los estudiantes. La escena exhibe con toda crudeza qué hay afuera de la Unasur, afuera del rumbo elegido por la Argentina. Aquí no se habla de Colombia y tampoco de los Tratados de Libre Comercio, ese caballo de Troya para los patios traseros y sobre el que los candidatos locales no dicen ni mu. El tema debería incluirse en la agenda política, por lo menos para que menos gente termine votando contra sí misma.

Los días que conmovieron a Brasil. Las rebeliones de junio-julio de 2013

Una era de rebeliones a escala global
Junio de 2013 entrará en la historia de las rebeliones sociales en Brasil como fecha emblemática. Comenzó el 6 junio en San Pablo, con una marcha de aproximadamente 2.000 personas contra el aumento de tarifas en el transporte público. Los jóvenes del Movimiento Pase Libre (MPL) no podían imaginar que sacudirían al Brasil, con una explosión que sólo ha tenido antecedentes semejantes –al menos en su magnitud, aunque con formas bastante diferentes– en la Campaña por el impeachment (destitución) de Collor en 1992 y en la Campaña por elecciones directas en 1985, aún bajo la dictadura militar.

Chile 40 años: la osadía de Allende

Escribir sobre el Chile de cuatro décadas atrás es duro para los que de uno u otra manera estuvimos involucrados en ese tiempo. Hasta las personalidades más destacadas no podían hablar del tema. La última vez que me encontré con Clodomiro Almeyda, ex canciller y vicepresidente de la República, (a quien conocía de mucho tiempo antes de que fuera uno de los más destacados dirigentes del Partido Socialista, canciller y vicepresidente de Allende) compartimos varias horas de vuelo entre Santiago y Bogotá y luego una cena en el Hotel.

El rol de las cooperativas

La primera entidad de tipo cooperativa fue creada el 24 de octubre de 1844, en la ciudad de Rochdale. La Sociedad Equitativa de Pioneros de Rochdale fue conformada por 28 trabajadores despedidos de una fábrica de tejido de esa localidad inglesa. El doctor Mario Schujman explica en Siglo XXI: política, poder y economía social y solidaria que “las primeras entidades cooperativas y mutuales... fueron producto de la práctica y de las ideas de los trabajadores para procurarse, mediante la lucha sindical, la cooperación y la ayuda mutua, condiciones más favorables para su propia subsistencia, la de sus familias y las de la comunidad en la que vivían”.

El poder de las finanzas

La crisis internacional en las potencias no ha precipitado en una debacle financiera global, aunque alcanzó una resolución conocida en Argentina en otro contexto histórico, marco político e institucional: estatización de deuda privada y reducción abrupta de derechos sociales y laborales. No son comparables en condiciones ni en protagonistas políticos y sociales, pero el saldo es llamativamente similar. Bancos y grupos económicos rescatados de la quiebra por el Estado ante un brusco cambio financiero, absorbiendo el sector público pasivos privados y, bajo el manto supuestamente neutral de la austeridad, arremetiendo sobre la estructura del Estado de Bienestar disminuyendo la cobertura social y la protección laboral.

Un Vengador en Jefe

Lo más sorprendente fue la transparente audacia con la que nuestros líderes pensaron que podían nuevamente confundir a sus legisladores. Bienvenido sea el fin de la relación especial. Qué momento incómodo; no se lo puede describir de otra forma. Alguna vez Líbano, Siria y Egipto temblaban cuando Washington hablaba. Ahora se ríen. No sólo tiene que ver con lo que pasó con los estadistas del pasado. Nadie se creyó que Cameron fuera Churchill ni que ese hombre tonto en la Casa Blanca fuera Roosevelt, si bien Putin es un Stalin aceptable. Se trata más de una cuestión de credibilidad; nadie en Medio Oriente toma ya en serio a Estados Unidos.

En la Justicia, los bolsos están vacíos

Dijeron que nunca vieron bolsos con plata, que la oficina de la mujer quedaba lejos del despacho presidencial y que ella no llevaba la agenda de Kirchner. El ex novio de Quiroga afirmó que ella le contó que habló en televisión para que le editaran su libro.

Poco y nada quedó de la ampulosa causa judicial sustentada en las declaraciones de la secretaria de Néstor Kirchner, Miriam Quiroga, iniciada a raíz de la entrevista que le hiciera Jorge Lanata.