En la Justicia, los bolsos están vacíos
Los cuatro testigos que ella dijo que iban a corroborar sus dichos la desmintieron, incluyendo hechos tan objetivos como que la oficina de Quiroga quedaba a 70 metros de la de Kirchner y que por lo tanto no es cierto –como afirmó– que ella viera todos los días quién entraba y quién salía. Pero el testimonio de quien fue pareja de Quiroga, Néstor Senyszyn, terminó por hundirla: dijo que Quiroga le contó que habló con Lanata para que le editaran su libro, que ése constituye su único ingreso, que ella misma se promocionaba como amante de Kirchner para tener más poder y que en los tres años de relación que mantuvieron nunca le mencionó que se llevaran o trajeran bolsos con dinero. “Yo he hablado con Miriam en estos años muchas veces, sí; pero que hablara de bolsos con dinero, jamás.” Senyszyn, custodio presidencial desde la época de Fernando de la Rúa, se vio con Quiroga en un McDonald’s de Cabildo y Federico Lacroze antes de que el programa saliera al aire: “Ella me dijo que lo hacía porque era el momento justo, ya que publicaría su libro y en ese momento Lanata tenía más de treinta puntos de rating”.
En su declaración inicial ante el juez Luis Rodríguez, Quiroga propuso cuatro testigos: Marta Torres, Sandra Lafuente, Walter Abarca y quien fuera su pareja durante tres años, Senyszyn. En verdad, la propia Quiroga intentó bajarle el tono a lo que dijo en Periodismo para Todos: “Fue una cosa rara. Muñoz no me iba a decir a mí si llevaba dinero. Era muy reservado”, declaró ante el magistrado y el fiscal Ramiro González.
Los imputados en el expediente son el secretario presidencial, Daniel Muñoz, cuya defensa ejerce Germán Soria, y el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, defendido por el estudio Arlsanian y específicamente por Germán González Campaña. Peralta está casi desvinculado porque la propia Quiroga dijo que no tenía nada que ver.
Los testigos propuestos por ella dejaron en claro que no era cierto que Quiroga estuviera todo los días en contacto directo con Kirchner. “La unidad de documentación presidencial, en la que estaba Quiroga, queda en la otra punta del piso donde está el despacho presidencial. Me pareció que todo lo que dijo en el programa de Lanata fue producto de su resentimiento porque fue dejada sin trabajo. Lo que dice no es cierto. Nunca llevó la agenda del presidente, la llevaba Oscar Parrilli. Y Néstor Kirchner era una persona muy reservada, que no aceptaba terceras personas en las reuniones que mantenía. Ella nunca fue la secretaria”, declaró Sandra Lafuente, testigo propuesta por la propia Quiroga.
En su declaración del miércoles pasado, Senyszyn –que fue pareja de Quiroga durante tres años– va por el mismo lado, quitándole credibilidad. Según se desprende del acta: “... en lo atinente al lugar de trabajo de Miriam Quiroga, dice que tuvo varios, que recuerda el último al que ha concurrido, que tenía ubicación a la altura de la entrada ubicada en Balcarce número 78, una puerta que daba a esta arteria intersección con Hipólito Yrigoyen. Esto es el ala contraria a la que estaba ubicado el despacho del Presidente. Que de las ubicaciones que ocupó Quiroga no cree que hubiera desempeñado tareas en un despacho contiguo al del Presidente. Para que diga si sabe o le consta que se haya transportado en esos viajes bolsos con dinero a Río Gallegos o El Calafate, respondió que no le consta esa circunstancia. Para que diga si sabe que se hayan trasladado bolsos con dinero a Río Gallegos o El Calafate por vía terrestre, respondió definitivamente que no, en ninguno de los dos casos. Para que diga el declarante si ha conversado con Miriam Quiroga o con alguna otra persona del ámbito presidencial de estas circunstancias referidas al traslado o transporte de dinero u otros valores al sur del país, respondió: que yo he hablado con Miriam en estos años muchas veces sí, pero que hablara de bolsos con dinero jamás”.
Antes de hacer su aparición en el programa de Lanata, Quiroga citó a Senyszyn –quien ya no está en el área de custodia presidencial debido a heridas que sufrió al repeler un robo– en el McDonald’s de Cabildo y Lacroze. Así lo cuenta en su declaración: “... que ella le manifestó que contaría su verdad de su interna con (Oscar) Parrilli, de su relación sentimental con Néstor, que debe aclarar en este momento nunca existió porque el explicante salía con ella en ese momento, lo cual llevó a que le dijera qué era lo que quería hacer. En el ámbito de la Casa de Gobierno efectivamente se corría la bola que ella era amante del presidente, lo cual era un especie echada a correr por la propia Quiroga para tener más poder”.
Respecto de los bolsos, Senyszyn sostuvo ante el juez Rodríguez que “los únicos bolsos que ha manejado eran los que contenían las cartas que se recogían en los viajes que la gente le enviaba al presidente, eran miles de cartas, que esos bolsos contenían misivas vistas por el explicante, llena de ellas, pero nunca vio dinero en esa condición”.
De las afirmaciones de Quiroga queda poco en pie. Ni su despacho era contiguo al de Kirchner ni veía las personas que entraban o salían y no encontró respaldo en los testigos que propuso respecto de los bolsos con dinero, aunque en verdad ella tampoco dice que vio el contenido de aquellos bolsos, sólo manifestó en la televisión que Muñoz le hizo un comentario diciéndole que estaban llenos de “verdes” y que el dinero se pesaba. Ante el juez, hasta rebajó su versión televisiva: sostuvo que fue una afirmación rara, dio a entender que podía ser un chiste.
El expediente tiene poco por recorrer. Tal vez el juez quiera ver dónde quedaba el despacho de Quiroga y es posible que se proponga una pericia contable respecto de Muñoz. Sin embargo, el secretario ya fue absuelto –el fallo está firme– ante una denuncia anterior de Elisa Carrió y tras una pericia realizada por contadores de la Corte Suprema.
El caso de los bolsos ocupó enormes espacios en los medios de comunicación, pero, por lo menos hasta ahora, resultó menos que chiquito en la Justicia.
Página/12 - 3 de septiembre de 2013