La Corte Suprema le da la espalda al saneamiento del Riachuelo

El máximo tribunal decidió cerrar su supervisión en la causa "Mendoza", que desde 2008 transformó en política de Estado el saneamiento de la cuenca más poblada y contaminada del país. Sin audiencia pública, con los objetivos incumplidos y con una Acumar desfinanciada, la Corte deja la problemática en manos de los jueces locales. El análisis de FARN, organización integrante del Cuerpo Colegiado para el plan de saneamiento.

Crisis judicial

La reciente controversia motivada por la actuación del juez de la Corte Suprema Carlos Fayt marca cuestiones relevantes sobre el rol del Poder Judicial en la actual coyuntura. En primer lugar, expone una crisis de la Corte que se extiende al conjunto de uno de los tres poderes del Estado. Durante el menemismo, nuestro país soportó a un tribunal superior que se ganó la definición de Corte de los milagros y, además de las sospechas de corrupción, ineficiencia y falta de nivel jurídico, fue una expresión de esa época y funcional al proyecto del menemismo. Tiempos de entrega del patrimonio público, de desarticulación del Estado, de alineamiento incondicional con Estados Unidos. En suma, de todo lo que implicó el triunfo político, económico y cultural del neoliberalismo. La inesperada llegada del kirchnerismo significó un cambio político copernicano, inaugurando una nueva etapa histórica, de la que emergió una Corte Suprema respetable en términos jurídicos y éticos, de capacidad profesional, y con multiplicidad de orígenes ideológicos. De modo que ese poder estatal se amalgamaba a un proceso de cambios y transformaciones integrales en la Argentina.

La Justicia en el banquillo

Un análisis de los temas más complejos: las demandas y la falta de acceso a la Justicia, la lentitud de las causas, la defensa del garantismo, la utilización de las víctimas, las campañas mediáticas, las excarcelaciones y las reformas del Código Procesal. Una pregunta incómoda: ¿para qué sirven las cárceles?

El encuentro fue en el despacho de Eugenio Raúl Zaffaroni. Unas oficinas que, ratificó, abandonará a fin de año. Entonces, en uno de los últimos diálogos con el periodismo que el ministro de la Corte Suprema de Justicia mantendrá en el edificio de Tribunales, Veintitrés planteó una charla junto al director del Programa de Acceso Comunitario a la Justicia (conocido como ATAJO), el fiscal Julián Axat, y Guido Croxatto, joven abogado –ex asesor de la Secretaría de Derechos Humanos–, hoy investigando en Alemania la historia del principio de legalidad penal.

“El desafío de repensar lo judicial me entusiasma”

Aunque lleve más de diez años pregonando una reforma constitucional, el juez de la Corte Suprema explicó a Página/12 que muchos cambios importantes del Poder Judicial pueden hacerse con la Constitución vigente. Su soledad en el fallo sobre la cautelar pedida por Clarín. Los cambios procesales. Su visión de por qué los políticos no profundizan en los temas judiciales. Sus razones para oponerse a la elección popular de magistrados.

El 2013 empezó con el foco puesto sobre el fuero civil y comercial, sobre todo luego de que la cámara de apelaciones fallara a favor del Grupo Clarín en una cautelar. Y a la vez, aunque aparecen pocas precisiones, muchos funcionarios del Ejecutivo empezaron a hablar de una reforma del Poder Judicial. Lo hicieron luego de que la Presidenta mencionara lo que ella misma definió como “democratización de la Justicia”. El ministro de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni es jurista, pero suele interesarse por pensar el Poder Judicial desde límites que están más allá de los formales.