Renovación o muerte
Cuando un fenómeno político extremo irrumpe, su impulso desestabilizador conmueve al sistema, lo desordena y transforma. Pasó muchas veces, está estudiado. Así como el alfonsinismo obligó al peronismo a renovarse, el menemismo terminó con el histórico bipartidismo y el kirchnerismo partió en dos al progresismo, la onda expansiva producida por el triunfo de Javier Milei condena al PRO a la extinción y sumerge a la oposición en la incertidumbre.
El otro fin de ciclo y Carta de Philip
Con Trump en la Casa Blanca la globalización neoliberal y el libre comercio pierden un aliado crucial. El magnate se manifestó en contra del TTP, habló de poner fin al NAFTA, y se declaró a favor de una política proteccionista, a la vez que propone un acuerdo con Rusia para estabilizar la situación en Siria.
Fin de ciclo
La sentencia “fin de ciclo” es una obsesión que recorre el discurso político de candidatos y analistas en estos meses electorales. Si quienes la vocean pudieran darle más contenido que al deseo de un cambio de gobierno, sería más esclarecedor. Podría determinarse qué encierra esa noción de cierre de un período político. En ese espacio conceptual tan abierto ingresa la idea de la culminación de la experiencia kirchnerista; la renovación del gobierno con otra figura política en 2015 porque no hay reelección presidencial; la advertencia de que en los próximos dos años de gestión el Gobierno no pretenda avanzar con iniciativas incómodas al poder económico, como sucedió posteriormente a los dos comicios anteriores, en 2009 y 2011; la presión para que en el período hasta las próximas elecciones presidenciales se instrumenten las medidas de ajuste reclamadas por el establishment.