Agresiones a la naturaleza
Shiva recibió en 1993 el premio Nobel Alternativo de la Paz, y Zapatero la tuvo como asesora en un grupo de pensadores durante su mandato. Es una mujer fogosa, combativa y vehemente que crece ante los poderes de los bancos y corporaciones como Monsanto. Doctora en Ciencias Físicas, es una de las ecologistas, feministas y filósofas de la ciencia más prestigiosas a escala internacional, beligerante contra el neoliberalismo y defensora de los derechos de los pueblos.
Muchas voces, un grito
Como textos escritos con sangre, desde que se lanzó la convocatoria a manifestarse para forjar una voz colectiva que les diga ¡basta! a los femicidios, nuevos nombres se sumaron a la lista de víctimas. Puesta la atención sobre los cuerpos que se restan, los proyectos que no van a concretarse, las rebeldías que no se abrirán ya a nuevas historias de vida, las noticias de diarios locales, de ciudades pequeñas como La Esquina, en Corrientes, por ejemplo; en Campana, provincia de Buenos Aires, o el último y más espectacular, en Monte Hermoso, también en Buenos Aires, se amplifican, se replican, son la constatación de la necesidad del grito colectivo que busca su voz, su tono más estridente, la voz de la rabia y el hartazgo.
Ramona Emancipada
Fue esa mirada de ojos abiertos a la realidad social sin nunca abandonar la sensibilidad y sofisticación del arte la que dejó campear a su alrededor Antonio Berni para dar vida a su Ramona Montiel, una mujer de fantasía creada con las partes de tantas mujeres que se abrían espacio como podían en el mundo del trabajo a principios de los años ’60, que empezaban a cuestionar su rol puertas adentro como alma del hogar, que buscaban la libertad tanto como el poder de decidir sobre sí mismas. Como en un relato en capítulos, las obras que construyen a Ramona la cuentan costurera, soñadora, prostituta; encandilada por las ofertas del capitalismo y soñando con los monstruos del destino trágico que la moral media le impone: ¿una víctima o alguien que decidió su destino? La muestra que reúne estas obras en el Malba –Antonio Berni, Juanito y Ramona, hasta el 23 de febrero– invita a una recorrida en compañía de la crítica Andrea Giunta para habilitar las múltiples lecturas que siguen al puro placer de detenerse frente a obras de arte capaces de tocar el alma.
“Voy a buscar a los personajes, me mezclo en lo posible, me mezclo con la gente, recojo la imagen que me hace falta. A veces tomo una copa con ellos; llevo caramelos en los bolsillos. Lo importante es no falsear: ella, Ramona Montiel, está estructurada con otros elementos que Juanito, porque es de otro ambiente; de la General Paz para el lado del centro. Puede ser de Pompeya o Villa Crespo.
Campo adentro
Un árido camino prepara el encuentro. Kilómetros de paisaje dominado por la soja y el maíz sembrados a gran escala agotan la vista. De golpe, manchones de monte irrumpen en la escenografía. Los árboles, añosos, se muestran dignos ante la avanzada de la agricultura moderna. Una tranquera da la bienvenida. A unos 100 metros, un rancho. Adentro, una mujer, campesina, símbolo de la resistencia a los desalojos rurales: Ramona Orellano de Bustamante, de 88 años.