Agresiones a la naturaleza
Publicó Ecofeminismo (Icaria) y ha participado en el IV Seminario Internacional de Convivencia Planetaria: Construimos Biocivilización, organizado por la Associació Imago en Barcelona.
–¿Qué es el ecofeminismo?
–La mejor respuesta a la crisis civilizatoria que padecemos. La formulé hace veinte años: hoy es más vigente y necesaria.
–¿Ecología más feminismo?
–Sí, porque tanto la crisis medioambiental como la socioeconómica son de raíz sexogenérica.
–¿El varón es culpable?
–No simplifique: el sistema patriarcal capitalista. Un orden de valores que desvaloriza, esclaviza y explota a las mujeres, cuyo trabajo en casa y en el campo ha sido siempre el verdadero sostén de la humanidad.
–¿Desde cuándo sometemos a la mujer?
–Hablo de era antropocénica, intrínsecamente destructiva de la naturaleza y de la feminidad, ligada a la violencia y la guerra. No siempre fue así: en la remota antigüedad venerábamos a diosas, representación del respeto a la Tierra Madre. ¿El capitalismo expresa el patriarcado? Obviamente, es fruto de la prolongada explotación masculina, acumulativa y destructiva, con violencia contra mujeres, niños, los débiles, las semillas...
–¿Las semillas?
–Las variedades de semillas de los cereales y hortalizas han sido seleccionadas por las mujeres generación tras generación, durante miles de años. Las mujeres son las parteras de la agricultura. Y ahora resulta que nos piratean las semillas...
–¿Piratean? ¿Quién?
–Grandes corporaciones de agroingeniería alimentaria como Monsanto: modifican algún gen de una variedad de semilla ¡y la patentan, como si no fueran de la vida, como si fuesen suyas! Eso se llama biopiratería. ¡Nuestra libertad está en juego! Perdemos variedades de semillas, empobreciendo este patrimonio de la humanidad. Si viniese una plaga, la falta de variedad arrasaría todo, o acabaríamos en manos de una corporación. El 1% de la humanidad domina al otro 99%.
–¿Podemos enderezar esto?
–Luchando juntos, sí. Recuerdo a las mujeres indias en las minas: se enfrentaron a una mafia armada. ¡Las mujeres son valientes! Cada vez que flaqueo, pienso en ellas y me vuelve la fuerza. ¿Sabe de dónde viene esa fuerza? De la hierba que pisan, de la tierra. El poder de la naturaleza está en nosotras.
–¿Y no en el varón?
–También..., si renuncia al patriarcado, sistema de explotación destructiva de la tierra: minerales, vegetales y animales. El patriarcado se expresa en la colonización, el maquinismo industrial...
–Las máquinas nos han reportado prosperidad.
–Sólo para los que mandan. No hay progreso con maltrato a la naturaleza, si la agredimos como a un objeto inanimado, eso es esquilmarla. Y la tercera expresión patriarcal es el atropello a la sabiduría de la mujer, culminada por el capitalismo.
–¿Qué puede hacer el ecofeminismo?
–Eco viene del griego oikos : casa. De ahí economía: ¡sin el trabajo doméstico femenino, no hay riqueza! Es un trabajo creativo. El capitalismo es extractivo, destruye. Desde 1995, en la India se han suicidado 300.000 campesinos, extorsionados económicamente por los amos de semillas y pesticidas. Es un crimen contra la Tierra y la humanidad. Incluyo los transgénicos. Causan patologías: hay más niños autistas que nunca, se debe a los transgénicos. Están afectando el desarrollo neuronal de los bebés y propician cánceres. ¡Hay que frenarlos!
–Debe de ser usted una bestia negra para muchos.
–Me llaman ludita, reaccionaria, incendiaria... Pero no me callarán. De las mujeres vendrá la salvación: fuimos lectoras de semillas, ahora lectoras del presente y predictoras de la biovicilización.
–¿Qué es la biocivilización?
–Hacernos conscientes de que los humanos formamos parte de la Tierra, que no somos un ente separado. Cambiemos de modelo y diluiremos las miserias del patriarcado: cambio climático, desigualdad, insolidaridad, guerra.
–¿Ecofeminismo al poder?
–Frenaría el proyecto tóxico de dominación sobre la naturaleza y la mujer, insalubre e irresponsable. La naturaleza viviría, sería sostenible.
–Y si no, nos iremos a otro planeta.
–Un concepto muy patriarcal: seguir conquistando y destruyendo. Respetemos los recursos de la Tierra y vivamos a gusto aquí: el ecofeminismo es el camino de la biocivilización planetaria.
Revista Ñ - 30 de mayo de 2016