Deuda publica en pesos y dólares
Alejandro Rofman * (Especial para sitio IADE-RE) | Existe generalizada confusión y falta de información acerca del endeudamiento público actual de la Argentina.
En un país soberano como el nuestro, el Estado, los habitantes y las empresas mantienen relaciones financieras con personas o unidades productivas dentro y fuera del país. Ello implica que si se contratan préstamos entre los citados actores sociales rigen determinadas normas que regulan los correspondientes negocios financieros que son diferentes según los casos, lo que obliga a un análisis particularizado de cada operación crediticia
Si un crédito se perfecciona dentro del país se asumen compromisos en moneda nacional, en este caso el peso argentino Esos compromisos están regidos por regulaciones legales existentes dentro de los límites del territorio nacional. El Estado- la Nación, las Provincias y los Municipios- pueden contratar préstamos en pesos acorde con tales regulaciones - Esos créditos, generalmente expresados en títulos públicos, son emitidos por los respectos niveles del Estado dentro del territorio nacional y son tomados por acreedores instalados dentro o fuera del citado territorio, siempre nominados en pesos argentinos. Cuando los créditos, que tienen fecha de vencimiento, caducan el Estado Nacional, por ejemplo, tiene varios caminos a adoptar a futuro. Los puede cancelar en pesos, los puede renovar a un plazo más extendido que la fecha originaria de vencimiento o puede emitir otros instrumentos de crédito de modo de hacerse de fondos para cancelar los que van venciendo. Eso dependerá de la política financiera que esté vigente en cada momento de concreción de la cancelación del crédito Un ejemplo .En el mes de enero el Estado nacional debía hacer frente a vencimientos de la deuda pública interna en pesos por 240 mil millones de pesos Decidió emitir otros títulos en reemplazo de los que debía pagar a partir de una licitación pública por nuevos títulos a la que pudieron acceder quienes desearan hacerlo ofreciendo compra de los títulos que el gobierno emitió y aspirando a cobrar determinadas tasas de interés, que son propias de cada título que se emite con su correspondiente plazo Hasta ahora cada licitación en los últimos dos años siempre alcanzó para recolectar fondos para amortizar los títulos que se vencían y, de este modo, afrontar un nuevo endeudamiento en su reemplazo. En la cada licitación el Estado fue recolectando decenas de miles millones de pesos más que los montos totales de los títulos que vencían quedando así un remanente para afrontar la licitación de los que, posteriormente, caducarían
De este modo el endeudamiento público en pesos sólo está limitado por la capacidad del mercado de absorber nuevas ofertas de títulos oficiales que reemplacen los que van venciendo. Si esta oferta por múltiples causas encuentra limitaciones en lograr las ventas necesarias para cubrir las obligaciones que van venciendo se puede acudir a préstamos del Banco Central a la Tesorería estatal o adelantos de utilidades dicho Banco En última instancia existe el recurso de la emisión monetaria para lograr los fondos necesarios para que la Administración Central no tenga trabas en seguir funcionando Hay total certeza, porque el Estado dispone de la capacidad de imprimir dinero para qué dicha administración disponga de los fondos necesarios para que todo poseedor de un título tenga la seguridad absoluta que va a cobrar
Muy diferente es la situación de la Deuda Pública Externa en dólares. Aquí los problemas de muy difícil solución se han ido presentando desde hace décadas dado que las necesidades de financiamiento en dólares se han ido acrecentando pero por la dinámica del comercio exterior, única fuente genuina de ingreso de moneda fuerte tal como lo es el dólar, no ha crecido al ritmo que plantea la demanda de dólares en expansión. En muy numerosas ocasiones (23) , desde 1958, el FMI, actuó mediante acuerdos con el gobierno central a fin intentar definir programas supuestamente destinados a estabilizar la moneda y a alentar el ingreso de dólares tendientes a aumentar la disponibilidad de divisas extranjeras pero las sucesivas experiencias han fracasado como la más reciente iniciada a principios del 2018 La demanda de dólares se acumulan año a año debido a la creciente presencia de remesas de utilidades por las filiales de multinacionales aquí localizadas a las respectivas casas matrices ,los gastos en viajes hacia destinos de fuera del país, el pago de intereses por operaciones crediticias acumuladas en el tiempo, las erogaciones por seguros, fletes y otras partidas que acompañan las operaciones comerciales internacionales , las compras de dólares como ahorro en una moneda que no va perdiendo valor, como nuestro peso, y que luego se fuga al extranjero en su mayor parte y las exigencias de crecientes importaciones de bienes para mantener alimentada la producción manufacturera La suma de todos estos compromisos en dólares excede, en mucho, al saldo positivo de la Balanza Comercial , cuando éste tiene lugar. En el año 2021 tal saldo fue positivo en más de 15.000 millones de dólares, muy elevado si se lo coteja con los excedentes de años anteriores pero que ni siquiera habría alcanzado para abonar el pago de la cuota correspondiente al año 2022 del crédito ilegal contraído con el Fondo por el gobierno de Macri en el año 2018. La Argentina no recibe ingresos de divisas por turismo receptivo, como el Brasil, ni ingreso de emigrantes argentinos radicados en el a partir de cuantiosas remesas por dichos emigrantes tal como ocurre en países como México (en el año 2021 ingresaron envíos de dólares por mexicanos viviendo en USA por más de 50.000 millones de dólares), Ecuador y muchos países centroamericanos...
Tal crónico desbalance empujó a las cuentas externas de nuestro país a periódicas conmociones económico-financieras por el faltante de recursos en moneda extranjera para hacer frente a los citados compromisos.- Estas crisis recurrentes se agudizaron cuando en los ciclos de expansión económica acentuaron la necesidad de incorporar componentes esenciales para la expansión del sector manufacturero, que no se producen en el país y que obligadamente deber ser importados, como partes, piezas y repuestos El incremento de la demanda de divisas para la adquisición de tales componentes esenciales de la actividad industrial local se agrega como natural restricción, llamada habitualmente “externa” que le pone techo a la expansión manufacturera y desata crisis estructurales de abastecimiento de bienes esenciales para el funcionamiento de la actividad manufacturera, procesos inflacionarios y desestabilización de la moneda nacional debido a periódicas y relevantes devaluaciones del peso. Para remediar estos recursos en divisas faltantes e imprescindibles, acorde con el listado arriba descripto de las demandas instaladas en la economía nacional se hizo habitual la búsqueda de los recurrentes acuerdos con el F.M.I., que imponía- y lo sigue haciendo-condiciones para conceder los repetidos préstamos en dólares que incluyen recesión económica, elevado costo social y severas limitaciones a la soberanía económica nacional.
Los sucesivos endeudamientos con el FMI aparecían como tabla de salvación frente al desbarajuste planteado por la estructural carencia de divisas que garanticen disponibilidad monetaria en dólares inalcanzable por otra vía
La deuda pública externa en dólares con el FMI que hoy afrontamos es un episodio más de este perverso proceso histórico con el agravante de constituir el crédito obtenido en el año 2018 y en sus sucesivas ampliaciones en el más voluminoso en la historia financiera argentina y supuso un record para la citada institución multilateral de crédito en su historial desde su fundación a mediados del siglo pasado
La operatoria del stand by vigente desde mayo de 2018 implica una carga insoportable para la economía nacional pues se desarrolla exclusivamente en moneda extranjera totalmente inaccesible en su monto para enfrentar sus compromisos formalizados por el gobierno macrista y que hoy debe renegociar, como herencia maldita, el actual gobierno nacional .No hay dólares genuinos para pagar lo comprometido. El monto de 44.500 millones de dólares que le adeudamos al Fondo ingresaron oportunamente pero no fueron utilizados para crear capacidad de repago futura sino, que en su mayor parte se fugaron al exterior, como acaba de admitirlo expresamente la citada institución en una evaluación publicada el 21 de diciembre del año 2021
Es un callejón sin salida porque a diferencia de la deuda en pesos, que arriba comentamos, la que está nominada en dólares no puede amortizarse sino en dólares, los que no están disponibles acorde con el funciona miento normal de nuestro sector económico-financiero externo
Ese momento es muy crítico No se puede pagar el crédito solicitado al FMI en los plazos establecidos en el respectivo stand-by. Esto lo sabía muy bien el gobierno de Macri. Era consciente que le legaba al gobierno siguiente el altísimo costo de la renegociación de la deuda con todos los condicionantes que impone el FMI y que suele conducir irremediablemente a una recesión descomunal como la que sufrió años atrás Grecia, que tras firmar un acuerdo con el Fondo para reestructurar su deuda ,vio disminuido su Producto Bruto y el salario promedio de sus trabajadores en un 30 % Una debacle que sería insoportable para nuestro pueblo que no fue consultado por Macri cuando tomó el crédito
La crisis que nos impuso el gobernó de Macri se está intentando salvar con el acuerdo preliminar con el FMI convenido en estos días Deber en dólares, como ocurre con el crédito impagable heredado es muy diferente a deber deuda en pesos argentinos. Esto hay que recordarlo siempre. Evitar comprometerse a devolver dólares es indispensable porque no los producimos. Deber internamente en pesos argentinos es factible porque constituye un mecanismo de financiamiento que siempre estará disponible.
* Doctor en Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Córdoba. Master of Arts, University of Pennsylvania (EEUU). Docente Universitario y de Posgrado. Investigador CONICET y presidente honorario de IADE. / 12-08-2021
febrero de 2022