¿Puede repetirse la década perdida de Japón en los Estados Unidos y Europa?
Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, que tuvo consecuencias devastadoras para su estructura productiva, Japón emprendió un proceso acelerado de reconstrucción y desarrollo económico, que lo llevó en pocas décadas a ubicarse entre las principales potencias industriales del mundo.
A fines de la década del ´80 la economía japonesa tenía una estructura productiva pujante y se caracterizaba por presentar altas tasas de ahorro e inversión, con superávits externo y fiscal.
En septiembre de 1985, en un contexto de creciente tensión en las relaciones comerciales entre los Estados Unidos y las restantes principales economías avanzadas, los países del Grupo de los 5 (G-5; Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia y Japón) alcanzaron un histórico acuerdo para devaluar en forma ordenada el dólar respecto del resto de las divisas. El “Acuerdo Plaza”, así denominado en referencia al Hotel Plaza de la ciudad de Nueva York donde se celebró la reunión, implicó una significativa apreciación del yen, que trajo aparejada una desaceleración de la economía nipona a inicios de 1986. En consecuencia, las autoridades económicas japonesas optaron por reducir las tasas de interés y estimular la economía a partir de la política fiscal. La combinación de una economía en crecimiento, perspectivas favorables, la valorización de la moneda y una política económica expansiva contribuyeron a un excesivo ingreso de fondos especulativos a los mercados de acciones y de inmuebles comerciales, con la consecuente formación de burbujas en los precios de los activos.