Alto crecimiento industrial, bajo nivel de desarrollo

Julián Blejmar
El pasado miércoles fue presentado el libro Argentina en la posconvertibilidad: ¿desarrollo o crecimiento industrial?, sobre las características del proceso del sector, sus logros y desafíos desde el fin de la etapa neoliberal de los 80 y los 90.

El ciclo económico reciente ha sido dicotomizado como de ‘menemismo con otra cara’ o de ‘cambio estructural’. Creemos que no se trata ni de una cosa ni de la otra, pero en este libro no buscamos realizar definiciones políticas, ya que nadie tiene la verdad revelada, sino sólo estimular el debate, no tenerle miedo a la discusión sobre las posibilidades de ser un país más desarrollado e inclusivo.” De esta forma cerró Martín Schorr, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), la presentación de su compilación Argentina en la posconvertibilidad: ¿desarrollo o crecimiento industrial? Estudios de economía política (Ed. Miño y Dávila), realizada el pasado miércoles en una colmada sala del Centro Cultural de la Cooperación, con la presentación de los investigadores Ana Castellani, de la Universidad de San Martín; Rosalía Cortés, de Flacso; Francisco Gatto, de la Universidad de Tierra del Fuego, y Fernando Porta, de la Universidad de Quilmes. Todos ellos remarcaron la rigurosidad y el aporte para el debate que brinda el libro, el cual incluye trabajos de los investigadores María José Castells, Esteban Ferreira, Pablo Manzanelli, Martín Schorr y Andrés Wainer, y propone una evaluación del comportamiento de distintas dimensiones del sector industrial durante los últimos diez años. Tal como se plantea allí, “con los gobiernos kirchneristas, la economía argentina experimentó un crecimiento pronunciado, en el que la industria ocupo un lugar destacado (…), no se niega la notable expansión manufacturera de la última década. Pero sí se plantean varios y fundamentales interrogantes sobre los alcances de la reindustrialización”. En efecto, desde la visión de Schorr “nos paramos en destacar el crecimiento, pero somos muy críticos del contenido de ese crecimiento, porque hay elementos de ruptura con la etapa neoliberal pero también muchos elementos de continuidad y profundización. Por eso, decimos que hay una reindustrialización bien acotada desde punto de vista cualitativo, ya que se observa un potencial desaprovechado, a causa de la profundización de los legados críticos del neoliberalismo”.

Ana Castellani, primera oradora en tomar la palabra, dio cuenta del indiscutible crecimiento del sector industrial, el cual, afirmó, se duplicó a través de la década. Sin embargo, coincidió con los autores del libro en el hecho de que no hubo un desarrollo en los rasgos estructurales del sector industrial, y en que en ciertas ramas productivas existen “continuidades preocupantes, debido a las muy elevadas tasas de extranjerización y oligopolios, así como al alto grado de concentración”. En este sentido, adujo que hubo escasez de políticas para promover inversiones que permitan avanzar en la sustitución de importaciones y superar la restricción externa del sector industrial, la cual surge por la falta de divisas para importar maquinarias e insumos. Por eso, Castellani sostuvo que el valorable crecimiento sostenido ha, sin embargo, ocultado que siguen sin resolverse estos aspectos, lo cual demuestra que “con cambiar la orientación de la intervención estatal no es suficiente, ya que hay un déficit en la calidad de la intervención”.

Por su parte, Francisco Gatto, quien ha estudiado en profundidad el polo ensamblador de Tierra del Fuego, afirmó tener algunos interrogantes sobre el capítulo referido al sector de bienes electrónicos. Desde su perspectiva, es necesario tomar en cuenta la importancia en la sustitución de bienes finales electrónicos durante los últimos años, ya que “si no hubiera existido esta sustitución, se importarían 8 mil millones de dólares en bienes electrónicos terminados en lugar de los 5 mil millones que actualmente se importan en insumos para su armado”. Asimismo, Gatto destacó que la industria electrónica experimentó un cambio en su productividad a nivel mundial, y que lo que ocurre en nuestro país “es parte de algo que está sucediendo en un contexto mucho más grande, pues en muchas partes del mundo, debido a temas de escalas de producción, no resulta tan sencilla la sustitución. Siempre es posible avanzar un poquito, pero es necesario tener en cuenta que se forma parte de una cadena global con un funcionamiento propio, y un diseño de los productos que limita las posibilidades mismas de sustitución”. Asimismo, remarcó la existencia de pautas de consumo internacionales que limitan los diseños locales, por lo que a su juicio, “creemos que el tema aquí no pasa tanto por la sustitución, sino por el desarrollo de una industria informática que se suba a esta industria electrónica, mediante diversas aplicaciones informáticas”. También, en relación con otros capítulos del libro, remarcó la importancia de detenerse en las “cadenas de valor” (las empresas que producen los insumos que se utilizan en la producción final) ya que el análisis de las grandes empresas podía generar que se pierda de vista el conjunto de empresas que las proveía.

Luego, Rosalía Cortés enfocó su exposición en otros factores que a su entender, podían provocar la restricción externa (insuficiencia de divisas) además de los mencionados en el libro relativos a la necesidad de insumos y maquinarias industriales. En este sentido, remarcó que en décadas pasadas, junto al peso de las importaciones industriales, el déficit externo se explicaba también con el aumento de la masa salarial y el empleo, que entre otras cuestiones generaba desigualdades en el ingreso que promovían el consumo de artículos importados por parte de los sectores de altos ingresos. Desde su visión, esto se había profundizado en los noventa con la política de dólar barato que facilitaba las importaciones, al tiempo que la rigidez salarial favorecía el consumo importado. Por eso, propuso para estos años “complementar al análisis de las características de cúpula exportadora y de la estructura productiva, otro referente al creciente consumo de artículos importados, debido al crecimiento del empleo y de los salarios en contexto de políticas crediticias” con el fin de explicar la restricción externa.

Finalmente, Fernando Porta afirmó que tendía a estar de acuerdo con los planteos generales del libro, en relación con la definición de “reindustrialización acotada”, ya que existió desde comienzos de la década pasada una reversión de la tendencia a la desindustrialización de largo plazo, pero que la misma no rompió con los legados más críticos del neoliberalismo, ya que fue en un marco de concentración y extranjerización con dependencia tecnológica. De esta forma, afirmó, se da la “paradoja de que ciertas políticas terminan favoreciendo el poder de veto político y económico de aquellos sectores que uno pretendería desplazar en pos de modelo de mayor inclusión”. De todas formas, consideró que en función de establecer políticas específicas para la inversión extranjera, era necesario detectar primero si existían capacidades para sustituir importaciones. En este sentido, dio cuenta de un sector industrial muy heterogéneo, con firmas cuyas estrategias y comportamientos era relevante comprender en profundidad para mejorar la calidad de las políticas industriales. Asimismo, dio cuenta de algunos aspectos que consideraba incluir en futuros trabajos, como la inflación a causa de restricciones de oferta y por puja distributiva, además de la oligopólica mencionada en el libro, así como también la evaluación de las potencialidades del país para avanzar en la sustitución, pues “no creo que haya evidencias robustas de la masa crítica que permita esta sustitución ni de cuán rápido se pueden construir estas capacidades físicas”. Rescató especialmente la descripción que se hizo en el libro a las condiciones de salida de crisis de la convertibilidad, con su consecuente transferencia de ingresos a los sectores concentrados, las licuaciones de pasivos y la recomposición de las altas tasas de rentabilidad empresarial, “lo cual es un punto de partida importante para entender este tipo de crecimiento con los desequilibrios que se empezaron a producir a partir del 2007”, y el hecho de que se evite la comparación de períodos de punta a punta con los noventa, ya que entre los mismos “hubo veinte puntos de caída del Producto, con una crisis feroz que se llevó puesta capacidades productivas, mano de obra, laboratorios de investigación y desarrollo, con lo que el hecho de que esta estructura industrial se haya podido recuperar, como sea, a los mismos niveles, no puede ser soslayado”. Pero con todo, realizó una crítica a algunas posturas oficiales que señalan que la demanda agregada produce crecimiento y eso a su vez resuelve la cuestión distributiva, ya que a su juicio, era necesario incorporar también políticas industriales diferenciadas para cada sector. Finalmente, lanzó una reflexión sobre el título de la compilación “Sabemos que la convertibilidad era una regla macroeconómica, pero en algún momento vamos a tener que entender el concepto de ‘posconvertibilidad’, que también yo lo uso a falta de otra definición”.

Luego de las palabras de cierre por parte de Martín Schorr, Miradas al Sur lo consultó sobre su opinión en relación con los déficit señalados en el libro, más precisamente si los mismos obedecían a las menores relaciones de fuerza por parte del Gobierno en relación con las corporaciones económicas o tenían relación con erradas políticas industriales. De acuerdo con Schorr, “desde mi perspectiva, el poder de estos grupos económicos es un condicionante muy fuerte, pero que se profundizó mucho en el último tiempo por la falta de aplicación de elementos de política industrial. Hay dificultades para el planteo de debates, para conocer por dentro los sectores industriales, y para salir de la discusión de que el desarrollo industrial se vincula sólo con el tipo de cambio y eso sólo remite a competitividad. Está claro que eso se traduce en la disputa política, pero a causa de todo lo que no se hizo se consolidaron problemas estructurales muy serios, que agravaron las restricciones para la política gubernamental”.

Miradas al Sur - 8 de Septiembre de 2013

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