Curva cerrada
La peor coyuntura resulta moderada por los cambios previos en la estructura social y esto permite soportar un cimbronazo que de otro modo podría haber sido devastador, como ocurrió en las crisis cíclicas pasadas, en las que se hundieron el salario y la participación laboral en el ingreso. Junto a los inquietantes síntomas de los últimos meses debe ponderarse la consistencia de las políticas aplicadas en estos años, que han puesto un tope a la línea descendente que golpea sobre los hombros más débiles. Ni las teorías conspirativas sobre una crisis institucional, ni las propuestas de salida por izquierda dan cuenta fiel de la situación. El gobierno ha ingresado a una curva cerrada, pero tiene resto para disminuir la velocidad y tomarla sin derrapar ni perder el rumbo. Para más adelante quedará la evaluación del daño, económico, social y político. No tiene sentido negar que se trata de un ajuste, pero tampoco perder de vista su carácter heterodoxo y la decisión de atemperarlo con todo tipo de medidas que no desamparen a la base social del kirchnerismo. Este no será un año de avance, pero esas políticas pueden minimizar el retroceso.
Página/12 - 9 de febrero de 2014