Talleres ilegales; camas calientes
Carlos Marx había anticipado el destino oculto del trazo humano en su trabajo “El fetichismo de la mercancía”. Dice: “El carácter misterioso de la forma mercancía estriba en que proyecta ante los hombres el carácter social del trabajo de éstos como si fuese un carácter material de los propios productos de su trabajo y como si la relación social que media entre productores y el trabajo colectivo de la sociedad fuese una relación social establecida entre los mismos objetos, al margen de sus productores”. Nadie sabe lo que se esconde detrás de esos zurcidos. Nadie quiere saber.
Hay algo que llama mucho la atención. Las modistas improvisadas, los cortadores adaptados a no ver el sol trabajan sin saberlo para clientes ricos y clientes pobres. Los que compran en el mejor shopping de las marcas más coquetas y los que llenan sus bolsos en La Salada. El Norte y el Sur se visten con lo que producen las mismas manos. Previo diferenciado; origen común.
Dos chicos de 7 y 10 años murieron esta semana en un incendio en un taller ilegal en Flores. El lugar era ilegal; las personas que allí trabajaban o vivían no.
Revista Ñ - 4 de mayo de 2015