“Lo que se fuga no pasa en valija por las fronteras”
José Sbattella, titular de la Unidad de Información Financiera, detalló en una entrevista con Página/12 cómo funcionan estos mecanismos y el riesgo de que pudieran ser utilizados también para lavar dinero proveniente de delitos más graves. El vínculo entre los operadores financieros “legales” y las cuevas, los antecedentes de estos mismos bancos en el exterior y el ocultamiento de información incluso con un incendio intencional.
–La comisión bicameral que analiza el tema tomó el caso HSBC como disparador. ¿Usted sostiene que hay otros antecedentes igualmente válidos para verificar si hay un modo de operación sistematizado de los bancos para evadir?
–La misma metodología apareció en la causa del JP Morgan, la más importante en cuanto a que hay un testigo que se autoimputa, el gerente para América latina de la corporación. Por un conflicto con su empleador, hace una denuncia en Argentina. Se autoinculpa como organizador de la evasión y lavado de dinero. Hernán Arbizu, de él se trata, es el que encubre el lavado de activos y los clientes son los que usufructúan el armado que hace JP Morgan para poder hacer la evasión. Pero además hay toda una serie de otros servicios que presta el banco, que son administración de bienes familiares y de herencia. Esa plataforma, que es la de las cuevas mundiales –no son los arbolitos de la calle Florida–, es una estructura que busca como cliente a “la crema” de las dirigencias de cada región. Fíjese que el “target” que tenían en Argentina, el nivel de clientes que atendían, era de 25 millones de dólares para arriba. Los nombres de los clientes que aparecen en la autodenuncia de Arbizu se repiten en las otras causas.
Después, está la causa del BNP Paribas, que se deriva de la investigación sobre la efedrina (la causa por contrabando de esa droga que saltó después del Triple Crimen de General Rodríguez). En los allanamientos en una de las farmacias aparece la dirección donde estaría depositado el dinero de esa empresa. En ese mismo momento, se le ordena al comisario al mando ir a esa dirección. El mismo, figura en las actas, dice “acá hay un banco, pero no existe el piso 14, tiene 13”. No aparecía en la pizarra de entrada, pero existía ese piso, y era la cueva del BNP Paribas, que allí hacía la misma operatoria del JP Morgan. Básicamente, consistía en recibir de los clientes el dinero y transferir sin registros, por lo menos mostrables, a un paraíso fiscal o al país en el que tuviera otra cuenta. Aunque con demora, porque varios jueces se fueron excusando, en esta causa aparecieron avances. Y ya se está llamando a indagatoria a directivos del banco, que están declarando desde Francia por teleconferencia.
Y la última de las causas importantes es la aparición de la lista de 4040 nombres vinculados con el HSBC Suiza. Lo interesente aquí es que el tema está siendo investigado también en otros países con sanciones y recuperación del dinero. La metodología es la misma que las anteriores, se le garantiza la administración de los bienes, que lo pueden sacar y depositar fuera del país, y también pueden traerlo en lo que se llama “back to back”, como autopréstamos, de manera que lo que sacan evadiendo o por otro delito, vuelve como un préstamo lícito del exterior.
–¿Por qué menciona lo de “otro delito”, aparte de evasión?
–Porque aquí la lógica, en primera instancia, indicaría que se trata de maniobras de evasión impositiva, pero al ser tan oscura la operación, tranquilamente tanto de ida como de vuelta puede haber dinero sucio de cualquier origen. El peligro de las cuevas es que el dinero del narcotráfico, u otro ilícito, se puede manejar de la misma forma. La masa de dinero que sale del país no pasa en valija por las fronteras, sino que hoy sale por operaciones armadas por los mismos bancos. ¿Se entiende? Ya no es necesario esconderse, y lo más perverso de todo es que los bancos son más confiables para los clientes que quieran hacer todo eso cuanto más procesos y denuncias han tenido y las han sorteado. El currículum de ellos se mide por cuánto han evadido en el mundo.
También implica un premio a las conducciones de estos bancos, se elige los perfiles de las gerencias según estos valores. Si uno ve los antecedentes de la gerencia general del HSBC de Argentina (se refiere a Gabriel Martino), observa que fue previamente tesorero de la filial en México. Estando en ese cargo, el banco pagó una multa de 1900 millones de dólares al reconocer, ante una investigación del Senado de Estados Unidos, haber lavado 7000 millones de dólares para el cartel de la droga de Sinaloa.
Además, el HSBC carga con el agravante de haber participado en el intento de corrida cambiaria de enero de 2014. Está denunciado penalmente por asociación ilícita con otros bancos y con la empresa Shell, en operaciones para hacer subir el dólar. Pero lo que fuimos a decir a la comisión, es que no es sólo una cuestión de este banco.
–La estructura legal actual, con los organismos de control existentes (BCRA, CNV, AFIP, Procelac, UIF), es insuficiente para controlar y castigar este tipo de operaciones?
–Lo que pasa es que, por primera vez, tuvimos una coordinación de los poderes de policía en el trimestre de octubre a diciembre de 2014, que frenó el intento de la segunda corrida del año, junto con política macroeconómica. Pero esto es una de las condiciones que son necesarias pero no suficientes. La condición de poseer el poder de policía coordinado posibilitó golpear a las cuevas, hacer allanamientos, generar toda una disminución de este negocio, con clausuras, cierres, mostrando algo que es muy típico de esto, y es que están asociados la casa de cambio con la cueva. Un agente de Bolsa con la cueva. A veces ambas juntas, casa de cambio y agente de Bolsa, con la cueva. Y a veces cooperativa de crédito y banco con una cueva. Están coordinados operativamente, la casa de cambio o el banco por un lado, y por otro lado lo ilegal. Están comunicados físicamente, de piso a piso, porque generalmente ocupan dos o tres pisos y tienen posibilidades de trabajar al mismo tiempo. Estamos estudiando hasta la logística de ellos, porque tienen departamentos que se pueden comunicar entre sí. Hasta en las inspecciones nos pasa, que se demora la entrada, mientras nos identifican, y todo eso les da un margen de diez, quince minutos, para escapar. Los bancos están obligados a tener salida al espacio público, pero los agentes de Bolsa pueden trabajar en el interior de los edificios. Entonces aparecen esas cuevas con departamentos en dos o tres pisos, con oficinas para comprar y vender, que son cerradas al público en general y les permite eludir una inspección. Ese diciembre mostró que si se coordina, se podía frenar la operación ilegal. El problema que tuvimos, y que sigue latente, es en el proceso judicial posterior para poder terminar decomisando la plata, o cerrando o prohibiendo la actividad de una empresa que comete estos ilícitos. Por la caracterización del delito y el pedido de ampliación de la investigación y demás, si no se actúa con rapidez se dispersa la causa. Esto es lo que le correspondería a la legislación plantearlo, mejorar el procedimiento para que esto tenga sentencia rápida.
–Se sospecha que hay una mayoría de bancos que prestaría este tipo de servicios, con plataformas para girar el dinero al exterior sin ser declarado. De hecho, Arbizu manifestó que salvo los bancos públicos y el Credicoop, todos los bancos de primera línea lo hacían.
–Ojalá que sirva el trabajo de la comisión para poder mostrar esta cuestión como cuestión estructural del sistema. Uno no puede esperar un cambio de conducta si no quedan reguladas y prohibidas determinadas actividades. Y la sanción tiene que ser muy fuerte y no solo administrativa, la más directa es que no sigan trabajando aquí si tienen estos antecedentes.
Página/12 - 7 de junio de 2015