Acerca del Presupuesto Nacional 2022
Horacio Rovelli * (Especial para sitio IADE-RE) | “El Presupuesto Nacional no tiene la fuerza que debería tener para impulsar la actividad económica y mejorar la situación social”.
El Proyecto de Presupuesto de la Administración Nacional 2022 infiere que se supera por lo menos las aristas más problemáticas de la emergencia económica agravada por la pandemia y que, es posible volver a crecer y a la vez estabilizar las variables macro económicas, que ambas se retroalimentan y, para ello debe jugar el Estado un rol central.
Enfáticamente en el Mensaje Nº 49/2021 del PE que acompaña al Proyecto de Ley sostienen que: “En un contexto que sigue siendo de múltiples restricciones, incluyendo una limitada capacidad de financiamiento para el Estado, se plantea también para este año un esquema de política fiscal expansiva orientado a dinamizar la recuperación y hacerla extensiva a toda la economía” para terminar diciendo que: “…sostener el crecimiento de los niveles de gasto reales sin tropezar con situaciones de crisis de balanza de pagos”.
Allí está la concepción ideológica de este gobierno, por un lado cree que haber afrontado la pandemia que obviamente demandó mayores erogaciones y aumentó el gasto público (máxime que el PIB se cayó en un 9,9% en el 2020 y la recuperación es tenue en general y sumamente desigual en el año 2021) que implicó que en el año 2020 el gasto público de la Administración Nacional sea del 25,96% sobre el PIB, es expansivo. Pero estiman que el gasto sobre el PIB va a ser del 22,38% para este año 2021 y del 21,92% en el año 2022 (debería ser en ese caso contractivo), cuando fue del 24,45% en el año 2015 que, incluso ese último año del kirchnerismo, fue menor que el promedio del gasto sobre PIB de 2003-2015. Y por otra parte, vuelven a condicionar el crecimiento a la Balanza de Pagos cuando nuestro país no tiene un problema comercial, sino financiero por la deuda y la fuga de capitales que es un problema distinto y que requiere una solución distinta, por empezar, se debe rastrear a donde se fue esa deuda.
En la Argentina actual, el sector que crece y se expande es básicamente el exportador. Las exportaciones son record, CIARA y CEC[1] informan que en los primeros ocho meses del año ingresaron divisas por 23.229,2 millones de dólares, un 74,05% más que en igual lapso del año pasado, por exportar 74,32 millones de toneladas de productos agro industriales. La estimación final es que se exportará más de 110 millones de toneladas en el año y las proyecciones, tanto nacionales como la que hace el Departamento de Agricultura de los EEUU, es que seguirá fuerte la demanda mundial de alimentos y presagia que la Argentina incrementará sus exportaciones a una tasa del 5 o 6% anual en los próximos años, demostrando que es mentira que la Argentina tiene un problema de restricción externa, en lo que va de este siglo, desde el 1 de enero del año 2000 al 31 de agosto 2021, las exportaciones superaron a las importaciones en 166.281 millones de dólares, sin embargo esa plata básicamente se fugó y el país además se endeudó en más de 100.000 millones de dólares, esto explica que un puñado de argentinos tengan en el exterior cuentas bancarias y activos financieros por no menos de un PIB.
Por ende la recuperación de la economía argentina es heterogénea y no apuntala al mercado interno, cuando el 70% de lo que se produce se destina a mercado local, por ende la recuperación es parcial y sesgada.
* Economista, profesor y miembro del Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE) | 01-10-2021.