Centroamérica celebra el blanqueo de inmigrantes

Los gobiernos de los países centroamericanos celebraron ayer las medidas anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en beneficio de más de cuatro millones de indocumentados. “Estamos agradecidos y respaldamos las decisiones que ha tomado el presidente Obama”, dijo el mandatario de Guatemala, Otto Pérez Molina. En tanto, organizaciones latinas respaldaron la decisión del mandatario, pero pidieron que este primer paso se complete con una reforma integral del Congreso, que está dominado por la oposición y cuya ala más extremista, el Tea Party, pide responder al presidente con medidas radicales. Obama también recibió el apoyo de Hillary Clinton.

Pérez Molina se mostró complacido y estimó que las acciones migratorias de Obama permitirían a más de 100 mil guatemaltecos regularizar su estatus migratorio en el país del norte. Se calcula que en Estados Unidos residen alrededor de 1,5 millón de guatemaltecos, en su mayoría en condición migratoria irregular. Pérez Molina dijo que, según las nuevas medidas, los ciudadanos guatemaltecos que residan en Estados Unidos desde el 1º de enero de 2010 y que tengan niños podrán obtener una residencia de tres años y luego renovarla por un período similar.

En tanto, el canciller de El Salvador, Hugo Martínez, expresó la satisfacción de la administración del presidente Salvador Sánchez Cerén ante el anuncio. “Muchos de nuestros compatriotas tendrán un alivio temporal a su situación migratoria”, señaló el ministro de Relaciones Exteriores en un comunicado. Martínez agregó que El Salvador seguirá insistiendo para que el Congreso estadounidense apruebe una reforma migratoria integral, a fin de dar “una solución de carácter permanente”.

El gobierno de Honduras saludó el anuncio del presidente de Estados Unidos de generar un alivio a cerca de cinco millones de inmigrantes que residen sin documentos en el país del norte. En un comunicado emitido ayer, la presidencia aseguró que la medida adoptada por Obama fortalece las relaciones de Wa-shington con América latina, especialmente con Honduras, que tiene miles de ciudadanos indocumentados en Estados Unidos.

En un discurso desde la Casa Blanca, Obama anunció el jueves por la noche un decreto que regularizará a unos cinco millones de inmigrantes ilegales, en su mayoría latinoamericanos, que tengan hijos estadounidenses o con permiso de residencia, con lo que podrán obtener un permiso de empleo temporal y evitar la deportación. El mandatario subrayó, no obstante, que sus medidas no pretenden sustituir un marco legal que suponga una solución permanente para el sistema migratorio estadounidense, y llamó de nuevo a los legisladores a aprobar un proyecto de ley definitivo. “Las acciones que estoy tomando no son un sustituto de una reforma coherente. Sólo el Congreso puede terminar el trabajo”, aseguró.

La esperanza demócrata para las elecciones presidenciales de 2016, Hillary Clinton, apoyó firmemente la iniciativa de Obama, defendió su autoridad para actuar por decreto y achacó a la inacción republicana la necesidad del mandatario de evitar el Congreso, donde la oposición mantiene congelada una reforma migratoria aprobada por el Senado en 2012.

“Tenía esperanzas de que la ley bipartidista aprobada por el Senado en 2012 iba a incitar a la Cámara de Representantes a actuar, pero se negaron incluso a presentar una iniciativa”, dijo ayer Clinton, ex primera dama, senadora, secretaria de Estado y mencionada como muy probable candidata en 2017 en un inusual comunicado tras meses de silencio. “La abdicación en su responsabilidad allanó el camino para este decreto, que sigue a establecidos precedentes de ambos partidos que se remontan a muchas décadas”, agregó Clinton sobre el plan de Obama, que es la mayor reforma migratoria desde la adoptada por el ex presidente republicano Ronald Reagan, en 1986.

La mayoría de los más de cinco millones de inmigrantes indocumentados –de un total de 11 millones– que regularizará Obama con sus medidas son latinos, y el presidente cuenta con el respaldo de todas las organizaciones hispanas, que ahora miran al Congreso para que cumpla su parte y apruebe la reforma migratoria. “Los estadounidenses están cansados de que el Congreso no actúe mientras las familias se hacen pedazos. Es tiempo de avanzar”, dijo Cristóbal Alex, presidente de la organización Latino Victory Project. “Respetamos la autoridad legal del presidente para actuar por el bien de nuestra comunidad y esperamos que estas acciones de sentido común estimulen al Congreso a aprobar una reforma inmigratoria integral de una vez y para siempre”, añadió.

“Aunque todavía necesitamos una acción del Congreso, el decreto ayudará a millones de personas. También estimulará la economía, nos mantendrá seguros y mantendrá a las familias unidas”, dijo por su parte Ali Noorani, director ejecutivo del National Immigration Forum.

Para el diario The Washington Post, el decreto de Obama presenta un desafío a los republicanos, a los que describió como “obstinados e inmóviles” respecto del tema de la inmigración. “No pueden esquivar su responsabilidad. Hay una manera inteligente de actuar para el país y también para el Partido Republicano. Si los republicanos quieren venganza, en otras palabras, tienen ya una manera de hacerlo. Se llama legislación”, agregó el periódico en un editorial publicado ayer.

Página/12 - 22 de noviembre de 2014

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